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Sequía extrema ‘golpea’ a Sonora y amenaza la vida rural en México: Más de 70 municipios en niveles críticos

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AGENCIA

Ciudad de México.- La sequía en México ha alcanzado niveles alarmantes, especialmente en el norte del país. De acuerdo con el más reciente informe del Monitor de Sequía de México, publicado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en conjunto con la Conagua, el estado de Sonora encabeza la lista con 72 municipios clasificados en los dos niveles más críticos: D3 (sequía extrema) y D4 (sequía excepcional).

La herramienta, actualizada quincenalmente, mide la severidad de la sequía a partir de indicadores como la humedad del suelo, los escurrimientos, la temperatura y las precipitaciones acumuladas. Cada municipio se clasifica en una escala que va desde D0 (anormalmente seco) hasta D4, el nivel más severo.

El mapa nacional de la sequía

Sonora destaca con 17 municipios en D3 y 55 en D4, sin reportes en niveles intermedios como D1 o D2. Este panorama contrasta con entidades como Quintana Roo, Ciudad de México y Tabasco, donde no se han detectado municipios por encima del nivel D1. Otros estados como Campeche, Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Yucatán presentan afectaciones menores, principalmente en niveles D0 y D1.

*Veracruz: 77 municipios en D0 y 35 en D1

*Oaxaca: 25 municipios en D0 y 31 en D1

*Chiapas: 47 municipios en D0

*Campeche: 5 municipios en D0

*Colima: municipios en D0 y D1, sin pasar a niveles mayores

Consecuencias: ganadería al borde del colapso

La sequía no es solo una cifra en un mapa. En comunidades como Julimes y el Valle de Zaragoza, en el norte del país, la escasez de agua ha devastado la actividad ganadera. La presa La Boquilla, de la que dependen decenas de familias, se encuentra en estado crítico.

“Se me hace que no las vamos ya a aguantar mucho”, confesó Leopoldo Ochoa, ganadero de 62 años, mientras guiaba a su nieta a caballo por las tierras secas donde antes pastaban sus animales. En los campos, los cadáveres de reses abandonadas por la falta de alimento se han vuelto paisaje común.

Manuel Araiza, de 60 años, expresó su incertidumbre: “Pues si no hay más vamos a tener que salir de aquí, de este rancho y a buscar por otro lado. ¿Se imagina, para la edad de uno y salir de donde toda la vida estuvo?”

Estreberto Sáenz Monje, de 57 años, añadió que sus hijos ya le han sugerido vender el ganado ante lo insostenible del panorama. “Yo les decía: ‘tendremos, no tendremos pasto para animales, pero el agua no se nos acaba’ y, mire, se acabó el agua”.

Impacto binacional

La situación también ha escalado a un plano internacional. México enfrenta dificultades para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944, que establece entregas regulares de agua a Estados Unidos. Mientras el gobierno mexicano argumenta que la sequía ha reducido su capacidad operativa, autoridades estadounidenses acusan a México de incumplimiento y de perjudicar a los agricultores texanos.

Una crisis con rostro humano

El Monitor de Sequía de México, si bien técnico en su metodología, deja al descubierto una crisis con profundas implicaciones sociales, económicas y políticas. Lo que comenzó como un fenómeno climático se ha convertido en una amenaza directa al modo de vida de miles de familias en el campo mexicano.

Con la sequía avanzando y pocas lluvias a la vista, el abandono de tierras y el colapso de actividades productivas tradicionales podrían marcar el principio de un nuevo éxodo rural si no se implementan medidas urgentes y sostenibles.

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