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VA LA TERCERA

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  /  columnista

Jugando con la fecha que festeja a la Virgen de Guadalupe, un poderoso símbolo para todos los mexicanos, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador se registró ayer como precandidato a la Presidencia de la República ante los órganos internos del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) –Morena también se le llama a la Señora del Tepeyac-. Es nominado único, ya que para nadie más está reservada esa candidatura porque Morena fue construida para eso mismo: ser la plataforma personal de López Obrador para contender por tercera ocasión por Los Pinos

Las dos anteriores, en 2006 y 2012, lo hizo abanderado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que se alió con los del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (PMC) (antes Convergencia por la Democracia), y ahora tiene un partido casi de su propiedad, regido verticalmente con mano de hierro. Al interior no hay lugar para la competencia interna sino para las designaciones que vienen directamente de la cúpula, es decir, del propio López Obrador.

Y como en las dos ocasiones anteriores, el famoso Peje inicia como puntero en la preferencia ciudadana, le saca 8 puntos de ventaja al panista Ricardo Anaya y 16 al priista –disfrazado de externo- José Antonio Meade. Es cierto, hoy por hoy López Obrador representa la mejor opción para ocupar la Presidencia de la República ante la corrupción galopante que representa el PRI y la funesta experiencia con doce años de gobiernos panistas que dejaron un País en guerra y millones de hogares enlutados.

El famoso cambio que se pregonó en el año 2000 con la elección del panista Vicente Fox fue una farsa y su secuela, el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, una tragedia para todos. Nada garantiza que el queretano Ricardo Anaya, virtual abanderado del blanquiazul, que en el 2018 irá coaligado con el PRD y el PMC, vaya a ser diferente ni en el aspecto económico  ni en el político ni en el social de los panistas y priistas que ya fueron mandatarios.

Las candidaturas “ciudadanas” son también una mascarada. Los tres aspirantes con más posibilidades de alcanzar la inscripción ante las autoridades electorales –la expanista Margarita Zavala, esposa de Calderón Hinojosa, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, quien fue militante priista por 40 años, y el senador Armando Ríos Piter, quien ha brincado del PRI al PRD y después al PAN- no representan cambio alguno y los ciudadanos lo saben, por eso su participación en los comicios venideros será meramente anecdótica.

Entonces, a los mexicanos no les queda otra salida que votar en rebeldía y dar un manotazo sobre la mesa. Es decir, hacerlo por Andrés Manuel López Obrador, la tercera vía y la única que enarbola –digan lo que digan sus malquerientes o los escépticos- los intereses de las mayorías. Es verdad que el tabasqueño ha tenido deslices que lo han dañado mucho –el más reciente es prometer una amnistía para los capos del narcotráfico-, pero hasta el momento no han sido más que escaramuzas retóricas mientras que las aberraciones verbales de panistas y priistas se convirtieron en políticas pública que resultaron catastróficas para el país.

Con todo lo citado, López Obrador irá a la competencia presidencial por tercera ocasión. La tercera es la vencida, ha dicho él mismo y prometió que si no gana “se irá a la ‘chingada’”, una expresión popular que se usa para decir: el olvido, lo insalvable, la ignominia, aunque la disimula con un rancho agrícola que lleva ese nombre. Y aunque  el caso es divertido, la advertencia no es menor porque el País puede seguir la misma suerte si los ciudadanos no recurren a la terca memoria y permiten que los vuelva a gobernar un panista o un priista. La ‘Chingada’ no sólo sería el destino de López Obrador sino el de la nación entera.

 

MORENACOS QUE ESPANTAN

Sin embargo, una cosa es López Obrador y otra son los candidatos de Morena a nivel estatal, pues entre los que se perfilan para contender por el Senado o las diputaciones locales y federales, hay verdaderos impresentables. Son personajes ligados a lo peor del PRI y del PAN, embarrados de fidelidad –ese grupo político que gobernó 12 años Veracruz y que apestó todo a su alrededor- y que confirmaría que Morena recoge desechos y margina a sus propios militantes, a los fundadores del movimiento, a los verdaderos hombres y mujeres de izquierda.

Por ejemplo, el lunes pasado se registraron las dos fórmulas al Senado. La primera será encabezada por todavía la diputada federal, Rocío Nahle García, originaria de Zacatecas, pero avecindada en Coatzacoalcos desde hace varias décadas. Y la segunda nominación fue para el priista Ricardo Ahued Bardahuil, quien ha sido alcalde de Xalapa y Diputado Federal  por el tricolor. Es un empresario propietario de tiendas de productos baratos –llamadas baratijas, importadas en su mayoría de China-, y que siempre sirvió al innombrable y a Javier Duarte de Ochoa.

La fidelidad lo hizo Alcalde y Legislador, y aunque un par de veces de-sentonó con la decisión partidista en votaciones parlamentarias, nunca fue un genuino representante popular. Es más, sobre su sumisión al innombrable hasta se cuenta la anécdota del secuestro de un familiar que fue ordenado al crimen organizado por el mismo innombrable para obligarlo a seguir contendiendo como candidato del PRI. Y así lo hizo, siempre fiel, siempre doblegado, mudo ante lo que pasaba pese a que habría sido víctima del narco-gobierno de la fidelidad. Nunca alzó la voz ante la ola de violencia que castigaba a los veracruzanos.

Para las diputaciones federales de Morena también sobran los impresentables. En la conurbación Veracruz-Boca del Río, postularían al empresario periodístico Pablo Robles Barajas, hermano de la exdiputada local priista Mónica Robles  y cuñado del exalcalde de Coatzacoalcos y exsecretario de Turismo en sexenio de la fidelidad, Iván Hillman. El consorcio periodístico de Robles Barajas fue exhibido recientemente, durante la comparecencia en el congreso local del titular de la Coordinación General de Comunicación Socia, Elías Assad, por haber recibido 148 millones de pesos de Duarte de Ochoa para que se hablara bien de él.

