


AGENCIA
Washington, D.C.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó un ultimátum a 17 de las principales farmacéuticas del mundo, a quienes dio un plazo de 60 días para reducir los precios de los medicamentos en el país, o enfrentarán duras sanciones. La advertencia fue comunicada mediante cartas enviadas directamente a los directivos de empresas como Pfizer, Johnson & Johnson, AstraZeneca y Sanofi.
“Lo único que aceptaré a partir de ahora es un compromiso firme para terminar con los precios inflados de los medicamentos y con el uso gratuito de la innovación estadounidense por parte de otros países”, advirtió el mandatario en su mensaje. Trump ordenó que las farmacéuticas igualen los precios que ofrecen en otras naciones desarrolladas, especialmente en Europa, y devuelvan los ingresos excedentes generados en el extranjero.
Este ultimátum ocurre tras la firma de una orden ejecutiva el pasado 12 de mayo, en la que el presidente solicitó una primera reducción de precios en 30 días. Ahora, al no haber visto cambios sustanciales, impone un segundo y definitivo plazo que culmina el próximo 29 de septiembre.
Las medidas incluyen:
- Extender precios de “nación más favorecida” a los programas públicos como Medicaid.
- Permitir la compra directa de medicamentos a precios internacionales.
- Devolver beneficios obtenidos en el extranjero a los contribuyentes estadounidenses.
El presidente también dejó en claro que su equipo -encabezado por el Secretario Kennedy y el Administrador Oz- está preparado para implementar medidas coercitivas si las empresas no cumplen.
En paralelo, el pasado 8 de julio, Trump amenazó con aplicar aranceles de hasta 200% a medicamentos importados si las farmacéuticas extranjeras no trasladan su producción a suelo estadounidense, como parte de su plan para relocalizar industrias estratégicas tras la pandemia de Covid-19.
Consecuencias globales
La presión de Washington no solo representa un giro drástico en la política farmacéutica estadounidense, sino que podría provocar cambios en los precios globales de medicamentos, ya que muchas naciones se benefician de esquemas diferenciados.
Trump ha sostenido que los estadounidenses pagan hasta tres veces más por los mismos medicamentos que en otros países, una “carga inaceptable” para las familias.
La confrontación con la industria farmacéutica plantea un nuevo escenario de tensiones entre gobiernos y grandes corporaciones, en torno a la equidad en el acceso a la salud y el costo real de la innovación médica.
Empresas señaladas: Eli Lilly, Pfizer, Sanofi, Regeneron, Merck, EMD Serono, GSK, Johnson & Johnson, Genentech, Amgen, AstraZeneca, Novo Nordisk, Gilead Sciences, Novartis, Bristol Myers Squibb, Boehringer Ingelheim y AbbVie.


