


Xalapa.- Ejidatarios del municipio de Tatahuicapan secuestraron a dos funcionarios del Ayuntamiento de Coatzacoalcos y corretearon y apedrearon al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, tras una asamblea ríspida donde no llegaron a ningún acuerdo y rompieron el diálogo, esto por el tema de apoyos por la operación de la presa Yuribia, que surte agua a 500 mil personas.
Sin llegar a un arreglo los habitantes intentaron retener al alcalde, por lo que éste salió huyendo del lugar cerca de la presa. Los ejidatarios apedrearon las camionetas donde iba Caballero Rosiñol y sus empleados.
Posteriormente tomaron la presa Yuribia, construída hace 28 años y que últimamente ha sido motivo de constantes reclamos por parte de los habitantes de Tatahuicapan a diversas administraciones municipales de Coatzacoalcos, principalmente.
Debido a la toma de la presa no habrá agua para los habitantes de los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque en los
próximos días.
Desde temprana hora iniciaron las pláticas, sin embargo, “la insensibilidad” del Gobierno municipal y la ausencia del Secretario de Gobierno, Erik Lagos Hernández, tensó el clima de respeto por parte de los que surten agua a la región sur del estado.
Los ejidatarios esperaban a Lagos Hernández, pero en su lugar acudió el director de Política Regional en el Estado, Roberto Salgado, quien fue llevado por los campesinos a la presa que surte de agua a Coatzacoalcos para “que viera con sus propios ojos la situación
deplorable del río”.
Tatahuicapan es una de las zonas serranas de la región de Coatzacoalcos y a pesar de dotar de agua a sus habitantes, lejos están de recibir obras de infraestructura para sus comunidades.
El cobro por el agua que reciben las autoridades de decenas de miles de habitantes de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque no aporta nada a los habitantes de Tatahucapan que surte el agua con sus ríos.
Debido a que no reciben ningún apoyo a pesar de las constantes peticiones desde hace más de de dos años, la presa “podría ser dinamitada” en las próximas horas, según han advertido los habitantes.
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