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Se escribe desde el alma: Isabel Allende

Superiberia

Isabel Allende platica sobre su nueva novela Violeta, desde el mágico escritorio donde escribió La Casa de los Espíritus y Paula. La autora suele comenzar tradicionalmente cada 8 de enero, una nueva aventura literaria. 

Esta vez, Allende se comunica con su madre a través de la magia de la narrativa y se inspira en sus cartas para crear el personaje principal llamado Violeta del Valle. Francisca Llona Barros, madre de la escritora, vivió la gripa española, la Gran Depresión y todas las guerras del Siglo XX, hasta que falleció hace poco más de 3 años. Isabel se pregunta en la mencionada fecha:

 “¿Qué voy a escribir?”. Casi siempre se siente insegura al empezar a teclear el inicio de una novela; suele pensar si la historia vale la pena ser contada o si encontrará el tono para narrarla. “Recuerdo que mucha gente me había dicho: ‘Escriba sobre su madre’. Ella murió antes de la pandemia, en el 2018; teníamos una relación extraordinaria, nos escribíamos todos los días”, recuerda la autora. “

Un día, junté las cartas, estaban clasificadas por décadas en un garaje. Mi hijo calcula que había 4,000 misivas, es la vida entera de mi madre la que tengo ahí. Al escribir sobre ella, me di cuenta de que era una mujer especial y extraordinaria, pero que tuvo una vida sometida y nunca pudo realizarse como artista, como mujer, como emprendedora”, revela Allende. “Tenia un ojo tremendo para los negocios pero no contaba con un peso. 

Su situación le impidió tener una vida que yo hubiera deseado que ella tuviera, una vida mas interesante. En la época que ella nació a principio del siglo pasado en los años 20, en la época de la pandemia de la gripa española, ella emigró a Chile; murió recientemente, poco antes que comenzara el covid-19”, recuerda la escritora y asegura: “El siglo XX fue fantástico, pese a las guerras fue una época de cambios políticos y sociales, de refugiados y de feminismo. Fue una época muy importante y las cartas de mi madre me inspiraron para crear Violeta. Me senté a escribir con la idea de contar la historia de una mujer como mi madre habría podido ser”, zanja Allende.

 Los Demonios de Isabel  ¿A las mujeres les cuesta más que las publiquen?

 El universo literario ha mejorado mucho, porque ya hay escritoras dedicadas a la literatura. En algún momento, las mujeres que iniciaron en este arte se habían suicidado, no había modelos a seguir, pero ayuda leer a autores que uno lee y vuelve a leer. Las mujeres escriben cada vez más criticas literarias y la literatura ha dejado de ser un mundo machista. Cuando se dice literatura es porque lo escribió un hombre blanco, y cuando se le pone adjetivo se supone que es menor, como la literatura femenina, erótica o juvenil. La gran literatura es de machos blancos. Ahora, hay tantas mujeres escribiendo que ya no cuesta tanto como antes, pero hay que enfrentarse y hay que darle para adelante. 

¿A qué personaje de tus obras te pareces más? 

Cuando yo tenia 16 años, no había modelos femeninos y no esperaba qué me publicaran. Así que todos los personajes son parte de mí como autora. ¿Por qué el autor escogió a ese personaje para decir eso y hacer eso, y no otra cosa? Porque en el fondo está tratando de expresar o averiguar algo de sí mismo. Muchas veces una tiene obsesiones o demonios que lleva adentro, que una ni sabe que los tenía, pero ahí están y cuando uno empieza a escribir, se repiten personajes y situaciones, se revelan esas obsesiones, y se pueden abordar distintos géneros y épocas, pero todos sobre la muerte, el dolor, la violencia, el amor, la lealtad, acerca de mujeres fuertes o padres ausentes… siempre los mismos demonios. Entonces, ¿a qué personajes me parezco? La verdad, un poco a todos, incluso a los villanos porque por algo los escogí, porque estoy esperando algo de mí en ellos. 

¿Nos puedes dar un ejemplo? 

