Córdoba.- En nuestro país, la edad y el género son factores determinantes para ser víctima de agresiones y abusos, pues los adultos de la tercera edad continúan siendo el sector más vulnerable ante los actos de violencia.
De acuerdo a estudios realizados por diversos organismos, las personas más maltratadas son aquellas mayores de 74 años y seis de cada diez agresiones tienen como objetivo las mujeres, quienes incluso en el último tramo de su vida sufren a manos de familiares, esposos o desconocidos.
Aunque esto pareciera ser una situación ajena a esta localidad, a la vista de todos los cordobeses se encuentra una señora quien por su avanzada edad, presenta problemas mentales y pérdida de la memoria, así como algunos estragos físicos de consideración.
Para sobrevivir se dedica a la mendicidad; diariamente pasa varias horas recostada en una de las banquetas de la avenida 1, a las afueras de la Catedral, presentando un serio desaseo la mayor parte del tiempo.
Por el estado en el que se encuentra, recibe ayuda constante por parte de transeúntes, quienes además de obsequiarle unas monedas, le entregan comida y artículos como cobijas para que subsista, situación de la cual se ha aprovechado otro indigente, en este caso, un hombre de menor edad, quien de acuerdo a versiones de locatarios, finge ser invidente para solicitar un apoyo económico.
El cuadro parece ser muy peculiar, sin embargo, la situación es mucho mas lamentable, toda vez que esta anciana, además del abandono en que se encuentra, sufre de violencia y explotación por parte de la persona que la acompaña (el supuesto invidente), quien además de robarle su dinero, le priva de los alimentos que la gente le regala, inclusive se sospecha que hasta ha llegado a golpearla, pues presenta un ojo morado, resultado de las supuestas golpizas que éste le propicia.
Debe haber denuncia
Ante el conocimiento de estos hechos, Guadalupe González Zetina, coordinadora del Centro de Atención de Violencia Intrafamiliar (CAIVF), señaló que por tratarse de un caso de violencia, éste puede atenderse en la institución; sin embargo, el hecho de que se trate de personas indigentes dificulta su atención, ya que la mayoría de ellos consideran el albergue una cárcel, por lo cual el auxilio debe ser solicitado por la propia señora; “yo no la puedo obligar a venir, pues ya es una persona adulta, en ese caso si sufre violencia, ella tiene que solicitarlo”
No obstante, González Zetina resaltó que ante esta situación, la población puede solicitar el apoyo de la Policia Estatal para que por medio de ellos, se gire una orden que permita que el CAIVF atienda el caso sin problema alguno.
Yessica MartÌnez A.
El Buen Tono
