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Tiene 12 años, pero vive como un bebé

Superiberia

Zongolica.- Han sido dos horas de preguntas para ubicar su domicilio. Para llegar a visitar a Araceli, para ver el pueblo fantasma en el que se ha convertido su localidad, para contemplar la escuela abandonada que ni tableros de basquetbol tiene.

Exactamente a una hora y media de Zongolica se encuentra la localidad Comalapa, donde se transita en una carretera impecable, pero en contraste, hacia un pueblo plagado de pobreza, de camionetas con placas americanas, de casas de cartón.

Así, luego de constantes interrogantes llegamos al domicilio de Araceli, una niña especial, una menor enferma de un mal incurable que le ha condenado a vivir eternamente en el cuerpo de un bebé.

Su casa, comunicada por piedras que evaden los arroyos, es apenas conformada por dos cuartos de escasos seis metros cuadrados, de ropa tirada en el suelo, de un brasero que ocupa la mitad de una de las habitaciones y el hogar de cinco hijos. Apenas el viernes llegó el o la quinta integrante.

Así vive Araceli, jugando con una flor de Cempaxúchitl, encerrada en una reja, sonriendo, balbuceando, rechazando el pollo que su abuela le metió a su “corralito”, intentando comunicarse con un mundo que la ve como una menor especial.

Yazmín, Edith y Filoberta, juegan a un costado de su hermana mayor, pero irónicamente, la más pequeña.

Mateo Xochicale y Josefina Porras, sus padres, salieron rumbo al hospital a contemplar el nacimiento de su quinto primogénito.

Araceli hoy convive con su abuela y con su tío. Postrada dentro de una reja de madera, junto al bracero, encerrada en una vida olvidada que la presidenta del DIF Municipal de Zongolica, Paloma Macuixtle Alvarado, ni siquiera conoce. No sabe del caso, según dijo al reportero.

Hace un año, dicen sus cuidanderos, dejó el tratamiento en el Hospital Regional de Río Blanco (HRRB) y se le condenó a vivir en el abandono e indiferencia de los doctores y más aún, de autoridades.

Aquél que impermeabiliza escuelas, que regala becas y que viaja en camionetas Cadillac y Land Rover a la zona más pobre del país, no ha atendido esta petición.

Araceli sigue viviendo en medio de un mundo de indiferencia y lo grave es que de acuerdo a médicos podría tener poco tiempo de vida. Su desarrollo no pasará más allá de los catorce años.

Lidia Irma Mezhua Campos, ex alcaldesa de Zongolica, fue quien dio a conocer el caso y quien estuvo pendiente de que la menor recibiera tratamiento. Incluso ante la Organización Mundial de la Salud pidió que médicos expertos analizaran su caso.

Son 650 casos de discapacitados que hay en esta región, sin embargo, a la unidad médica que tiene el DIF Municipal apenas llegan algunos porque el resto está encerrado en sus casas.

Los familiares de Araceli sueñan con ver a la menor en una silla de ruedas, en una cama cómoda, en ver que la niña está teniendo una rehabilitación que le retribuya ser una niña normal, aunque en recompensa, nunca tenga que dejar de ser como un bebé.

Noé Carrillo

El Buen Tono

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