Orizaba.- El “Pan de Burro” continúa en el gusto de la población, en la mesa de todas las clases sociales, aunque inicialmente era preferido por los arrieros, hoy en día es considerado como uno de los productos comestibles que no puede faltar en la dieta de las familias.
Se dice que desde la Revolución o muchos años antes, se le conocía por su agradable sabor, pero sobre todo porque soportaba los largos viajes sin maltratarse ni echarse a perder; es proveniente de la Sierra Negra, en donde los niños recogían la madera más dura para llevarla a San José Miahuatlán, Zinacatepec y Ajalpan, del Estado de Puebla, donde los panaderos tradicionales hacían lumbre en sus hornos de tabique rojo para cocerlos.
En los 50’s, dos de las familias que elaboraban este alimento en San José se mudaron para Ajalpan, de este hecho también se desprende que el pan era transportado en burros y de ahí su característico nombre, porque antes de ello se le conocía como pan redondo.
De acuerdo a los comerciantes que lo venden en Orizaba, ya sea en el mercado Emiliano Zapata o en algún otro, la manera tradicional en la que se prepara es con una lumbre lenta y la masa se alista a mano, de preferencia sin utilizar mezcladoras ni levadura, la mantequilla se vierte poco a poco para que conserve el sabor original y mucho se debe al horno, que es de tabique y la leña, evitando los saborizantes y conservadores.
Su preparación tarda hasta tres horas, sin embargo, quienes lo consumen lo acompañan con atole de diferentes sabores o también con café, pero hay quien lo rellena con frijoles, de acuerdo al gusto de quien lo consume se prepara de diferentes formas.
El sabor depende de quien lo elabora
Héctor Alberto Gregorio, proveniente de San Francisco Altepexi, de Tehuacán, Puebla, manifestó que el entusiasmo con el que cada panadero realiza su preparación es como se le impregna a cada pieza el sabor, “hay quienes lo hacen por trabajar y otros porque les gusta mucho elaborarlo”.
Comentó que desde hace 26 años se ha dedicado a la venta de este producto, pero en la familia de su esposa es una tradición de muchas generaciones, pues sus abuelos lo hicieron en sus años mozos.
Familias de Altepexi se dedican a la venta
En Altepexi son más de 10 familias que se dedican a venderlo en otros Estados y municipios cercanos, no sólo de Puebla sino también de Veracruz, señaló Mari Carmen Escobedo Pantaleón.
Dijo que también es transportado a San Salvador Huixcolotla, sin embargo, se sabe que algunas personas que han viajado a Estados del Norte, Sur y Centro del País lo han llevado, y algunos otros hasta Estados Unidos y España.
“Aquí viene mucha gente de fuera a buscarlo, de otros Estados, hay muchos del pueblo que se van a ofrecer a otros puntos y han logrado que transcienda el producto”, explicó.
En todas las clases sociales
Verónica López Rodríguez, comerciante de Orizaba, refirió que la gente de todas las clases sociales come el pan porque es considerado como artesanal, incluso algunas personas le han dicho que lo llevan a Villa Hermosa, Tabasco y Campeche.
Resaltó que además de las amas de casa, también los jóvenes de algunas comunidades serranas de Zongolica y las faldas del Pico de Orizaba adquieren el pan, “algunos llegan hasta en vehículos de lujo”, concluyó.
Las variedades
A pesar de que su elaboración no era en máquinas o mezcladoras, sino en una bandeja, en la actualidad existen diferentes formas de hacerlo, pero las más conocidas son: el de panela, de azúcar, manteca y el pan rojo o de grajea.
El original y más recomendado es el de panela, hecho a base de piloncillo, azúcar, harina y levadura; su precio aproximado es de 10 pesos por pieza, pero dependerá del lugar en donde se compre y su tamaño.
