


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Fortín, Ver.- Ni la Comisión de Agua y Saneamiento (CASF) ni el Ayuntamiento han podido ni querido resolver el colapso hidráulico que mantiene secos los grifos en decenas de colonias. Este sábado 19 de julio, los vecinos de San José y toda la ciudad convocan a una reunión de emergencia en la Unidad Deportiva a las 7:00 pm, donde no solo analizarán la crisis, sino que valorarán tomar las instalaciones de la CASF y el palacio municipal si las autoridades persisten en su inacción.
La urgencia es demoledora: mientras la población paga religiosamente recibos por un servicio casi inexistente, las calles de Fortín esconden una tragedia subterránea.
Tuberías de más de 60 años –la misma edad que el sistema de distribución– derrochan mensualmente 2,113 metros cúbicos de agua potable, suficiente para abastecer a cientos de familias. Pese a las 517 fugas reparadas desde 2024 con parches temporales, la red sigue filtrando como un colador en colonias como Monte Blanco o Pueblo de Flores, según datos oficiales obtenidos vía transparencia.
Pero el desastre no termina ahí. Ocho plantas de tratamiento de aguas residuales –construidas entre 2015 y 2016 en puntos estratégicos como Monte Salas, Villa Libertad o Los Bambúes– yacen inoperantes. Ninguna depura las aguas negras, generando un riesgo sanitario y ambiental que las autoridades minimizan. La ironía es cruel: la CASF exige puntualidad en los pagos bajo amenaza de corte, pero carece de un plan para rehabilitar ni las plantas ni la red primaria. Los 1.5 millones de dólares invertidos en remiendos son insuficientes para una infraestructura que rebasó su vida útil hace décadas.


