in

El minutero

PUBLICIDAD publicidad

 

LA NARCOPOLÍTICA

 

La indignación campea en todo el país. Encabezados por estudiantes que se han unido al reclamo para que sean localizados los 43 normalistas de Ayotzinapa, en todas las ciudades de México miles han salido a las calles.  Hoy el caso de los normalistas es el detonante que sacude a la nación pero el trasfondo es más aterrorizante: el grado de infiltración de las organizaciones criminales en las estructuras de gobierno. La llamada “narco-política” invadió todos los esquemas del poder, desde las gubernaturas hasta alcaldías y representaciones legislativas –diputados y senadores-.

 Ahora, los mexicanos comprueban la terrible realidad de que los llamados representantes populares ya no representan al pueblo sino a los criminales. Así, no solo en Iguala, Guerrero el alcalde perredista José Luis Abarca y su esposa eran parte del grupo delictivo “Guerreros Unidos” sino hasta el gobernador Ángel Aguirre Rivero –destituido ayer- esta señalado de colusión con las células delictivas.  También están los casos de los senadores priístas que llevaron hasta la Cámara Alta a enviados de los Caballeros Templarios para negociar impunidad.

 Otros más son los de  los gobernadores de Michoacán, Fausto Vallejo, destituido y Jesús Reyna, que fue su suplente durante un tiempo, y que  hoy está en la cárcel por esas mismas relaciones peligrosas. Ya no se diga los otros alcaldes de Guerrero y Michoacán que están en prisión por servir a los carteles o los diputados locales y federales que han sido señalados de nexos con los facinerosos, quienes los habrían ayudado a ganar elecciones con dinero sucio y presión a votantes.

 La indignación nacional tiene su eje en el caso de los normalistas pero el punto medular es la descomposición de la clase política y de las estructuras de gobierno pues hay un hermanamiento de éstas con el crimen organizado. La existencia de esta relación malsana  hace posible cualquier barbaridad como ocurrida en Iguala y claro, deja a los mexicanos expuestos a sufrir la misma suerte. Eso hay que parar y por eso  la gente está en las calles. Si no se pone un alto a los narco-políticos, en breve el país entero se irá por el retrete.

 En Veracruz las movilizaciones estudiantiles tienen su toque especial que se refleja en las consignas que hibridan lo que pasa en Guerrero con lo que ocurre a nivel local. Hay una frase lanzada en las marchas por los estudiantes que no tiene desperdicio alguno pues resume el contexto de ambas entidades: “¡No somos frutsis, no somos pingüinos/  somos estudiantes desaparecidos!”.

 Ayer por la tarde el gobernador guerrerense Ángel Aguirre Rivero finalmente solicitó licencia al cargo – una destitución disfrazada- tras la ola de protestas en todo el país y las evidencias que apuntan en su contra de haber consentido y fomentado la narcopolítica. Aguirre se convirtió en el segundo gobernador destituido, después del michoacano Fausto Vallejo, por circunstancias similares: su hermanamiento con el crimen organizado. Es el segundo en el sexenio del copetón Enrique Peña Nieto y por supuesto, no debe irse con impunidad,  al contrario, tiene que ser llevado ante los tribunales para que se deslinde responsabilidad en el caso de los estudiantes de Ayotzinapa y otros crímenes ocurridos en Guerrero.

 Lo anterior también  es un aviso para otros gobernantes como bien lo escribió en el diario Reforma  el historiador Lorenzo Meyer al dar una lista de otros  gobernadores cuyas entidades están bajo sospecha por las mismas razones que Guerrero y Michoacán: Morelos, Estado de México, Tamaulipas, Coahuila y Veracruz. Hay que poner atención en esos lugares pues las situaciones se reproducen porque la clase política se
pudrió.

 La destitución de Aguirre también es un reflejo de la degradación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que lo abanderó y lo sostuvo a contraviento y marea casi un mes. Finalmente se pactó su salida obligada pero la resistencia de la corriente perredista conocida como Los Chuchos – que también era protectora del alcalde de Iguala, José Luis Abarca- para mantenerlo en la gubernatura fue porque  Aguirre Rivero  le dio al nuevo dirigente del Sol Azteca, Carlos Navarrete más de 70 millones de pesos para su campaña interna por la presidencia del partido.

 En el mismo tema, ayer corrió  el rumor de que el alcalde igualteco, José Luis Abarca había sido detenido en Boca del Río, Veracruz, luego de que un día antes se detuvo a una pareja en Puebla que le dio refugio a él y a su esposa durante varios días. El gobierno federal desmintió la especie. Empero, habría sido muy creíble que el exedil de Iguala hubiera  decidido huir hacia Veracruz, el “estado ideal para soñar”, porque en tierras jarochas se sentiría seguro y con impunidad garantizada ya que las autoridades solo están preocupadas en el robo de “frutsis” y “pingüinos”. ¿No creen?.

