
Tehuipango.- El conflicto político-religioso que originó la salida del padre Lidio Limón López, aún no concluye, reconoció el delegado de Política Regional de las Altas Montañas, Joaquín Barragán León.
El problema cumplirá dos meses sin que hasta el momento la Diócesis de Orizaba nombre a un nuevo cura para el lugar.
Fue el 5 y 6 de agosto pasados cuando habitantes del municipio tomaron la parroquia de Santiago Apóstol.
Acusaron al clérigo de haber sustraído la imagen de San Diego y reliquias, entre otros señalamientos, por su activismo social.
El funcionario estatal confirmó que hasta el momento siguen conciliando con la grey católica una solución, pues existen grupos que apoyan el regreso del presbítero Limón López al templo.
“La decisión corresponde al Obispado, tenemos conocimiento que analizan la situación para tomar la decisión de nombrar un nuevo clérigo o no descartar el retorno del anterior”, declaró.
Comentó que con el regreso del obispo, Eduardo Cervantes Merino, del Vaticano, por trabajos con el Papa Francisco, ahora podrá atenderse el conflicto que está latente.
Trascendió que el próximo lunes 5 de octubre habrá una mesa de diálogo donde el Obispo de Orizaba decidirá, con la ayuda de sus asesores, una salida al problema religioso que enfrentan.
