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Zafarrancho en la Sherwell

Superiberia

Córdoba.- Integrantes de la Asociación de Padres de Familia (APF) tomaron las instalaciones de la escuela primaria Guillermo A. Sherwell, en demanda de la destitución de la directora, Sofía Socorro Ramos Flores. Ante la incapacidad de las autoridades educativas locales, exigían la intervención directa del gobernador, Javier Duarte de Ochoa.

 

Actualmente, la directora enfrenta un proceso de investigación ante el área jurídica de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), además de dos denuncias penales con numerales 1544/2015 por maltrato escolar y 1608/2015 por desvío de fondos, así como una queja presentada por Gabriela Cotero ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), por abuso escolar en contra de su hijo.

 

El grupo de paterfamilias, encabezado por el presidente de la asociación, Enrique Villafuerte, arribó minutos antes de las 08:00 horas para impedir el acceso a las instalaciones al personal académico y principalmente a la directora, luego de que los quejosos exigieron celeridad en la investigación que gira en torno a Ramos Flores, señalada por  fomentar el abuso escolar, nepotismo y presunto desvío de recursos de las cuentas bancarias de la APF, al pretender cobrar cheques por hasta 238 mil pesos.

 

En el acceso principal se colocaron una serie de cartulinas con las leyendas de Alto al abuso escolar, en una de las cuales se solicitó la intervención directa del gobernador, ya que a decir de los quejosos, las autoridades locales no han hecho eco a sus demandas. 

 

Se lían a golpes Mientras los integrantes de la APF mantenían bajo su resguardo las instalaciones de la primaria, los docentes, directiva y un grupo de padres de familia ajenos a la asociación se congregaron en la plaza  Benito Juárez, ubicada al frente del plantel. Ahí los paterfamilias presentes demandaban su derecho a las clases, argumentando que ellos desconocían los conflictos existentes entre la APF y la directora.

 

En un intento por liberar el plantel, los tutores se dirigieron a la entrada principal, donde con reclamos y descalificaciones entre ambas partes se exasperaron, llegando a los golpes entre los padres de familia. En señal de repudio a la protesta de la APF, rompieron las cartulinas  y retiraron las lonas que se habían colocado, incitando aún más a la violencia, pues entre las madres de familia que demandaban el derecho a las clases se escucharon insultos y faltas de respeto para el resto de las presentes.

 

Al lugar arribaron  ocho elementos de la Policía Estatal, para  dispersar a los grupos en conflicto. Sin embargo, los insultos y palabras altisonantes continuaron principalmente entre las féminas,  ya que entre los afectados había quienes argumentaban estar defendiendo a sus hijos, víctimas de las agresiones verbales y actos discriminatorios de la directora.

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