VIEJO CLAMOR
La requisa de las corporaciones municipales de policía en Córdoba y Fortín de las Flores no es ni una canonjía ni una deferencia de nadie. Es el fruto de un clamor que los cordobeses y fortinenses hacían desde hace tiempo ante la ola de inseguridad que los castiga. No fueron pocas las ocasiones que se documentaron los excesos, faltas y corruptelas de agentes policiacos y sus jefes, protegidos en los últimos por los alcaldes Juan Lavín y Francisco Portilla Bonilla en el caso de Córdoba y de César Torrecilla y Carlos Junco en segundo municipio.
Por eso nadie cree que Portilla Bonilla y Junco López hayan sido iluminados por el Espíritu Santo y de la noche a la mañana decidieran convocar a una sesión de Cabildo para pedir que la administración estatal se ocupara de la seguridad pública de sus municipios. La petición comunal fue sólo una formalidad para justificar legalmente la requisa, nunca tuvieron intención de depurar sus policías. Basta el ejemplo del edil cordobés que a pesar de los serios cuestionamientos contra el jefe policiaco Jorge García Pérez y el encargado de Tránsito, Óscar Barquet Viñas, los sostuvo contra viento y marea.
La protección del terrablanquense llegó a tal grado que les permitió huir temporalmente cuando se hablaba de órdenes de aprehensión en su contra, los mantuvo en la nómina mientras estaban ausentes y luego los recibió con los brazos abiertos cuando regresaron con sendos amparos en la bolsa, para evitar ser llevados al banquillo judicial. Esas eran las cartas portillistas que “cuidaban” a Córdoba y en el proceso de establecer el famoso “Mando Único de Policía” debe ser integral porque no sólo es desaparecer los aparatos municipales sino debe haber una depuración e investigación de agentes y directivos involucrados en cosas indeseables.
De ahí que la requisa policial no será completa si no se castiga a quienes desde la corporación sirvieron a intereses ajenos a la ciudadanía. Tampoco la medida aplicada en Fortín y Córdoba será la solución si las corporaciones no se sanean en su totalidad. Al esquema de “Mando Único de Policía” también se incluyeron los municipios de Alvarado y Soledad de Doblado cuyos agentes se vieron involucrados en hechos delictivos e incluso varios fueron detenidos por la Armada de México por lo que desde hace semanas fueron sustituidos por policías estatales.
NUEVE AÑOS PERDIDOS
En los entretelones del asunto se interpretó a la requisa policial de Córdoba y Fortín de las Flores como una medida para anticiparse a lo sucedido en esos dos municipios citados, Alvarado y Soledad de Doblado, pues estaba en puerta una detención masiva de policías por sus nexos con la delincuencia. Sea una cosa o sea otra, el clamor ciudadano es que dicho proceso sea la pauta para atemperar lo que sucede en la zona Centro, tan golpeada por la inseguridad y por el desaseo de sus autoridades municipales pues una cosa es cierta, lo que ha sucedido en materia de seguridad va concatenado con la presencia de malos gobiernos locales que han fallado a su ciudadanía y sumido a sus ciudades en sendas crisis.
¿Qué le sucedió a Córdoba que en otro tiempo era referencia de la zona Centro no sólo por su impulso económico sino por su seguridad, cultura, turismo y desarrollo urbano? La respuesta apunta a los últimos años de administración municipal que se han repartido entre Francisco Portilla y Juan Lavín. En esos tres trienios la llamada Ciudad de los Treinta Caballeros se estancó y fue rebasada en equipamiento y modernización urbanos por Orizaba, urbe paralela que siempre había estado un paso atrás de ella.
La llamada Pluviosilla adquirió un aspecto moderno mientras que Córdoba se quedó como pueblo grandote. Quizás el señor Portilla Bonilla, que no es originario de este lugar, añoraba su Tierra Blanca y quiso retrasar a Córdoba al grado de igualarlo con aquel municipio que limita con Oaxaca. No hay otra explicación porque sólo una persona que carece de amor por la ciudad que gobierna es capaz de bloquear el progreso y condenarla al atraso. En total serán nueve años perdidos gracias a Lavín y Portilla, y por eso no son pocos los cordobeses que le quieren dedicar al notario terrablanquense aquel corrido de “El Alazán y El Rocío”, y sobre todo la última estrofa que dice: “Anda, vete a robar a tu tierra”.
SELECCIÓN AZUL
Finalmente se publico la convocatoria del Partido Acción Nacional (PAN) para la selección de sus candidatos a los cargos de elección popular que se renovarán el próximo mes de julio luego de que no prosperó la coalición con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y se anuncia que los azules van con elección directa de sus militantes en 108 municipios para determinar a los contendientes por las alcaldías y en 14 distritos para escoger a los abanderados por las diputaciones locales.
