


LA VIUDA DE SERRALDE
Finalmente y al cuarto para las doce – es decir en el último tramo del sexenio- la expanista Silvia Monge Villalobos logró entrar en el gabinete estatal luego de estar casi dos años de aviadora –dicen que económicamente la han tratado muy bien- tras separarse de Acción Nacional y en especial, de haber dejado el circulo del excandidato a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares.
La maestra rural de Coatepec, antigua profesión de la señora Monge, era de sus allegadas y su cercanía obedeció a la relación sentimental que durante mucho tiempo sostuvo con el ahora diputado federal por Huatusco, Víctor Serralde Martínez – o como en realidad se llame ese señor-.
De hecho, la leyenda negra afirma que Monge Villalobos fue la puerta de entrada de Serralde a la política panista y por supuesto, a los negocios de la construcción de pisos firmes del gobierno federal y los programas de combate
a la pobreza.
También fue el contacto que lo acercó con el grupo yunista. Empero algo sucedió, se rompió la relación sentimental y
también la política.
De la noche a la mañana Monge se volvió crítica de esa corriente panista y hasta siendo diputada federal en el 2011 usó la tribuna para denunciar presuntas irregularidades en el manejo de fondos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que beneficiaban a los yunistas de Veracruz.
Claro, en los entretelones de la política todo el mundo supo que eso fue parte del guion que le dio el exgobernante estatal, aquel que no debe ser nombrado, para que golpeará a su enemigo más acérrimo: Yunes Linares.
Luego de eso, Monge se esperó dos años más y en junio del 2013 renunció formalmente al panismo y se tardó otros dos años para que le cumplieran lo ofrecido por la fidelidad, un cargo en el gobierno estatal y que ayer llegó pues la nombraron directora de Promoción Turística
de Veracruz.
O sea, se quejó de tanta corrupción en el PAN y se fue a meter al gabinete estatal donde seguramente han de ser igual que la Purísima Concepción. Vaya que es atinada la coatepecana.
En fin, la señora ha hecho fama pues no solo se dice que jugará un papel importante en la guerra sucia que se aproxima para las campañas electorales.
Algunos afirman que más que promover la imagen turística del estado, la tarea verdadera de Monge será promover a los candidatos del tricolor y en especial será operadora electoral – qué le aprendió muy bien a Serralde o que va a refrescar los conocimientos que le enseño a Serralde, sea una u otra-, en el distrito de Coatepec donde los mismos priístas se aprestan a votar en contra de la ex secretaria de Protección Civil, Nohemí Guzmán Lagunes, que será impuesta como candidata a la diputación federal.
Pero en términos de estrategia personal, Silvia Monge otra vez volvió a dar su mal paso pues salvo que se sindicalice en menos de 22 meses quedará desempleada porque este gobierno ya está en sus estertores.
Le hubiera convenido mas haberse quedado en la banca y continuar como parte de la fuerza aérea del estado – o sea, como aviadora, cobrando sin trabajar – pues entrar a estas alturas al gabinete que va cuesta abajo y las arcas ya están saqueadas, nada más es quemarse y desgastarse a lo tonto. ¿No creen?.
LA BAJARON
Hablando de panistas y arrepentidos, la renuncia de la empresaria Marisol Arroniz de la Huerta, a la precandidatura de ese partido por el distrito de Córdoba no fue fortuita ni por amor a la sociedad civil sino obligada porque no encajo a los planes de los azules.
Desde el interior de Acción Nacional se le presionó para que se retirara de la contienda y hay tres versiones sobre las razones para excluirla: una, manejada por algunos articulistas jalapeños, es que la candidatura de la señora era a modo de palacio de gobierno.
Es decir, que la habían postulado para facilitar el triunfo del priísta Marco Antonio Aguilar Yunes, execretario del Trabajo y compadre del gobernante
en turno.
O sea, era una candidata débil para hacer ganar al priísta en dificultades y en el blanquiazul se enteraron de esa maniobra y decidieron cortarle las alas.
La segunda versión es que obedeció a un pleito filial pues tiene un viejo encono con uno de sus hermanos y éste movió antiguos contactos que hizo al interior del PAN cuando manejaba la empresa periodística familiar para que la marginaran. ¿Será cierto?.
Y la tercera versión apunta a que su exclusión se debió a que ya se tiene definido el personaje que será ungido como abanderado por el distrito XVI y es el exalcalde de Ixtaczoquitlán, Antonio Pérez Vian, cercano no solo al diputado federal Víctor Serralde – o como se llame- sino al grupo yunista.
