

AGENCIA
Washington, D.C.- El controversial impuesto a las remesas impulsado por el presidente Donald Trump fue reducido a 1% en el borrador más reciente del megaproyecto de ley fiscal que se discute en el Senado de Estados Unidos (EU), con miras a ser aprobado antes del 4 de julio.
El nuevo porcentaje representa una disminución significativa frente al 3.5 por ciento (%) originalmente planteado por legisladores republicanos, e incluso más frente al 5% aprobado en mayo por la Cámara de Representantes, también controlada por el Partido Republicano.
De acuerdo con el documento del Comité de Finanzas del Senado, el gravamen aplicaría únicamente a remesas enviadas en efectivo, giros postales, cheques de caja u otros instrumentos físicos similares, y entraría en vigor después del 31 de diciembre de 2025.
Aunque aún no está garantizado que esta versión consiga el respaldo necesario, la reducción sugiere que los legisladores buscan disminuir la presión internacional, particularmente de México, cuya economía depende en gran parte de los más de 59 mil millones de dólares en remesas que sus migrantes envían desde Estados Unidos, según datos del Banco de México.
La reforma ha sido justificada por sus promotores como un mecanismo para evitar un aumento de más de 4 billones de dólares en impuestos, lo que -afirman- representaría un alivio fiscal para los estadounidenses.
Sin embargo, el gobierno mexicano ha expresado su rechazo. La presidenta Claudia Sheinbaum informó en mayo que su administración mantiene negociaciones con el Senado de EU para evitar la aprobación de cualquier impuesto que afecte a los migrantes. “Es injusto, viola convenios y afecta a la gente más pobre”, señaló.
A pesar de la reducción, el presidente Trump reafirmó esta semana su respaldo al impuesto y anunció que parte de los fondos se destinarían a financiar la construcción del muro fronterizo. Además, reiteró su intención de incrementar las deportaciones, con un objetivo de al menos un millón de migrantes indocumentados al año.
La Cámara de Comercio de EU, por su parte, expresó su respaldo al paquete fiscal de Trump, al considerar que generará certidumbre para las empresas y contribuirá a hacer permanentes algunas de sus políticas económicas más agresivas.