Cuando escribí La Isla Bajo el Mar que es una historia sobre la revolución de los esclavos, ¿yo qué tenia que ver con eso? En mi país no había plantaciones ni esclavos, ¿por qué me metí con ese tema? Porque estaba explorando uno de mis demonios y obsesiones, que son el poder absoluto del amo sobre el esclavo. 

Al terminar la novela después de 4 años, me di cuenta de que ése era el tema. Isabel, en Mujeres del Alma Mía dice: “No se cómo se las arreglan los novelistas que tuvieron una infancia amable en un hogar normal”. ¿Cómo se hace para escribir cuando un escritor tiene un hogar y tuvo una infancia normal? Uno escoge problemas humanos, los temas, los personajes y personas modelos sobre los que quiere escribir.

 Por ejemplo, yo nunca sufrí de violencia doméstica, pero enfrenté violencia psicología, la violencia del machismo y del patriarcado. Por ello, sin haberlo vivido lo pongo en los libros, no porque lo haya experimentado, sino porque lo he investigado mucho. Conozco mucha gente que ha vivido ese tipo violencia física; no se necesita ser prostituta para escribir sobre la prostitución. Si el tema que te interesa te conmueve, lo puedes escribir. 

La imaginación nos permite ponernos en el lugar del otro y crear empatía, pero hay que tener cuidado con el prejuicio; una tiene que ser capaz de usar la imaginación para narrar una situación en la historia, pero hay que usar el razonamiento para revisar que todo corresponde a la realidad, y no usar solamente imaginar cosas, a menos que se esté escribiendo fantasía. Solía asistir a conferencias de escritores de novela policiaca, ahí aprendí que se tiene que verificar todo lo que se escribe en todos los géneros

 ¿Los espíritus forman una parte importante en su vida y en su proceso creativo?

 Aquel cuento casi poético (La Casa de los Espíritus), relata cuando yo era chica y viví un tiempo con mi abuela, experimentando fenómenos paranormales. En esa época me interesaba la parapsicología, y hacía reuniones con cuatro amigas para comunicarnos con los espíritus; ¡hacíamos espiritismo a los cuatro años de edad! Decían que un niño con la inocencia, se sentaba en la mesa a llamar a los espíritus, y estos venían. Así me crié, con la idea de que existen muchos misterios y de que todo es posible porque hay muchas dimensiones de una realidad; a lo largo de mi vida he sido bastante apasionada, pero también intuitiva, y tenido la idea de que existen otros mundos mágicos como el de mi abuela, uno misterioso. 

¿Qué mundos mágicos te inspiran?

 Creo en los cristales, en la astrología, en los milagros y en prender una veladora, estas creencias existen no sólo en América Latina, sino también en Estados Unidos. Entonces, he pensado siempre que esos pensamientos mágicos los traemos desde siempre, y al aceptar eso en mi vida, acepto que existe. Ahora tengo un grupo de oración con mujeres, que a veces funciona; hay gente con fe y hay muchos misterios en la vida y en el mundo. Como por ejemplo, la muerte de todos esos indígenas a los que mataron y torturaron durante la conquista en Chile, que son almas que quieren que se cuenten sus historias. Entonces, todo ese es mi mundo mágico, mi mundo espiritual que no necesariamente son fantasmas, pero cuando escribo siempre pienso que sea sobre más allá de lo que se ve y de lo que puedo contar. 

Todo, lo incorporo en el texto. Sentada enfrente de su computadora una vez más un 8 de enero, Isabel Allende empieza a contar una nueva historia que sale de su espíritu y de su alma. Ahí en esa mesa junto a una veladora, en donde desde temprana edad llamaba a los espíritus y donde su karma se balancea y se nutre de la luz del mundo espiritual, la autora comienza su tradición creativa. Así, entre las velas y con el ritmo del sonido del teclado, las letras vuelan sobre la página en blanco y se mezclan para comunicarse con el mundo espiritual e intelectual y dar vida a un nuevo universo literario. Después de Violeta, ¿qué historia nos contará en su próxima novela y en quién se inspirará? // 

Jorge Cárdenas Bustamante. Corresponsal de Hollywood 08/01/2022 Derechos del autor y responsabilidad del texto a Jorge Cárdenas Bustamante.

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