De la redacción
El Buen Tono
En medio de la creciente tensión militar, sectores rusos han comenzado a impulsar nuevamente el uso de la llamada FOAB, una bomba termobárica cuyo poder destructivo supera ampliamente al de la reciente FAB‑9000 empleada hace una semana en Minograd. La discusión tomó fuerza luego de que mandos militares argumentaran que su utilización podría reducir bajas entre soldados rusos en eventuales ofensivas.
La FOAB, probada en 2007, es considerada el artefacto no nuclear más poderoso del planeta. Su explosión, equivalente a 44 toneladas de TNT, genera temperaturas extremas y una onda expansiva capaz de vaporizar todo en un radio cercano a los 3 mil metros. A diferencia de la FAB‑9000 —una bomba convencional de caída libre usada para destruir fortificaciones o grandes concentraciones de tropas— la FOAB utiliza oxígeno atmosférico para amplificar la detonación y alcanza un nivel de destrucción comparable al de un arma nuclear táctica, sin dejar contaminación radiactiva.
Aunque algunos sectores sostienen que su empleo en combate habría evitado miles de bajas rusas, la doctrina militar vigente mantiene severas restricciones para su uso, reservado únicamente para escenarios de confrontación directa con fuerzas de la OTAN. Según especialistas, pese a su potencia, las posibilidades de ver una FOAB en operaciones reales siguen siendo mínimas debido al impacto estratégico y diplomático que implicaría.


