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Alejandra Cortez fractura cervicales usurpando profesión

Superiberia

Orizaba.- Una más de quienes gustan lucrar con la salud es Alejandra Mirna Cortez, mujer ambiciosa que sin interesarle nada más que el dinero, ya que cobra por consulta entre 700 y mil 200 pesos, pone en riesgo la vida de quienes engañados llegan a su consultorio por  hacerse pasar como quiropráctico certificado.

 Se hace llamar doctora y no es más que una ¡charlatana, agarra bobos! Hasta esta redacción llegó la historia de terror que vivió una cordobesa que cayó en manos de Alejandra en su consultorio de Norte 12 A #137 entre Oriente 13 y 15 de la Colonia Emiliano Zapata, de esta ciudad. La víctima de esta “mata sanos” llegó con previa cita con una contractura muscular, al salir del consultorio la “doctora” le aseguró haberle curado el ochenta por ciento de su padecimiento, ofreciéndole una nueva cita; 20 minuntos después de la supuesta terapia, empezaron a aparecer enormes moretones en los brazos y espalda, y a los tres días tuvo que ser trasladada de urgencia a la Ciudad de México para ser intervenida quirúrgicamente por uno de los neurocirujanos más reconocidos por un dolor insoportable de cuello y sin movilidad ya en su brazo derecho, el diagnóstico, que consta en documentos oficiales tanto del médico tratante como del hospital, después de dos resonancias magnéticas dice: “Fractura de 5ª cervical, fractura de ligamento con hernia en 4ª cervical y fisura en mango rotador de hombro derecho”, en este medio contamos con la grabación de la entrevista a la supuesta “doctora” quien aseguró ofrecer sus servicios como quiropráctica capacitada y avalada por la Secretaría de Salud y quien dice realizar varias prácticas como profesional. Sin embargo, al pedirle  que nos mostrara sus títulos profesionales y los certificados de la Secretaría de Salud, se negó a mostrarlos, argumentando que en tres días nos los haría llegar, al día de hoy, quien se hace llamar “doctora” ya no contesta el teléfono ni atiende los llamados a su domicilio por parte de este medio de comunicación. 

Cortez reconoció haber atendido a la lesionada, y dijo: “Yo se que le provoqué un daño pero no fue con dolo”. Sin embargo, con dolo o sin él, la señora fue intervenida en su columna vertebral para colocarle dos discos de titanium en una cirugía que duró alrededor de 5 horas con un post operatorio en total reposo de 10 semanas, inmovilizándole el cuello e impidiéndole hacer sus actividades cotidianas.

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