Nogales.- Al paso del tiempo, tanto el panteón de Nogales como el de Río Blanco carecen de espacios suficientes para soportar el índice de decesos que se registran en ambos municipios, según los administradores, estiman que les restan menos de cinco años de vida útil.
A simple vista, en los dos panteones se observa que debido a la sobrepoblación, a cada tumba la separan una de la otra entre 20 y 30 centímetros y por ello los familiares que visitan a sus difuntos caminan casi encima de los sepulcros por la falta de espacio para construir pasillos.
Aunque el encargado del cementerio de Nogales, Ronaldo Campos Hernández no proporcionó la dimensión exacta de terreno que todavía está disponible para sepulcros, describió que sólo el 50 por ciento de una de las tres secciones que conforman el camposanto está al servicio de la población.
Debido a que los dos terrenos colindan con el río Blanco, la humedad que guarda la tierra por el desnivel hace que la superficie no sea idónea para poder ampliar los panteones y construir más sepulcros durante los próximos años, ya que en la temporada de lluvias el caudal arrasaría con todo. Ante la falta de terreno, en el panteón Benito Juárez de Nogales algunas familias han optado por pagar para apartar un predio y construir hasta seis fosas, además de erogar 80 pesos anuales por temporalidad y así conservarlo y asegurar un lugar cuando alguno de los integrantes muera.
Por el contrario, el encargado del cementerio de Río Blanco mencionó que ahí no se puede reservar lotes, pues por la carencia, dijo: “no estamos apartando predios por la falta de lugares, les damos prioridad a los difuntos de cada día, porque por apartar podemos quedarnos sin lugares”, detalló.
Yuri Aranda
Colaboración
