


El Buen Tono
Córdoba, Ver.– La figura del diputado federal por el distrito de Córdoba, Zenyazen Escobar García, vuelve a colocarse en el centro de la polémica al ser señalado como un claro ejemplo de la corrupción, el dedazo político y la simulación dentro de la autodenominada Cuarta Transformación de Morena en Veracruz.
A más de un año de haber llegado a la Cámara de Diputados, el legislador no ha presentado trabajos parlamentarios de relevancia, lo que ha generado críticas sobre su nula aportación legislativa y su dependencia de estrategias publicitarias para mantener presencia política.
De manera contradictoria, ahora pretende realizar su primer informe de actividades legislativas, pese a que en los hechos no existen resultados tangibles que mostrar a los ciudadanos. Analistas y ciudadanos consideran que este evento no es más que un ejercicio propagandístico financiado con recursos públicos para sostener una imagen política desgastada.
Fuentes locales señalan que, pese a las acusaciones en su contra y a las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación relacionadas con presuntas irregularidades en la construcción del edificio de la Universidad Tecnológica de Córdoba (UTCV) en la comunidad de Tapia, Escobar no enfrenta consecuencias legales gracias al fuero que le otorga su cargo y al respaldo político de la gobernadora Rocío Nahle.
En Córdoba, incluso su oficina de “Atención Ciudadana” ha sido catalogada por vecinos como un engaño, ya que rara vez se encuentra abierta. En contraste, el diputado ha sido visto exhibiéndose con camionetas de lujo, un rancho con caballos y escoltas armados, proyectando una imagen más cercana a la de un jefe de cártel que a la de un representante popular.
Además, su intromisión en asuntos municipales lo perfila como un nuevo “mandamás” dentro del Ayuntamiento de Córdoba, lo que ha levantado críticas por su estilo autoritario y por la manera en que busca mantener control político en la región.
Las denuncias en su contra no son nuevas. En el pasado, Escobar ya había sido exhibido por presuntos actos de corrupción durante su paso por la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), particularmente en obras inconclusas y manejos financieros opacos. El caso más reciente es la obra de la UTCV en Tapia, que un año después de haber sido anunciada aún no está concluida y ya tiene observaciones por daño patrimonial.
En este contexto, Zenyazen Escobar se ha convertido en un emblema de lo que muchos ciudadanos consideran la doble moral de Morena en Veracruz: mientras el discurso oficial habla de honestidad y transformación, en los hechos prevalece el dedazo, la protección política y el uso del poder en beneficio personal.