El resto, es decir 104 candidatos municipales y 16 distritales, serán designados directamente por la dirigencia nacional para evitar dos cosas: una, la carnicería entre los aspirantes y dos, la “mano negra” de personajes externos. De los 108 municipios que tendrán comicios internos, veinte se ubican en la zona centro. Un trasfondo especial tiene Córdoba pues tanto el candidato a la presidencia municipal como el de la diputación por el distrito XVI serán por designación directa.
La intención es cuidar a los abanderados cordobeses pues las encuestas apuntan a que tiene amplias posibilidades de recuperar la alcaldía y la diputación local que actualmente ostenta el PRI. Aunque no habrá voto directo de los militantes es obvio que en Córdoba se tendrá que hilvanar fino para evitar rupturas ya que son varios los aspirantes a ambas nominaciones y con cada uno se tendrá que hacer trabajo político para sacar a los candidatos arropados de cohesión interna. No hacerlo será repetir yerros y abonar al debilitamiento de las perspectiva ganadora.
Los municipios de la región centro que efectuarán elecciones internas son Alpatláhuac, Amatlán de los Reyes, Atoyac, Atzacan, Chocamán, Comapa, Coscomatepec, Fortín de las Flores, Huatusco, Ixhuatlancillo, Ixtaczoquitlán, La Perla, Nogales, Orizaba, Tlaltetela, Totutla, Yanga, Zentla y Zongolica. En cuanto a las diputaciones, habrá comicios para Tantoyuca, Álamo, Poza Rica, Martínez de la Torre, Misantla, Huatusco, Orizaba, Tierra Blanca, La Antigua, Veracruz Urbano, Boca del Río, San Andrés Tuxtla y Coatzacoalcos Urbano y designaciones directas en Pánuco, Tuxpan, Chicontepec, Papantla, Perote, Coatepec, Zongolica, Xalapa Rural y Urbano, Cosamaloapan, Cosoleacaque, Santiago Tuxtla, Minatitlán, Coatzacoalcos Rural y Veracruz Rural.
Para ello, el PAN integró seis comisiones electorales distritales con sedes en Álamo, Poza Rica, Xalapa, Coatepec, Orizaba, Córdoba (que realizará comicios en Amatlán de los Reyes y Fortín de las Flores) y Veracruz. El resto los conducirá la dirigencia estatal a través de su comisión electoral, en la cual al menos cuatro de los seis integrantes están ligados al líder Enrique Cambranis Torres -y por ende a Alejandro Vázquez Cuevas- y al ex alcale porteño, Julen Rementería. Muchos especulan que podrían repetirse escenarios de otros años como el bloqueo a aspirantes ajenos a ambos grupos.
La elección interna más reñida para seleccionar al candidato a la alcaldía se dará en el puerto de Veracruz donde hay al menos seis aspirantes pero tres de ellos están dispuestos a pelear la diputación con uñas y dientes. Ellos son el diputado federal y empresario constructor Rafael Acosta Croda, el ex alcalde Julen Rementería y el ex legislador Julio Saldaña Morán que en dos ocasiones -en el 2007 y en el 2010- ha contendido por la presidencia municipal y las dos ha mordido el polvo.
Finalmente, algo más que curioso y que intriga a muchos se encuentra en el artículo cuarto de las convocatorias para elegir candidatos a las alcaldías y a las diputaciones pues se estipula como requisito a los aspirantes tener “un modo honesto de vivir y haberse significado por su lucha a favor del bien común”. Vaya, de aplicarse al pie de la letra tal disposición muchos no podrían ser nominados aunque ganaran los comicios internos pues son impresentables moral y éticamente. ¿No creen?
LA HORA DEL PLANETA
El sábado 23 de marzo se celebrará en todo el mundo La Hora del Planeta, acción impulsada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) con el fin de crear conciencia sobre la necesidad de racionalizar energía eléctrica, combatir el calentamiento global, disminuir el consumo de combustibles fósiles y menguar la contaminación de los ecosistemas. La Hora del Planeta consiste en apagar las luces y desenchufar aparatos o dispositivos electrónicos en edificios públicos, oficinas privadas y domicilios particulares de las 20:30 a las 21:30 horas.
Lo anterior para darle un “respiro” al globo terráqueo disminuyendo al máximo el consumo del fluido eléctrico. Este ejercicio ya se hace desde hace varios años en muchos países, incluyendo a México, y se recomienda que las familias lo hagan juntas para que los padres siembren en sus hijos, sobre todo a los pequeños, el compromiso a favor de la naturaleza. Al apagar todas las luces en sus hogares, muchos encienden veladoras para iluminar esa “hora de oscuridad” y a la vez simbolizar una especie de oración a favor del planeta. ¡Vamos todos a participar, el mundo lo merece!.