 

DISTANCIA O DERROTA

 

La teoría política dicta que cuando un régimen de gobierno se pudre, el cambio es insoslayable, al menos en ideas y en apariencia. Distanciarse del gobernante  pervertido o del método ineficaz para ejercer el poder público es la mejor forma de generar confianza entre el electorado. Marcar la distancia es marcar la diferencia porque con ello se logra mantener la confianza –y la esperanza- ciudadana. En los contextos actuales, el clientelismo y la amenaza contra los votantes no son garantía suficiente de éxito pues del sufragio complaciente se puede pasar al voto de castigo.

 Esto viene al caso por la precampaña que el senador José Yunes Zorrilla realiza con el pretexto de dar un informe de su labor como integrante del Poder Legislativo, mismo que se efectuará el domingo venidero.   Yunes Zorrilla quiere ser candidato a la gubernatura de Veracruz y según sus bienquerientes  tendría el apoyo de la Presidencia de la República – a través del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, antiguo compañero de aulas universitarias- para acceder a la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sin embargo, hay varios factores que juegan en contra del peroteño que ponen en riesgo su arribo a la silla estatal.

 En primer lugar no es candidato del innombrable, quien pese a lo que digan sigue envenenando la vida política de la entidad, que ya le está haciendo contra-campaña al ordenar que sus desprestigiados allegados se auto-promocionen como “operadores políticos” del senador, entre ellos su fiel escudero, Ranulfo Márquez que a todo el mundo le dice que es asesor del peroteño. Deducción, a Yunes Zorrilla le están dando el beso del diablo.

 En segundo sitio, tampoco es el candidato del gobernante en turno, quien en contubernio con su antecesor pretende impulsar una gubernatura de dos años para ganar tiempo, impunidad y oportunidad de extender el proyecto fidelista. La leyenda urbana relata que  Yunes Zorrilla firmó un pacto de caballeros con Duarte de Ochoa desde el 2010, pero de ser cierto, es acordar con alguien que no tendrá ni siquiera fuerza para vetarlo. La selección del candidato del tricolor para el 2016 vendrá de Los Pinos, no saldrá de la aldea.

 Y si esto es así, ¿por qué Yunes Zorrilla se guarda de no deslindarse de tan desastroso personaje?. Aquí viene el asunto de los teóricos de la política, si el duartismo-fidelismo está podrido y ha hecho tanto daño a Veracruz, no se explica el motivo por el cual Yunes Zorrilla no marca una distancia que significaría su sobrevivencia electoral.   Romper con ellos no le haría ningún daño. Al contrario se ganaría la simpatía del pueblo que pide a gritos un cambio y si no lo tiene en la opción de siempre –léase el tricolor- lo buscará en la oposición. Ahí entra el tercer punto que Yunes Zorrilla tiene en contra.

 Hoy más que nunca –incluso más que en el 2004 y el 2010 cuando el triunfo priísta se compró en la mesa porque no se logró en las urnas- la oposición tiene la oportunidad de ganar los comicios por la gubernatura.  La oposición en Veracruz es el PAN, pese a los altibajos de ese partido. Las tendencias demoscópicas así lo adelantan. El mal gobierno actual y la herencia narcotizada de la fidelidad son lastres en contra del PRI, y jugarán contra de Yunes Zorrilla si éste es ungido candidato.  Por eso le conviene la distancia, que no lo identifiquen ni con el innombrable ni con el cordobés.

 Ellos le restarán votos pues la voz popular no los baja de corruptos y responsables del drama que se vive a diario, y si Yunes Zorrilla no se aleja a tiempo, si no proyecta ante los electores que es la opción diferente –aunque sea en el mismo tricolor- y que no continuará con la zaga de corrupción que se comenzó desde el 2004,  entonces no se salvará del voto de castigo ni porque el mismo copetón Enrique Peña Nieto y su Gaviota vengan a hacer campaña a su lado.

 Un cuarto elemento que jugará en su contra es, por supuesto, su voto a favor de  las reformas nocivas que se hicieron a la constitución para entregar el petróleo a los empresarios extranjeros, despojar a los campesinos de sus tierras si en ellas se encuentran yacimientos de hidrocarburos, para que aumente el precio de la luz y los combustibles, para que se rematen PEMEX y la CFE. De todo eso tiene que dar una explicación. Yunes Zorrilla en su propaganda dice que “Hoy México tiene rumbo” y si lo tiene porque va hacia el abismo.

 El despeñadero es lo que espera a los mexicanos y a los veracruzanos con esos cambios legales para rematar al mejor postor las propiedades de la nación.  El peroteño debería aprovechar su encerrona del domingo próximo para ofrecer una disculpa pública por haber traicionado a los veracruzanos.  Es lo mínimo que se espera de él si se dice un hombre congruente y honesto. La retórica no le funcionará, repetir mentiras sobre una supuesta bonanza no le servirá porque el pueblo ya no las cree.

 

 

CANAL OFICIAL

Alejandra Cortez fractura cervicales usurpando profesión

Alborada roja y negra