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Sigue imponente el Cristo Rey de Presidio

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TEZONAPA.- El 26 de agosto de 1960, se dio por terminada la edificación del Cristo Rey de Presidio. La osada construcción requirió de aproximadamente tres años de arduas labores. El apoyo de los devotos pobladores, la intervención del escultor Poblano Juan Rosetti y de la iniciativa de familias italianas que se asentaron en la comunidad de Presidio, fueron necesarias para concretar el proyecto.

A 56 años de su culminación, el paso del tiempo ha mermado su esplendor. Sin embargo, a pesar de ello, la majestuosa escultura aún resalta imponente entre la espesa vegetación.

Víctor Manuel Pitol Zanatta, uno de los benefactores originales, narró lo audaz del proyecto: “Junto a mis abuelos, llegamos de Zentla, fuimos propietarios de la tienda de abarrotes ‘La Casa del Pueblo’, donde se instaló una cabina telefónica. Además, teníamos un beneficio de café. La construcción del Cristo surgió de una idea mientras se celebraba el día de la Santa Cruz. Inicialmente se trataba de una capilla, pero poco a poco la idea se materializó la tarde del 3 de mayo de 1956”, indicó con lúcida precisión.

Don Víctor Manuel, un hombre cálido, ameno y con la picardía característica de los veracruzanos, recuerda los días de antaño en estas tierras, a las que se refiere como tierras bastas, dadivosas y prósperas. Sus gestos y sus frases atinadas al narrar anécdotas y vivencias, dotan a la historia de misticismo.

Según relata, la construcción fue literalmente un viacrucis en el que pobladores mostraban su apoyo incondicional motivados sólo por la fe, utilizando mulas de carga y burros para llevar los materiales de construcción hasta la cima del cerro, cuyo propietario, Eligio Dorantes, donó para cumplir con el proyecto.

“Fueron 30 años los que viví en Presidio y fueron  los mejores de mi vida. Llegué desde los 12 de edad. Luego de la construcción, inevitablemente, las bendiciones derramadas sobre mi familia fueron muchas y tengo la enorme satisfacción de haber sido partícipe de este legado que quedará para siempre en la historia de Tezonapa y en la memoria de sus habitantes”, dijo con nostalgia.

La imaginería popular se ha encargado de dotar de fantasía la historia, pues los relatos hablan de un tesoro hallado por un campesino en el cerro y que, en un sueño, Dios le dio la orden de la construcción del Cristo. Dicha leyenda, sin duda, enriquece el legado cultural de la pequeña comunidad, que ha organizado venta de comida y rifas, para dar el respectivo mantenimiento a la imagen.

“Los tezonapeños somos gente amable, fiestera, cálida y, sobre todo, de buen corazón; gente que te brinda la mano sin pedirte nada a cambio, que te brinda un taco aún cuando no tengan lo suficiente para comer. En verdad extraño la tranquilidad de mi pueblo”, se refirió a Presidio.

El Cristo Rey de Presidio llama la atención de propios y extraños por su tamaño, de 17 metros de altura y un peso de más de 50 toneladas. A pesar del tiempo, éste continúa en pie, cual silencioso vigilante, guía de forasteros, orgullo de los lugareños y muestra de que los sueños pueden realizarse si existen la disposición y la fe.

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