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SIN PARIDAD MUNICIPAL

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  /  columnista

De los 209 presidentes municipales que hace una semana entraron en funciones -son 212 ayuntamientos, pero en tres de ellos, Camarón de Tejeda, Sayula de Alemán y Emiliano Zapata, se instalaron Concejos Municipales, pues habrá elecciones extraordinarias en el mes de marzo- sólo 54 son mujeres. Es decir, por muchos discursos que los políticos emiten en favor de la igualdad de género no se ha logrado la paridad en el poder municipal. Las mujeres en la Entidad ocupan sólo una cuarta parte de los cargos edilicios.

Los partidos políticos que tienen más alcaldesas -lo que significa que dieron un poco de atención a esa paridad municipal- son el PAN con 20 Presidentas municipales, el PRD con 14 y el PRI con 11. De allí siguen el PVEM con 4, Morena con 3, Movimiento Ciudadano con 1 y Nueva Alianza también con una Alcaldesa. Bueno, en realidad son las fuerzas políticas que abanderaron más mujeres porque ya en el cargo edilicio hay reacomodos, como el que se dio en estos días con la presidenta municipal de Mixtla de Altamirano, en la sierra de Zongolica, Maricela Vallejo Orea, quien renunció a Morena para afiliarse a Acción Nacional.

Este caso es indicativo, pues dado el contexto de un Gobierno Estatal de transición o cambio, surgido de una alianza partidista ajena al PRI y por supuesto a Morena, y  con posibilidades de consolidarse al menos un sexenio más, muchos de los nuevos o nuevas ediles podrían emigrar hacia alguna de las fuerzas políticas que conforman la alianza azul-amarilla. En el caso de Mixtla de Altamirano, cuya Alcaldesa es la primera en emigrar políticamente hablando, obedeció a la desidia de los líderes de Morena hacia Vallejo Orea, quien recibió amenazas de muerte luego de que en diciembre fuera asesinado uno de sus tíos y no la arroparon, dejándola a su suerte, según ella misma lo denunció.

Pero regresando al tema paritario, la mayoría de los ayuntamientos que están encabezados por mujeres son en municipios pequeños o rurales. El Ayuntamiento más grande que encabezará una mujer es Córdoba, con la panista Leticia López Landero, quien -por cierto- tiene un equipo de trabajo paritario, como ella misma lo presume, pues dio espacio a muchas mujeres en el organigrama municipal.

El segundo municipio de importancia, por el número de habitantes, es Huatusco, con Balducina Tejeda del PVEM, aunque ahí hay un caso de incongruencia de género, porque si bien es una mujer la que oficialmente preside la comuna, el verdadero gobernante es su marido, el diputado federal y exalcalde del lugar, Miguel Sedas Castro, quien abiertamente encabeza reuniones con funcionarios municipales, atiende a los ciudadanos y ordena acciones oficiales.

Huatusco es el ejemplo de que las mujeres que llegan al poder sólo son utilizadas por los varones para cubrir cuotas exigidas por la Ley, pero no para gobernar. La alcaldesa Balducina sólo es una “Juanita”, como se le conoce a nivel nacional a las mujeres que llegan a cargos de elección popular nada más para simular, y el alcalde de facto es su cónyuge.

Otro caso emblemático respecto a la paridad de género se dio en el municipio de Camarón de Tejeda, pues allí los candidatos de las tres fuerzas políticas punteras -PAN, PRI y Movimiento Ciudadano- fueron mujeres, pero las mismas recurrieron a todo tipo de chanchullos para ganar, al grado que los tribunales decidieron anular los comicios por las irregularidades. Las nuevas elecciones se realizarán el 18 de marzo. El motivo de la anulación de los comicios municipales fue que la candidata del PMC, Norberta Palacios -quien ganó por 200 votos de diferencia – rebasó los topes de gastos de campaña.

Pero lo paradójico del asunto es que en ninguna de las tres candidatas privó la sororidad -solidaridad de género- ni el respeto ni la mesura a enfrentarse, protagonizando una disputa descarnada. Es más, las candidatas perdedoras, la priista Adriana Tejeda y la panista Susana Ameca, olvidaron sus diferencias y se unieron para tundir a su rival, acusándola de todo y pidiendo hasta cárcel para ella. Camarón de Tejada es muestra de que la mordacidad entre féminas que buscan el poder llega a convertirse en guerra sin cuartel, igual que una reyerta entre varones.

 

LA OREJA Y LA CUCHARA  

Hablando del tema femenino, vaya que causa revuelo que el alcalde de Nogales, Guillermo Mejía Peralta, de extracción priista, haya nombrado a la conductora de espectáculos, Verónica Gallardo, como presidenta del DIF municipal. La duda carcome porque la exparticipante del programa “La Oreja”, de Televisa, jura que no cobrará un centavo para desempeñarse como tal.

