

Zongolica.- La llamada Ley Sí a la Vida no respeta el derecho de la mujer para decidir sobre su cuerpo, además que en la zona rural las féminas son violentadas en sus derechos por usos y costumbres, donde el aborto es mal visto, coincidieron activistas de género.
Integrantes de diversas agrupaciones ciudadanas señalaron que nunca tomaron en cuenta la voz de los grupos feministas del Estado, solamente la presión que ejerció la Iglesia por medio de grupos católicos.
Así opinó la activista Montserrat Vera Centeno, al señalar que no se toma en cuenta el derecho a la mujer para decidir sobre su cuerpo, situación que es diferente en zonas como Zongolica, donde los usos y costumbres imperan sobre los derechos reproductivos de las féminas.
Dijo que año con año, no obstante la promoción en materia de género que se realiza para enseñar los derechos, se ha avanzado poco y con leyes como las aprobadas por los legisladores locales y ratificadas por los cabildos, carecen de la opinión de las verdaderas afectadas.
Criticó que la mayoría de los ediles aprobaron la Ley en sus cabildos sin conocer de fondo la trascendencia, solamente presionados por los grupos de poder de la Iglesia.
Expresó que los presidentes municipales, síndicos y regidores, en su mayoría hombres, no tienen sensibilización en género, no tienen una comisión edilicia al respecto, y en caso de que una mujer sea edil, es minimizada, no es escuchada y carece de voz a pesar del voto.
Por su parte, la universitaria, también promotora comunitaria de Zongolica, Ingrid Vera, se refirió a que la Ley cumple más con un trasfondo religioso y no con temas de salud, pues es evidente que a finales del sexenio, los apoyos a las mujeres en esa área se han detenido como las Caravanas de la Salud.
Las mujeres en la zona indígena no tienen atención en materia reproductiva, son violentadas de forma institucional, pues hasta sus localidades no tienen campañas de detección de cáncer, no hay pláticas de sensibilización, entre otros temas que los diputados locales omiten desde sus curules, pues las leyes las dictan en escritorio y no tienen un fondo social para atender la verdadera problemática.
