De la redacción
El Buen Tono
Un reloj de bolsillo de oro perteneciente a Isidor Straus, uno de los pasajeros que murió en el hundimiento del Titanic en 1912, se convirtió en la pieza más valiosa relacionada con el famoso transatlántico al ser vendido por 1.78 millones de libras, poco más de 43 millones de pesos mexicanos.
Se trata de un Jules Jurgensen de 18 quilates, grabado y obsequiado a Straus por su cumpleaños número 43 en 1888. La venta superó el récord anterior, establecido apenas el año pasado, cuando otro reloj de oro ligado al capitán que rescató a más de 700 sobrevivientes alcanzó 1.56 millones de libras.
Isidor Straus, nacido en 1845 en una familia judía en Baviera, emigró a Estados Unidos siendo niño y años después se convirtió en uno de los socios de los grandes almacenes Macy’s en Nueva York. Él y su esposa, Ida Straus, figuran entre los más de mil 500 fallecidos del desastre marítimo y fueron de los pocos pasajeros de primera clase que no sobrevivieron.
Relatos de la época indican que, al iniciarse la evacuación, a la pareja se le ofrecieron lugares en los botes salvavidas debido a su edad. Straus rechazó subir antes que otros hombres, e Ida se negó a abandonar a su esposo. Fueron vistos por última vez juntos, sentados en tumbonas mientras esperaban el final. Su historia inspiró una de las escenas más recordadas de la película Titanic de 1997.
El reloj fue recuperado después de la tragedia y devuelto a la familia Straus. La subasta, organizada por Henry Aldridge & Son en Wiltshire, incluyó otros artículos del Titanic: una carta escrita por Ida por 100 mil libras; una lista original de pasajeros por 104 mil libras; y una medalla de oro otorgada a la tripulación del RMS Carpathia por 86 mil libras. En total, la venta de memorabilia alcanzó 3 millones de libras, poco más de 72 millones de pesos.
El subastador Andrew Aldridge destacó que el elevado precio refleja cómo, más de un siglo después, el interés por las historias del Titanic permanece intacto. “Cada pasajero tenía una historia que merece ser contada, y esta se revive 113 años después a través de estos objetos”, señaló. Sobre los Straus, agregó que su vida conjunta sigue simbolizando una de las historias de amor más fuertes ligadas al legendario barco.

