EL BUEN TONO
Ciudad de México.— Una fuerte controversia se encendió en el Senado de la República luego de que se confirmara que Adán Augusto López Hernández, senador y exsecretario de Gobernación, distribuyó miles de ejemplares del libro “Grandeza”, escrito por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, entre los legisladores de Morena.
De acuerdo con reportes internos, cada uno de los 67 senadores del bloque oficialista recibió entre 12 y 13 cajas, con 20 ejemplares por unidad. En total, se habrían repartido alrededor de 17 mil 400 libros, un volumen inusual para un obsequio político dentro de la Cámara Alta.
Junto con los paquetes se incluyó una tarjeta personalizada con el mensaje: “Con los atentos saludos de Adán Augusto López Hernández, senador de la República”, lo que confirmó públicamente la autoría del reparto.
CRÍTICAS POR PRESUNTO USO DE RECURSOS PÚBLICOS
La entrega masiva generó fuertes cuestionamientos entre legisladores de la oposición y especialistas en fiscalización, quienes consideraron el gesto como un acto de propaganda política financiado indirectamente con recursos del erario.
El señalamiento surgió luego de que algunos senadores revelaran que los ejemplares serían distribuidos entre simpatizantes en sus estados, aprovechando recorridos y actividades públicas, lo que, para críticos, constituye un uso irregular de infraestructura gubernamental.
Además, ante el costo comercial del libro, analistas estiman que el gasto total ascendería a varios millones de pesos.
LA VERSIÓN DE ADÁN AUGUSTO
En respuesta a las críticas, Adán Augusto aseguró que los libros fueron adquiridos con recursos propios, descartando que el Senado o su grupo parlamentario haya financiado la compra. Como argumento, defendió el regalo señalando:
“Otros acostumbran regalar piernas o pavos, yo les regalo libros.”
Según su postura, el objetivo es promover la lectura y difundir el pensamiento político del expresidente López Obrador.
UN REPARTO QUE DIVIDE OPINIONES
Mientras los senadores de Morena recibieron el material con naturalidad, en redes sociales estallaron cuestionamientos por el volumen de cajas que invadieron los pasillos y oficinas del Senado, así como por la intención detrás del gesto, interpretado por algunos como un acto anticipado de posicionamiento político.
Al cierre de la jornada, el tema continúa generando debate público y se espera que en los próximos días se presenten solicitudes formales para investigar si existió o no un uso inapropiado de recursos públicos relacionados con la distribución del polémico libro.
