AGENCIA
Internacional.- La estrategia del gobierno federal para sustituir importaciones provenientes de China y otros países asiáticos, mediante el aumento de aranceles aprobado esta semana, tomará al menos 10 años o más en consolidarse, advirtieron especialistas en manufactura, comercio exterior y representantes empresariales.
De acuerdo con expertos consultados, el proceso será prolongado debido a que los nuevos proveedores nacionales deben cumplir con certificaciones, desarrollar capacidad productiva suficiente y conformar inventarios estables, lo que impide una sustitución inmediata de los insumos asiáticos.
Especialistas señalaron que el desarrollo de un proveedor no es automático. En el mejor de los casos requiere un mínimo de dos años, pero en promedio el proceso puede extenderse entre 10 y 20 años. Afirmaron que, pese a intentos previos, no ha existido el interés ni la inversión suficientes para producir en México ciertos insumos clave que hoy se importan.
Mientras se consolida esta transición, los costos de producción enfrentarán incrementos relevantes. Las estimaciones apuntan a aumentos de entre 30 y 50 por ciento en el próximo año para bienes que dependen de insumos asiáticos. Entre los factores que presionan los costos se encuentran el alza de aranceles a materias primas, el encarecimiento de la mano de obra y los ajustes al salario mínimo.
En la frontera norte, el salario mínimo pasará de 88.36 pesos diarios en 2018 a 440.87 pesos en 2026, lo que representa un incremento acumulado considerable para la industria manufacturera y maquiladora.
El impacto no se limitará a las fábricas. Especialistas advirtieron que el aumento de costos se trasladará al consumidor final, con alzas significativas en productos como vehículos, ropa, calzado y electrónicos. En algunos casos, los precios podrían incrementarse entre 70 y 100 por ciento, al reflejarse los mayores costos laborales y de producción.
El presidente de la Coparmex, Juan José Sierra Álvarez, alertó que el incremento de mil 463 aranceles a productos originarios de países asiáticos tendrá un efecto directo en la inflación. Señaló que el aumento de precios de los artículos importados se traducirá en mayores costos para los consumidores y presionará la inflación general.
Asimismo, consideró que no debería aplicarse el mismo nivel de arancel a materias primas, insumos intermedios y productos terminados, ya que esta medida genera distorsiones y competencia desleal dentro de las cadenas productivas.
Sierra Álvarez indicó que la decisión también tiene un componente internacional, al alinearse con los intereses de Estados Unidos en el marco del tratado comercial de América del Norte. Especialistas coincidieron en que esta política responde a la presión del gobierno de Donald Trump para crear un “cinturón arancelario” en la región.
En la frontera norte, el sector maquilador observa con preocupación la próxima revisión del T-MEC. El presidente del Comité Empresarial de Ciudad Juárez de la Coparmex, Mario Cepeda, advirtió que existe el temor de que se exija un mayor contenido nacional, cuando actualmente este es de apenas 20 por ciento en sectores como electrónicos, aeroespacial y semiconductores.
Cepeda subrayó que sustituir insumos asiáticos tomará más de una década debido a las mismas limitaciones de certificación, capacidad productiva e inventarios. Además, señaló que el aumento de costos laborales, pese a las prestaciones adicionales que ya ofrecen las maquiladoras, ha provocado la pérdida de dos de cada 10 empleos en la industria del ensamble.
Los aranceles impactarán principalmente a proveedores de China, Corea del Sur, Hong Kong, Indonesia, India, Tailandia y Taiwán, que abastecen sectores como autopartes, textil, aluminio y plásticos. De manera transversal, también se verán afectadas industrias que utilizan acero y aluminio, como la automotriz, eléctrica, electrónica, de maquinaria pesada, dispositivos médicos y aeroespacial.
Especialistas advirtieron que la industria manufacturera exportadora requiere insumos por un valor aproximado de 300 mil millones de dólares, pero en ejercicios de sustitución apenas se han logrado reemplazar alrededor de 2 mil millones de dólares, lo que evidencia la falta de proveeduría nacional suficiente en capacidad y calidad.
Los expertos coincidieron en que, sin un plan integral que incluya planeación de largo plazo, apoyo a proveedores nacionales, participación de grandes empresas y coordinación entre gobierno e industria, la política arancelaria derivará principalmente en mayores costos y precios, sin lograr una transformación estructural de la proveeduría nacional.


