


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- La reforma legal que prometió llevar seguridad social a los repartidores de aplicaciones, celebrada por autoridades como un avance histórico, parece haberse convertido en letra muerta para los trabajadores. Los repartidores de la ciudad denunciaron que continúan laborando en condiciones precarias, sin acceso a protección médica, pensiones o seguro de riesgos laborales, mientras enfrentan jornadas extenuantes y peligros múltiples.
En esta ciudad, más de un centenar de repartidores laboran diariamente hasta 12 horas para sostener sus ingresos, repartiendo pedidos principalmente para plataformas como DiDi, Uber Eats y Rappi. Su realidad dista enormemente del discurso oficial: exponen sus vidas en calles inseguras, bajo la lluvia y el sol, sin protección alguna.
Los riesgos son cotidianos y multifacéticos. Además de los evidentes riesgos viales, derrapes en pavimento mojado, accidentes de tránsito, son blanco de delitos sofisticados. Los “pedidos fantasma” o falsos se han convertido en una táctica de extorsión.
Los repartidores relatan cómo delincuentes les solicitan entregas, les exigen depósitos en tiendas como Oxxo bajo engaños, y luego desaparecen, dejándolos sin dinero y sin mercancía. “Ellos te quieren hacer entrar en confianza… en su momento sí cayeron varios”, confiesa un repartidor.


