De la redacción
El Buen Tono
Washington.— El presidente Donald Trump reiteró desde la Casa Blanca que, a su juicio, en México “quien manda” es el crimen organizado, y defendió la escalada militarizada de su gobierno contra las redes de tráfico de estupefacientes en alta mar como preludio de operaciones terrestres. Según Trump, su administración consultará al Congreso para explicar los pasos siguientes, que incluirían contener y perseguir el trasiego por tierra.
El mandatario citó los recientes golpes navales que, afirmó, han destruido embarcaciones empleadas para el transporte de drogas y llevado a la muerte de decenas de tripulantes; con esos resultados, dijo, la misma lógica puede aplicarse en territorio continental. Trump subrayó que su coalición interinstitucional —una fuerza de tarea que, según la Casa Blanca, reúne al Departamento de Seguridad Nacional, al Departamento de Guerra y al Departamento de Justicia junto con agencias de inteligencia— está diseñada para “combatir” a esas organizaciones con información de inteligencia y acciones militares concretas.
Durante la conferencia, Trump defendió la utilización de la fuerza letal en el mar y volvió a asegurar que la administración sabe “de dónde vienen” las embarcaciones y quiénes las operan, describiendo a los involucrados como actores armados y no meros pescadores. En un pasaje contundente de su intervención, el presidente insistió en que su gobierno tomará medidas directas contra quienes, dijo, ponen en riesgo a Estados Unidos: “simplemente los vamos a matar, los vamos a matar”, afirmó, en referencia a miembros de las redes de tráfico.
La Casa Blanca, a través de esa nueva Fuerza de Tarea, sostiene que la estrategia busca bloquear rutas, destruir medios logísticos en el mar y ampliar luego la presión sobre las cadenas de suministro en tierra. Funcionarios y analistas han planteado dudas sobre el marco legal y los riesgos diplomáticos de operaciones que se desarrollen sin un amplio respaldo internacional o sin coordinación con los países de la región; desde México autoridades han señalado que cualquier operación en su territorio requeriría acuerdos y respeto a la soberanía nacional.
Ante preguntas de la prensa sobre patrullajes aéreos cerca de Venezuela, el presidente negó órdenes específicas en ese frente y aclaró que, aunque no está satisfecho con el gobierno venezolano, ciertas versiones eran falsas. La anunciada intensificación de acciones —y la retórica sobre la posibilidad de expandir ataques terrestres— augura un nuevo capítulo de tensiones en la relación bilateral y en la seguridad regional.


