Orizaba.- El obispo de la Diócesis de Orizaba, Marcelino Cervantes Merino, en la misa nocturna para la Guadalupana, pidió a los católicos refugiarse en la Virgen de Guadalupe, ante el clima de inseguridad que se está viviendo en la zona de las Altas Montañas.
El líder católico, manifestó que la Virgen María de Guadalupe está presente en los momentos de tristezas y de alegrías de todos los seres humanos, en aquellos instantes de incertidumbre, cuando se pierde el trabajo o a un ser querido.
“Qué triste hermanos que vivamos con el Jesús en la boca, en la inseguridad, en situaciones de violencia, en aquellas en las que no sabemos por dónde va a caer la siguiente balacera, que no sabemos a quién pueden levantar y las tristezas que están sacudiendo a la región, ¿a quién tenemos que recurrir hermanos?”, expresó.
En la iglesia de La Concordia, en su homilía, declaró que la fe en la Virgen no es sólo un sentimiento cultural o un inconsciente colectivo, “es la presencia de la Madre nuestra que nos acompaña”, y que marca un sentido en las alegrías, pero también en los momentos de dolor, de penas, enfermedades y en los temores.
Además, los invitó a tomar en serio la vida cristiana y pedirle al Señor que les conceda caminar por caminos de justicia y de paz, “profundizar en la fe y progresar, que nuestra Patria progrese, porque esto no caerá del cielo, sólo porque Dios dice ahí les va la justicia”.
Insistió que la justicia se tiene que trabajar todos los días, “es un compromiso de todos, es saber dar el respeto y el lugar que merecen todos los demás, dar a cada quien lo que le corresponde, pero también nosotros tenemos que ser justos en el trato con la familia, los vecinos, que seamos respetuosos y responsables de una conducta más humana y fraterna, en este País con tantas bendiciones que Dios le ha dado”.
Ya para finalizar, dijo que los padres de familia tienen que luchar por exigir una educación a favor de sus hijos y agregó, “es algo que le pedimos a la Virgen de Guadalupe, porque ella lo trajo en su aparición en el Tepeyac, pero ahora nos toca a nosotros colaborar para que se siga conservando la paz verdadera, para que surja la paz, la honestidad, quitar la impunidad, para que todos tengan una vida digna, según el corazón de la Virgen María”.