Ese sí es un buen chisme de la farándula y la política de aldea porque nadie se cree ese dicho de que no se beneficiará del cargo municipal y dejará sus quehaceres en los medios informativos de la capital del País -últimamente participaba en el programa “La Cuchara” con Fabiruchis- para venir a Veracruz a sacrificarse por el pueblo. Ahí, en Nogales, los lugareños deben “parar La Oreja” y meter “La Cuchara”, pues algo hay escondido. Esa gente por lo regular no tiene alma caritativa.

  

‘DON BELTRONE’ EN CAPILLA

“Cosas veredes”, le dijo Don Quijote de la Mancha a su escudero Sancho Panza para justificar lo extraordinario. Tal expresión puede decirse en México, donde uno de los ‘dinosaurios’ más acorazados de la clase política tuvo que tramitar un amparo judicial -como cualquier ciudadano de a pie- para no ser detenido luego de que se le atribuye la operación de una red de financiamiento ilegal hacia el PRI durante las elecciones de 2016.

Se trata del otrora poderoso Manlio Fabio Beltrones, exgobernador de Sonora, exsenador, exdiputado y exdirigente nacional del PRI, acusado junto con su secretario adjunto en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, Alejandro Gutiérrez -apodado “La Coneja”- de desviar 246 millones de pesos del presupuesto de Chihuahua para financiar las campañas electorales de hace dos años. 

El chanchullo lo hizo con la complicidad del entonces gobernador de Chihuahua, César Duarte, como también lo hizo en Veracruz con Javier Duarte y en Tamaulipas con Egidio Torre. Fueron carretadas de dinero que tomaron de las arcas estatales en colusión también con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) donde despachaba -¡Oh sorpresa!- José Antonio Meade, hoy precandidato presidencial de ese partido.

Causa asombro -aunque también júbilo- que un gángster de la política como Beltrones tenga miedo de terminar en la cárcel, aun cuando es una de las figuras priistas de mayor abolengo y aunque ya le concedieron el amparo provisional, el proceso judicial sigue su curso. El asunto refleja dos cosas: que su estrella política decayó y ya no es el poderoso personaje ante el cual muchos se inclinaban y dos, que el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral está haciendo su trabajo en materia de combatir la corrupción y castigar a los saqueadores.

Chihuahua es un caso parecido a Veracruz, porque allá se logró un cambio político en el 2016, se derrotó a un Duarte voraz y criminal, y comenzó un proceso de saneamiento de la vida pública como a nivel local se dio con el también panista Miguel Ángel Yunes Linares. Y no es casualidad que hoy Chihuahua también esté sumergida en una “ola” de violencia como Veracruz, y sea utilizada por los priistas expulsados -los fidelistas, pues- como “ejemplo” de un supuesto fracaso de las nuevas administraciones en materia de Seguridad Pública.

No, al menos en Chihuahua se ha comprobado que una de las revanchas del tricolor ha sido detonar una andanada de violencia, enderezada por los grupos delictivos que durante décadas estuvieron en acuerdos con los gobiernos priistas. Lo mismo en Veracruz, la “ola” de violencia que hay es producto no sólo de la herencia sino del desquite del priismo más podrido que fue echado del poder y de las células criminales que vieron rotos los pactos que tenían con los dos últimos gobernadores. Por eso el caso de Chihuahua es tan parecido al de Veracruz.

En la Entidad veracruzana todavía falta que la Fiscalía General se ponga a trabajar y acelere las pesquisas por las maletas de dinero que Javier Duarte le dio a Beltrones y al candidato perdedor Héctor Yunes Landa. El trío Duarte-Beltrones-Yunes Landa se habrían birlado al menos mil 300 millones de pesos del dinero de los veracruzanos en el 2016, como consta en declaraciones ministeriales de algunos testigos. No hay que olvidar que Alejandro “La Coneja” Gutiérrez fue grabado en video durante las negociaciones con Duarte de Ochoa para entregarle maletas de dinero tanto a Beltrones como a Yunes Landa.

Así como el chihuahuense Javier Corral ya le puso ‘el cascabel al dinosaurio’, en Veracruz tienen que echarles el lazo a esos ladrones emperifollados que se creen intocables. Hay material judicial suficiente para ello. No debe haber impunidad porque el dinero que se robó ese trio gansteril pudo haber salvado vidas en hospitales, educado niños en escuelas, formado el futuro de jóvenes en universidad y contribuido a combatir la pobreza que padece la población veracruzana.

Y para que no quede duda del talante popular que se carga Manlio Fabio Beltrones, todos en los corrillos políticos le apodan “Don Beltrone”, haciendo alusión a “Don Corleone” -Vito Corleone-, el personaje ficticio que dirigió la mafia italiana en Estados Unidos, y que es el protagonista de la novela “El Padrino” del escritor Mario Puzo, la cual fue llevada magistralmente al cine bajo la dirección de Francis Ford Coppola.

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