


Alejandro Aguilar
EL BUEN TONO
Córdoba, Ver.- Mientras las protestas contra la gentrificación y la carestía resuenan en otras ciudades del país, Córdoba enfrenta su propia y profunda crisis habitacional. El acceso a una vivienda propia se ha convertido en una meta cada vez más lejana para miles de familias, con precios que superan rutinariamente el millón de pesos y tiempos de espera que se miden en décadas.
Según datos del INEGI, el 35 por ciento (%) de las familias cordobesas no cuenta con vivienda propia. De las 61 mil 770 viviendas registradas en 2020, solo el 64.7% eran de dominio propio, mientras que el 21.5% estaba en régimen de alquiler y el 12.5% era prestada por familiares. Esta realidad choca frontalmente con el anuncio del gobierno federal de construir un millón de viviendas de bajo costo, proyectadas entre 700 mil y 1.2 millones de pesos.
Carlos Reyes Peña, presidente del Colegio de Arquitectos del Estado de Veracruz (Córdoba y Orizaba), ofrece una mirada desde el sector construcción. Aunque reconoce que el primer semestre del año ha sido favorable para la actividad constructora, con precios de materiales estables o incluso a la baja –como la varilla, que pasó de 240 pesos en 2023-2024 a 135 pesos actualmente–, admite la dificultad para las familias. “Se puede decir un poquito complicado”, señala respecto al interés de construir, aunque destaca el “mucho entusiasmo” debido a la alta demanda insatisfecha.
La barrera principal es el costo. Reyes Peña confirma que la vivienda de interés social, de 60 a 70 metros cuadrados y créditos inferiores al millón de pesos, es hoy una rareza. “Hay muy pocos [desarrolladores] en la zona que lo están haciendo”. Esta escasez empuja a las familias hacia opciones más caras, inaccesibles para muchos.


