

AGENCIA
Cuernavaca, Mor.- En una declaración que ha encendido las alarmas en todo el país, el obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Monseñor Ramón Castro Castro, afirmó que en México, funcionarios públicos deben “pedir permiso” a líderes criminales para realizar obras, organizar eventos o incluso aplicar la ley.
“No hablo de rumores, sino de realidades que vivimos día a día. Para hacer una obra pública o aplicar la ley, muchos funcionarios saben que deben negociar con el crimen”, advirtió el obispo durante la novena Marcha por la Paz en Morelos, realizada este domingo en Cuernavaca.
Acompañado por cientos de personas vestidas de blanco, Castro encabezó una procesión y una misa en la iglesia de Tlaltenango, donde denunció la grave infiltración del crimen organizado en todos los niveles del gobierno y la sociedad.
Tres niveles de infiltración criminal
Durante su mensaje, Monseñor Castro explicó cómo el crimen organizado ha penetrado profundamente las estructuras institucionales:
*Gobiernos locales: alcaldes y funcionarios municipales se ven obligados a concertar con los cárteles para poder gobernar.
*Economía formal: empresarios enfrentan extorsiones sistemáticas para operar legalmente.
*Vida cotidiana: comunidades enteras viven bajo el miedo, obligadas a callar ante las amenazas.
Casos documentados
en varios estados
El obispo no habló en abstracto. Mencionó ejemplos concretos de cómo opera esta estructura paralela del poder:
*En Michoacán, empresas constructoras deben pagar “derecho de piso” para participar en obras públicas.
*En Guerrero, maestros han sido amenazados por denunciar reclutamientos criminales en escuelas.
*En Tamaulipas, policías municipales son evaluados por los propios cárteles antes de asumir sus funciones.
Gobierno responde
con ambigüedad
Tras la denuncia, la Secretaría de Gobernación (Segob) calificó las declaraciones como “generales”, sin entrar en detalles. Sin embargo, analistas han cuestionado la pasividad oficial y advierten que:
*Gobernadores han guardado silencio frente a los señalamientos directos.
*La militarización de la seguridad no ha roto la colusión entre autoridades y grupos criminales.
*La Ley de Seguridad Interior se ha usado más para encubrir la complicidad que para combatirla.
Morelos, ejemplo de
una crisis nacional
Morelos, estado bajo jurisdicción del obispo Castro, registra operaciones de al menos seis cárteles, según informes de inteligencia. La percepción ciudadana respalda sus palabras: El 72% de los mexicanos cree que el narco controla partes de su estado, según la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) 2024.
Un grito por la paz
La marcha y el mensaje del obispo llegan en un momento clave, con el país sacudido por violencia electoral, amenazas a candidatos y creciente desconfianza en las instituciones. Con una flor en la mano y un llamado a la acción, Monseñor Ramón Castro volvió a poner sobre la mesa una verdad incómoda: en vastas regiones de México, el crimen organizado se ha convertido en la autoridad real.
¡Obispo valiente que dice solo la verdad!; esperemos que no lo asesinen por estas declaraciones.
Desde que AMLO empoderó al narco viene sucediendo esto, no es casualidad que Estados Unidos esté presionando y la Presidenta esté contra la espada y la pared, entre la presión de EU y AMLO para que deje a sus socios que sigan gobernando.
