


AGENCIA
Nacional.- La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta cuestionamientos sobre su gestión internacional y la forma en que maneja la relación de México con Estados Unidos y Cuba, en un contexto que muchos consideran delicado para la soberanía y los intereses nacionales.
Analistas señalan que, en la negociación con Washington, Sheinbaum parece limitada frente al poderío estadounidense, lo que genera un escenario en el que México cede decisiones estratégicas sin recibir beneficios equivalentes. Ejemplo de ello sería el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, una acción que, según expertos, ha favorecido principalmente a la seguridad estadounidense, mientras que el país asume los costos económicos y logísticos.
En paralelo, la presidenta ha sido criticada por mantener apoyo al gobierno cubano, encabezado por Miguel Díaz-Canel. Especialistas y observadores políticos consideran que México debería revisar la asistencia otorgada, argumentando que parte de estos recursos podrían estar contribuyendo a la opresión del pueblo cubano, en lugar de beneficiar a los ciudadanos mexicanos.
El manejo del crimen organizado también ha generado polémica. Sheinbaum ha coordinado la entrega de criminales a Estados Unidos, en lo que se percibe como una medida parcial que no aborda los problemas de seguridad en territorio nacional y mantiene protegidos a políticos ligados a actividades ilícitas. La opacidad de estas acciones y los costos asociados han despertado críticas sobre la prioridad real de su gobierno: ¿proteger a los ciudadanos o cumplir con las exigencias de actores internacionales?
Expertos en relaciones internacionales destacan que la estrategia actual refleja un patrón histórico de subordinación de México frente a Estados Unidos, mientras que la administración de Sheinbaum se ve obligada a equilibrar compromisos internacionales con la legitimidad política interna, un desafío que ha generado cuestionamientos sobre la autonomía del país y la defensa de los intereses de la ciudadanía.
Las críticas no solo provienen del ámbito político, sino también de la sociedad civil, que cuestiona la sostenibilidad del asistencialismo y la priorización de compromisos extranjeros por encima de problemas internos urgentes.
En este contexto, la administración de Sheinbaum se encuentra bajo la lupa: mientras busca consolidar su liderazgo, enfrenta señalamientos sobre su vulnerabilidad ante presiones externas, la falta de transparencia en decisiones estratégicas y la necesidad de priorizar a los ciudadanos sobre acuerdos internacionales que podrían no beneficiar a México.

