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El minutero

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 LOS VIRREYES

 

Ya lo hizo con el parque San José y con el teatro Pedro Díaz convirtiéndolos  en zonas de exclusión donde el pueblo tiene prohibido ingresar salvo permiso de su serenísima majestad Don Tomás Ríos Bernal o de su fiel escudero, el conde de todas las comarcas, Rodolfo de Gasperín. A ese par de nobles, que añoran la paz franquista de la madre patria, les molesta que los plebeyos usen el parque 21 de Mayo en cosas de menor importancia y entonces decidieron prohibir su uso.

 Dice Don Rodolfo de Gasperin de la Real Cachuchera que van a dignificar la plaza y evitar su “uso excesivo” . Vaya, al rato decretará un impuesto para los que tengan ventanas en su casa o los que quieran caminar por las aceras como en la época de Porfirio Díaz. De verdad que estos señores no tienen límite. En una declaración a la prensa local, el finísimo De Gasperín se lució de cuerpo entero. Lo suyo es la  Ley de Herodes para imponer la voluntad del virrey Don Tomás Ríos.

 ¿Cómo pensará  impedir que la plaza sea usada para las manifestaciones populares?, ¿La llenará de policías,  instalará barras metálicas, distribuirá perros de ataque o usará bombas con gases lacrimógenos para dispersar a la turbamulta que se acerque?, o ¿mandarán a sus desocupados regidores a morder y corretear a los que se acerquen?.  Los virreyes cordobeses están desatados, creen que el parque 21 de Mayo, que es una plaza pública, les pertenece a ellos y no al pueblo.

 Les molesta la crítica y desprecian a los que necesitan ser escuchados.¿Qué hacer con estos dictadores de pacotilla?.  Es simple. Que el pueblo los escarmiente. Que todos –estudiantes, maestros, taxistas, antorchistas, obreros, comerciantes y ciudadano independientes-  vayan al parque 21 de Mayo. Qué tomen el palacio municipal y no lo suelten hasta que De Gasperín se vaya y Tomás Ríos salga a ofrecer una disculpa pública. Estos señores deben entender que están ahí para el servicio del pueblo, que son empleados y no emperadores. Si los cordobeses les permiten seguir abusando  después  lamentarán no haberles puesto un alto a tiempo.

 

EL GOLPE  DE MACANA

 

A nivel estatal también se cuecen habas y la Ley Bala está en su apogeo aunque no haya sido oficializada. Policías estatales desalojaron a golpe de macana a los taxistas que bloqueaban la carretera federal Fortín de las Flores-Huatusco, exigiendo una solución al conflicto inter-gremial en los municipios de Coscomatepec, Alpatláhuac y Calcahualco. Los inconformes pedían la presencia del director de Transporte Público, Roberto López Santoyo pero en lugar de que el funcionario viniera a instalar una mesa del dialogo se optó por la represión.

 De madrugada, según las crónicas periodísticas, cientos de  efectivos policiacos los persiguieron a toletazos. Se habla de entre tres y seis detenidos –la cifra es inexacta pues a la hora en que se redactó el texto todavía no fluía la información exacta debido a la diferencia de horarios con Europa- y aquellos que no fueron aprehendidos los apalearon. Vaya, es el mundo al revés porque los policías arremeten contra los trabajadores del volante en lugar de  perseguir y encarcelen a los delincuentes. 

Esa fue la respuesta del gobierno estatal al reclamo ciudadano. Si bien la  movilización de los taxistas pudo ser radical pues el bloqueo de la vía pública siempre trae complicaciones, también el problema que enfrentan es añejo y no lo han solucionado debido a falta de voluntad de las autoridades. El conflicto es por la disputa de los usuarios de ese tipo de transporte que viajan hacia Coscomatepec y municipios aledaños – el problema se extiende a Tomatlán y Chocamán-. A eso se le agrega la entrega excesiva de concesiones de automóviles de alquiler desde tiempos de la fidelidad.

  Se traficó con placas de taxis que acarrearon millones de pesos a los bolsillos de los funcionarios corruptos sin importar que la zona fuera saturada. Obviamente se rompió el equilibrio entre la oferta y la demanda, o sea hay más taxis que pasajeros. Entonces, el recelo que antes se tenía porque alguien les ganaba un pasaje ahora se volvió una guerra que solo parará hasta que la autoridad establezca acuerdos negociados. El garrote y la macana solo llevan a que el enojo popular crezca pero son tan tozudos los funcionarios prósperos que no ven que están echándole gasolina a una hoguera que en pleno crecimiento.

 

CALIFATO DE VACILADAS

 

De la frase de los  “cuchulates” para asegurar que hay libertad de prensa en Veracruz  hasta la del  que hoy solo se roban “frutsis y pingüinos” pues ya no existen balaceras ni asaltos graves, obliga a corregir conceptos y tesinas sobre el sexenio de Javier Duarte. No es un gobierno de ocurrencias, tampoco de pifias –aunque éstas abunden – y  mucho menos de yerros –aunque también sean muchos- sino de vaciladas. Es la mejor definición.

La vacilada es una broma que se hace para tomarle el pelo al otro. Se le engaña y se hace mofa de su enojo. Eso es lo que Duarte de Ochoa ha hecho con los veracruzanos. Se ríe de ellos, lo regocija la molestia que provocan sus palabras y sus acciones. Le divierte la imponencia de quienes tienen que soportarlo. No se puede explicar de otra forma los desatinos que dice cada vez que lo cuestionan sobre temas extremadamente delicados para los veracruzanos. Los dice y los repite, le causa placer hacerlo.