También en la conurbación irían los exdiputados panistas Óscar Lara Hernández y Rafael Acosta Croda. Ambos renunciaron al PAN para apoyar a los candidatos del PRI en comicios pasados, y se les relaciona directamente con el innombrable y con Duarte de Ochoa de quienes habrían recibido dinero y favores para operar contra el panismo. Lo mismo el cantautor Byron Barranco, conocido en todo el sexenio 2004-2010 por ser el compositor de canciones para loar al innombrable. Cantaba alabanzas a lo peor que ha tenido Veracruz, pero ahora Morena lo purifica y lo quiere hacer legislador. ¡Dios guarde la hora!

En el sur del estado, Morena impulsa al exdirigente panista Domingo Bahena Corbalá –muy allegado a Duarte de Ochoa- al igual que al exdirigete priísta de Coatzacoalcos, Alberto Mijangos Martínez. En Orizaba pretende abanderar al exdirigente estatal del PRD, Juan Vergel Pacheco y a Victoria Tlahua, excandidata del tricolor en Zongolica, mientras que en Xalapa se rumora – aunque debe ser un mal chiste- que Yolanda Gutiérrez Carlín, exdirectora del Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) de Veracruz en los tiempos del innombrable y comadre del senador Héctor Yunes Landa, será postulada a una diputación, lo mismo que el exdiputado panista Marcos Salas Contreras. En Misantla, el exdiputado y exalcalde priista Carlos Carballal Valero será la carta de ese partido. Definitivamente Morena no es lo mismo a nivel nacional que a nivel local. Acá los morenacos le dan un susto al miedo.

 

MÁS POR EL SENADO

También el lunes pasado, a la exalcaldesa de Santiago Tuxtla, exdiputada federal y actual legisladora local, Yazmín de los Ángeles Copete Zapot, se registró ante los órganos internos del PRD como precandidata al Senado por Veracruz. La tuxtleca encabezaría la primera fórmula senatorial arropada por la coalición PAN-PRD-PMC, mientras que la segunda sería para el exalcalde de Veracruz, exdiputado local y actual secretario de Infraestructura y Obras Públicas, el panista Julen Rementería del Puerto.

Tal serían las dos fórmulas de la llamada “Coalición por México al Frente”, aunque también se ha mencionado que en el PAN podría inscribirse y competir por la segunda el exalcalde de Tantoyuca y actual titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Joaquín Guzmán Avilés, cuya hermana, María del Rosario Guzmán, es senadora, pues suplió a Fernando Yunes Márquez cuando se separó de la cámara alta para contender por la presidencia municipal de Veracruz.

En el PRI son muchos los que andan a la caza de la nominación senatorial, aunque la mayoría con historial de perdedores y peor aún, con fuertes nexos con la fidelidad. Hay cinco mujeres aspirantes, cuatro de ellas impresentables: la exreina del Carnaval de Veracruz y todavía delegada de la Secretaría de Desarrollo Social, Ana Guadalupe Ingram Vallines y  la exalcaldesa de Xalapa y actual delegada del ISSSTE, Elizabeth Morales García. También la exalcaldesa de Veracruz y exdiputada local y federal, Carolina Gudiño Corro, y María del Carmen Pinete Vargas quien fue diputada federal y local así como funcionaria estatal durante el gobierno del innombrable.

Las primeras tres tienen en común, además de sus nexos con el innombrable y Duarte de Ochoa, que en las elecciones de 2015 fueron derrotadas vergonzantemente cuando pretendieron ser diputadas federales por Boca del Río, Veracruz Urbano y Xalapa Urbano, respectivamente. La cuarta aspirante,  apuntalada por el senador Héctor Yunes Landa, es Sonia Sánchez, quien fue esposa del exgobernador Patricio Chirinos Calero. La señora Sánchez de Chirinos fue encargada de la cartera de Apoyos Sociales en la campaña electoral de Yunes Landa, pero no le consiguió ni un voto.

Respecto a los varones, luego de que el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos rechazó buscar alguna candidatura en 2018 –al menos así lo declaró a la prensa local- hay al menos tres aspirantes para la segunda fórmula que acompañaría a la postulación femenina. Uno es Juan Carlos Molina Palacios,  dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias de la CNC, y que nunca ha ganado una sola elección. Es más, nunca ha sido postulado. Además lleva el tufo de haber saqueado decenas de millones de pesos cuando fue coordinador de la Agroindustria Azucarera durante el sexenio del innombrable.

Otro es el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga, aunque muchos también lo ubican como posible coordinador de campaña del candidato a la gubernatura José Yunes Zorrilla o en su defecto, dirigente sustituto del Comité Directivo Estatal del tricolor que se renovaría a principios de enero. Un cuarto es el exalcalde de Papantla y eterno burócrata en la administración estatal durante los gobiernos del tricolor, Edmundo Martínez Zaleta, conocido con el mote de “El Muerto”.

Como se ve, en el PRI hay muchos aspirantes, pero de mala calidad, impresentables y que no llevan ningún pronóstico ganador. Las previsiones, como ya se ha dicho, es que el PRI se desplome al tercer lugar –léase al último sitio- en las elecciones federales de julio de 2018 y con ese panorama, seguramente Morena colocará a un senador si queda en segundo lugar en la votación o dos si gana la elección. Lo mismo para el PAN, que tiene la expectativa de quedarse con una o con las dos curules senatoriales. Resumiendo, así como en la gubernatura, la disputa real por las Senadurías en Veracruz está entre Morena y los azules-amarillos-naranjas.

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