


Xalapa, Ver., 11 de agosto 2025.- La avaricia y la codicia hacen invisibles a los que más sufren y requieren de la solidaridad ciudadana, hacerse rico ante Dios haciendo el bien permite ver para ayudar a: Los familiares de más de 200 mil mexicanos asesinados y las familias de los casi 75 mil desaparecidos.
El padre Juan Beristain de los Santos, Director Oficina Comunicación Social Arquidiócesis de Xalapa, refirió lo anterior ante un contexto de vulnerabilidad donde “unos 44 millones de mexicanos que están sumergidos en pobreza y los 50 millones de mexicanos que carecen de servicios de salud y acceso al sistema institucional”.
Una reducción de empleos formales y las fuentes de sustento para sus familias supera los 405 mil hasta diciembre pasado, mientras cerca de 32 millones de mexicanos que vivimos en la economía informal.
“Siempre va a ser una verdadera insensatez consagrar todas las energías, la imaginación, el tiempo y las mejores capacidades para adquirir y conservar la riqueza solo para uno mismo, olvidándose de los demás”, señaló.
Sólo se podrán derribar los muros de la pobreza, la desigualdad y la exclusión si cada ciudadano está dispuesto a pensar un poco en cada conciudadano que necesita de la solidaridad, para salir adelante de la pobreza e integrarse en búsqueda del bien común y, de este modo, vivir en la justicia y la paz.
“El capítulo 12 del evangelista San Lucas enseña la prioridad que debe tener el reino de Dios en la vida de los creyentes y el sentido profundo de ser rico ante Dios, poniendo como prioridad la construcción del reino de Dios, que consiste en un nuevo estilo de vida para que las personas consigan la plenitud humana y divina en el servicio, la justicia y la paz”, comentó
Uno de los rasgos más llamativos en la predicación de Jesús es la lucidez con que él ha sabido desenmascarar el poder alienador y deshumanizador que se encierra en la tentación constante de acumular riquezas para uno mismo, sin pensar en los demás.
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