


Dice la nomenclatura de geografía mexicana, que ese es el significado de Ayotzinapa: Río de las calabacillas. Y la historia de México dirá que de ahí salieron jóvenes normalistas, en el mes de septiembre de un año aciago, hacia Iguala. Alguien investigará para qué fueron allá y por qué secuestraron camiones para regresar a su tierra.
Si hay alguien que investigue en el área de sociología histórica, seguramente topará con la ya conocida tipificación mexicana: eran pobres, sin oportunidades, víctimas de muchas violencias, educados en el tradicional machismo de “si me han de matar mañana, que me maten de una vez”.
Si se recordaran los versos de Rubén Darío “juventud, divino tesoro”, la tristeza empañaría los ojos de las personas que en México, aún resisten al cinismo. Velázquez, pintor español de 1600, retrató a un personaje de cuerpo entero y vestido con terciopelo de raso negro, con acusado estrabismo y piernas inestables, que lleva en la mano izquierda un molinillo de papel, símbolo de la locura. Suponen que era Juan Calabazas, al servicio del cardenal infante Fernando de Austria, comandante de las fuerzas españolas durante la Guerra de treinta años. Y esta otra guerra de narcos y policías, al parecer durará muchos más.
Y si acuden a quienes saben de botánica, dirán que romulea bulbocodium es el nombre de esta especie perteneciente a la familia iridaceae y es conocida de forma común como: azafrán portugués montesino, calabacilla, cebollina, curcubillas, leza, lezas y lirio de las calabacillas. Planta originaria de México de uso muy antiguo que no coincide con el actual. Estudios de toxicidad de la planta indican que se debe tener mucha precaución con el uso interno debido a que sus extractos ejercen un efecto promotor de tumores. Eso afirman que es el crimen organizado: tumores y más tumores.
Las personas que estudian la relación entre el crimen organizado y la política ya tienen certezas: “El crimen organizado puede tener injerencia en elecciones por varias razones. En primer lugar, hay casos en los que los criminales intimidan candidatos en función de sus propios intereses —generalmente con el propósito de contar con autoridades pasivas que les permitan trabajar— u operan en contra del candidato o los candidatos con los perfiles que no les resultan convenientes. En otros casos, las organizaciones criminales intervienen en estos procesos como “maquinarias electorales” que venden su apoyo a algún candidato (ya sea con recursos, movilización de votantes o mediante agresiones en contra de los otros candidatos o sus simpatizantes). Este segundo caso —que implica un involucramiento más hondo del crimen en la vida política— constituye una variante de un servicio característico de las mafias: la protección en contra de la competencia, que se ofrece lo mismo para negocios y organizaciones gremiales, que para candidatos y partidos políticos. El Instituto Nacional Electoral ¿está preparado?
Jóvenes que vivieron la exclusión social, producto de la globalización, pues, “la exclusión no sólo produce la imposibilidad de acceder a satisfacer las necesidades básicas, sino que… el proceso de exclusión social y la insuficiencia de las políticas reparadoras de integración conducen a una integración perversa que hace referencia al proceso laboral en la economía criminal”.
Muchos significados para el tan siniestro sinsentido de lo ocurrido a estos muchachos de tan corta historia y tan largo sufrimiento. Un abrazo a las madres y a los padres de estos chicos y un fuerte reclamo de justicia a las autoridades.
*Licenciada en pedagogía y especialista en estudios de género
clarasch18@hotmail.com

