


*Se trata de María Luisa Martínez Ramírez
Efraín Hernández
El Buen Tono
A cuatro meses de concluir su gestión como regidora cuarta del Ayuntamiento de Córdoba, María Luisa Martínez Ramírez arrastra un historial de opacidad, ineficacia y complicidad con la red de corrupción encabezada por el presidente municipal Juan Martínez Flores y la tesorera Rosa María Velasco Ramírez. Durante casi cuatro años, su desempeño al frente de la Comisión de Bienestar Animal se caracterizó por promesas incumplidas, recursos sin destino claro y animales condenados al abandono.
El presupuesto anual de 200 mil pesos destinado a la adquisición de alimento para perros y gatos ejemplifica el desfalco tolerado durante su administración. Aunque la funcionaria asegura que “todo está en orden” y que envió oficios correspondientes, no puede confirmar si el dinero fue efectivamente aplicado. Mientras tanto, 17 perros y 10 gatos —estos últimos recién ingresados y en condiciones precarias— sobreviven en un refugio con falta de alimento. Frente a esta situación, la regidora evade responsabilidades y se limita a señalar que “Contraloría debe investigar”, evitando asumir su papel en el problema.
Además, la información pública se manejó de forma selectiva. Y es que su equipo de asesores convocó exclusivamente a medios afines, con la intención de impedir preguntas incómodas y proteger la imagen de una servidora pública más interesada en encubrir que en rendir cuentas.
Respecto a las campañas de esterilización, solo recuerda una jornada realizada en 2024 en el mercado Revolución. No existen reportes, fotografías ni evidencias de otras actividades similares. Martínez Ramírez justifica la falta de datos afirmando que solicitó la información vía Transparencia hace un año, aunque nunca dio seguimiento, evidenciando su desinterés real en el tema.


