Fortín.- La legitimidad de los locales del mercado 3 de Agosto que fueron vendidos desde hace dos años de manera indiscriminada y de manera irregular, no han sido cuestionada hasta el momento por ninguna autoridad, así como tampoco la entrada de esos recursos a las arcas del Ayuntamiento, pues dependiendo el tamaño, cada local se estuvo vendiendo desde los $40 hasta $140 mil pesos.
Son al menos diez locales de la parte inferior de la nueva fachada que fueron vendidos entre $40 y $60 mil pesos al Ayuntamiento desde finales del 2011; en aquel momento, este medio de comunicación denunció el hecho de manera oportuna, así como la venta de otros cuatro locales destinados para cocinas -que fueron vendidos ente $60 y $70 mil pesos- y de otros dos locales en la parte superior, vendidos hasta en $140 mil pesos; de los locales mencionados, sólo se ha ocupado uno de los destinados para cocina.
La suma de la venta de estos locales arroja una cifra que ronda entre $1 millón 900 mil pesos y $2 millones 200 mil pesos, según sea ofertada cada isla; curiosamente, a la constructora Martínez del Villar que concluyó apenas a inicios de este 2013, se le deben $1 millón 894 mil pesos por la última y tercera fase de la remodelación de este zoco, monto que hasta el momento no se ha liquidado.
Dichos recursos por la venta de estos locales fueron recibidos durante el primer semestre del 2011, siendo César Torrecilla Ramos quién dispuso del dinero de estos comerciantes, quienes al momento han ocupado ocho locales de la parte inferior, y sólo uno en la parte superior, pero a ninguno de ellos se les ha entregado documento alguno que acredite la propiedad de dichos espacios.
Cabe mencionar que estos nuevos locales serían destinados para comerciantes semifijos, quienes llevan de 10 a 30 años vendiendo en la fachada del mercado, y a quienes después de la remodelación les serían asignados estos espacios; sin embargo, y contrario a ello, ahora se encuentran en en los pasillos del interior del zoco y las entradas, mientras que los nuevos locales fueron vendidos al mejor postor y a personas desconocidas que no habían vendido nunca en este mercado.
Serafina Ortiz Muñoz, dedicada a la venta de tortillas y verduras, así como María Sánchez de los Santos, vendedora semifija, son algunas de las personas afectadas con esta asignación de locales, quienes tenían la ilusión de ocupar uno de ellos sin costo alguno, pues llevan de 10 a 30 años respectivamente vendiendo en este lugar.
A dos años de estas irregularidades, parece que nada ha pasado y no habido autoridad alguna que investigue este caso, quedando en duda el destino de los recursos obtenidos por la venta de estos locales.
Mauricio L·inez V·zquez
El Buen Tono