 Con los “cuchulates” se burló de la prensa veracruzana, se pitorreó de los periodistas asesinados, de esta casa editorial, El Buen Tono, que fue incendiada, de los informadores desaparecidos y de los colegas que han sufrido la represión. Después también dijo que “aquí no pasa nada” y se rió de todos los que han sido asesinados por el crimen, de los secuestrados, de los extorsionados, de los amenazados y de las cientos de familias que llevan tiempo buscando a sus desaparecidos.

 Ahora, al afirmar que en la entidad los ladrones solo se roban “los frutsis y los pingüinos” se mofa de aquellos que han sido víctimas de asaltos violentos –entre ellos un médico degollado en el puerto de Veracruz, un jovencito acuchillado en la misma ciudad y el maestro Luis Sainz en Córdoba asesinado de un balazo por un ladrón que asaltó su negocio en el fraccionamiento San José, solo por citar tres de los cientos de casos- . Se burla de los comerciantes que han tenido que cerrar sus negocios por el amago de los delincuentes y de aquellos que han huido del estado por el acoso de los mismos.

 ¿Cómo explicar lo anterior?.Con Duarte se terminó de romper la vieja tradición de los priístas cultos, esos hombres del sistema que se les acusaba de todo pero nunca de tontos ni de incultos. El deterioro de ese concepto en Veracruz comenzó con lo ordinario –corriente, pues- de su antecesor, el innombrable,  tan dado a la baja estola y al mal gusto. Pero el sucesor lo superó en eso y coronó la inercia de los desatinos ya que ni siquiera le busca el rejuego de las palabras para simular la mala intención. Mandó al basurero el decoro, el sentido común, la prudencia y hasta la ironía.

 El caso del gobernante veracruzano hace recordar la leyenda de uno de los califas árabes que gobernaron en la península ibérica en los siete siglos que duró el reino del Al-Andaluz. Todos en el reino decían que nunca debió ser nombrado califa pues era incapaz de gobernar, solo se dedicaba a satisfacer sus vicios. Un día, este rey decidió que no quería ver más plebeyos a su alrededor, el pueblo era demasiado poco para admirar su persona y optó por no volver a salir de su magnífico palacio en La Alhambra. 

La decoración de ese palacio era imponente: el oro, la seda y las piedras preciosas lo tupían y a diario se servían las viandas más selectas y los  vinos más finos –estaban “padrísimos”, diría el aludido-. La infelicidad ni la necesidad existían en su mundo y además el califa ordenó que solo la gente bella –la que él consideraba con tal-tuviera acceso a sus dominios. Los feos no tenían derecho a poner los pies en su palacio y mucho menos el pueblo raso pese a que era éste el que  sostenía su tren de vida. Así, el califa se encerró en su residencia de oro y plata  para olvidarse del mundo exterior que no lo merecía.

 ¿Cómo lo castigaron?. Tapiaron las puertas y dejaron que muriera adentro junto con su corte de magníficos. Lo encerraron en vida y terminó sus días enloquecido, podrido en su mundo de oropel. El pueblo no pudo penetrar el hermoso palacio pero decidió algo mejor, convertirlo en un sepulcro. Él y los de su corte fueron borrados de la memoria popular, no valía la pena recordarlos. No hicieron nada grande y ni siquiera lo malo lo hicieron bien, simplemente fueron mediocres. Ese gobernante fue un error que manchó la historia del glorioso Al-Andaluz.

 

DOÑA  MOLCAJETA

 

El destino juega bromas crueles. Hace tiempo el cómico Juan Nemi, cuando cayó en infortunio político en el sexenio de Miguel Alemán, fue enviado a la Fundación Colosio para mantenerlo alejado del organigrama estatal pero sin sacarlo de  la nómina pública. Hoy lo imitará María Gina Domínguez, la errática exvocera del duartismo que en breve, según ella misma filtró a la prensa, presidirá esta fantasmal organización.

 Se encargará de redactar la plataforma de ideales y principios –no se rían, es en serio aunque sea el sexenio de las vaciladas- para las campañas del tricolor.  La ironía cala, de poderosa consejera del gobernante en turno –tan crecida que la halagaba el sobrenombre “vicegobernadora”-  terminó en una oficina del inframundo priísta, como le sucedió al apodado Don Molcajeto –como le llamaban a Juan Nemi por su programa El Molcajete que se difundía en la oficialista Radio Televisión de Veracruz (RTV).  Al rato  van a colgarle un mandil a Gina Domínguez y la pondrán a conducir ese mismo programa insulso. No tarda.

 

SE HACEN “ARAÑAS”

 

Para concluir la semana ardiente en Veracruz, habrá más lumbre este viernes pues los 70 empleados del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado (TEPJE) iniciarán un paro laboral y podrían tomar las instalaciones del mismo en protesta porque no les depositaron su quincena. El presidente del órgano, Daniel Ruiz Morales no ha dado la cara ni siquiera para explicar el motivo del retraso en el pago del salario. En el TEPJE no hay dinero porque ya lo saquearon aunque otros dicen que lo están poniendo a “sudar” en los bancos. De cualquier forma, es corrupción. Hacen honor a esa estrofa del corrido “Hay que hacer votos” de Oscar Chávez: “el juez corrupto que se hace araña, cuando debería de castigar”.

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