

En un giro sorprendente, Rusia ha comenzado a censurar populares series de televisión y franquicias cinematográficas como Juego de Tronos, Sex and the City y Harry Potter bajo el argumento de que promueven la llamada “ideología sin hijos”. Esta medida forma parte de una estrategia estatal para combatir la preocupante caída en la tasa de natalidad del país y promover un aumento en la población.
El pasado septiembre, entró en vigor una orden del regulador ruso Roskomnadzor que prohíbe cualquier contenido que fomente o justifique la negativa voluntaria a tener hijos. Según la legislación, esto incluye películas, series, publicidad y contenido en redes sociales que creen una imagen positiva de no tener descendencia o que presenten de forma negativa la maternidad, la paternidad o el embarazo.
Entre las producciones afectadas están algunas de las más populares y vistas a nivel mundial. Sorprendentemente, incluso la saga de Harry Potter está bajo la lupa: la profesora McGonagall, uno de los personajes centrales, no tuvo hijos, un detalle que las autoridades consideran un reflejo de esta “ideología” prohibida, aunque no se sabe si fue una decisión consciente dentro de la trama.
Este movimiento estatal se enmarca en un contexto demográfico alarmante para Rusia. La población del país ha estado disminuyendo durante décadas, situación que se ha agravado con la actual invasión de Ucrania, las altas bajas militares y la emigración de hombres en edad de combatir. Se estima que en las próximas dos décadas la población rusa podría reducirse a unos 132 millones, y Naciones Unidas advierte que para principios del próximo siglo podría caer a 83 millones, casi la mitad del nivel actual.
En respuesta a esta crisis demográfica, las autoridades han implementado medidas restrictivas sobre el aborto y la anticoncepción, además de incentivos económicos para las mujeres embarazadas. También se han propuesto medidas polémicas, como liberar a mujeres condenadas por delitos menores para que puedan concebir.
Las sanciones por incumplir la nueva ley son severas: multas de hasta 5 millones de rublos (más de 60 mil dólares) para empresas, 400 mil rublos para particulares y 800 mil rublos para funcionarios.
El presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin, resumió la postura oficial con una frase contundente: “Sin niños, no habrá país”. Así, Rusia intenta usar el control cultural como parte de su estrategia para revertir la crisis demográfica, una acción que ha generado debates y controversias a nivel internacional sobre la censura y la libertad artística.
