


El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor en 2020 como sucesor del TLCAN, está próximo a enfrentar su primera revisión sexenal en 2026. Aunque el acuerdo establece una cláusula para revisar el tratado cada seis años y la posibilidad de cancelarlo en 10 años o extenderlo hasta 2042, el presidente estadounidense Donald Trump tiene planes de adelantar la renegociación para el próximo año, según declaraciones recientes del secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick.
¿Por qué quiere Trump renegociar el T-MEC?
El mandatario republicano busca modificar aspectos claves del tratado, especialmente en el sector automotriz. Trump ha dejado claro su interés en que todos los vehículos comercializados en Norteamérica sean fabricados exclusivamente en Estados Unidos, descartando la actual producción compartida con México y Canadá. Esta medida, afirma, busca proteger empleos estadounidenses.
Además, Trump ha condicionado la reducción de aranceles en el marco del tratado a avances concretos en la lucha contra el tráfico de fentanilo y al control en la frontera. Actualmente, el T-MEC permite la exención de tarifas al 75% de los productos que se comercian entre los tres países, pero el mandatario insiste en mantener aranceles sobre el 25% restante hasta que se cumplan sus demandas.
Tensiones comerciales con Canadá y el mundo
Howard Lutnick destacó en entrevista para CBS que Trump considera que Canadá no ha sido recíproco en la apertura de su mercado, lo que justifica su intención de imponer nuevos aranceles. El gobierno estadounidense planea actualizar el 1 de agosto una lista de tarifas contra países con los que considera tener un desequilibrio comercial, ya sea por restricciones en la importación de productos estadounidenses o por vender más de lo que compran a Estados Unidos.
¿Qué sigue para el T-MEC?
De no llegar a un acuerdo, un país podría abandonar el T-MEC en 2026, lo que implicaría la cancelación definitiva del tratado en 2036. Si el tratado sigue vigente, se contempla una segunda revisión en 2032 y su continuidad hasta 2042.
Este movimiento genera incertidumbre para México y Canadá, que deberán prepararse para negociaciones que podrían redefinir la dinámica comercial en Norteamérica y afectar cadenas productivas y empleos en la región.