El exedil será el candidato y tal como está el contexto político en estos momentos, si tiene posibilidades de ganar pues la gente no votará por él sino en contra
del tricolor.
Tan mal se han portado los priístas con Córdoba y el resto de los municipios de la zona centro que hasta Leticia Lopez Landero ganó en el 2012 que ni siquiera hizo campaña. Eso comprueba que Pérez Vian irá en
Caballo de Hacienda.
De la otra precandidata panista, Lilia Angélica Torres Rodríguez, originaria de Fortín de las Flores y quien fue diputada local algunos meses cuando suplió al cordobés Juan Carlos Castro Pérez, aunque tenga militancia de antaño carece de posibilidades, según los planes de quienes
controlan al partido.
A la señora Torres también tiene en contra que la identifican como parte de incondicionales de Castro Pérez quien se fue a refugiar al partido fidelista, el AVE, tras renunciar al albiazul. O sea, la ligan a una traición.
También es lectura obligada en proceso de selección del candidato azul en el distrito de Córdoba que otra vez quedó fuera el exdiputado federal y local, Mauricio Duck Núñez, quien era mencionado como una de las opciones
para la contienda.
No cabe duda que desde que Gerardo Buganza Salmerón le dio el beso del diablo a Duck Núñez, éste quedó tan mal que arrastra
mala suerte.
No hay que olvidar que Duck formó parte del grupo de cercanos de Buganza Salmeron que al renunciar al panismo para sumarse a la fidelidad y al duartismo, lo dejó inflitrado en el blanquiazul pero ahí todos lo ven como apestado.
Mauricio Duck ya intentó obtener las candidaturas a la alcaldía, a la diputación local, a la senaduría y ahora a la diputación federal y simplemente no llega.
El perfumado cordobés debería aprovechar que se acerca el primer viernes de marzo para ir a Catemaco y pedir a los brujos que le hagan una limpia para quitarle lo salado.
Que le borren el sortilegio de Buganza y la marca que lleva en la frente de ser un esquirol.
EL FISCAL YO-YO
Antes de que le cortaran la cabeza con la guillotina, el rey francés Luis XVI sostenía: “L’État, c’est moi” (el Estado soy yo), frase que devino en el ícono del poder absoluto.
En América Latina, Simón Bolívar elevó una consigna parecida al encabezar las luchas independentistas del sur y conformar la Gran Colombia –que reunía lo que después fueron Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá- de la que fue presidente pues decía.
“ Yo no soy un hombre, soy un pueblo”. La arenga fue retomada un siglo después, en 1948, por el político colombiano Jorge Eliécer y el último en recalentarla fue el desaparecido presidente venezolano, Hugo Chávez.
La idea de representar a una nación o a una institución en el cuerpo físico de una persona no es nueva. Desde los antiguos faraones el reino estaba representado en ellos mientras que los emperadores romanos que sostenían que en sí mismos se reflejaba la
gloria de Roma.
En México, el caudillismo es cosa vieja, alcanzó su brillo con Antonio López de Santa Ana y Porfirio Díaz que devinieron en dictadores.
Pasados los años turbulentos de la postrevolución llegó el presidencialismo con el arribo de Miguel Alemán Valdez al poder y la entronización
del PRI en el mismo.
Desde entonces y hasta el año 2000, el presidente mexicano fue el alma de la nación, ejercía un poder unipersonal
e incuestionable.
El escritor y analista Tzin Medin en su libro “El sexenio alemanista” lo describe no como un presidencialismo sino como un “precidenciato” al resumir el punto de vista de los políticos de aquellos años: “un (escándalo como el) Watergate en México es simplemente inimaginable, y si llegara a ocurrir no solo implicaría el fin de la carrera política de un presidente sino el fin del
sistema mismo”.
Se entendía que el “sistema político” era el presidente mismo. Por eso se acuño esa frase tan vetusta de que “si al presidente le va bien, le va bien
al país”. Mentira.
Van décadas que a los presidentes les ha ido muy bien, salen millonarios e impunes de Los Pinos y el pueblo sigue en la miseria.
En la aldea, la prensa domesticada de todos los tiempos readaptó esa frase para apuntalar a los gobernantes: si le va bien al gobernador, le va bien a Veracruz. También es una falacia.
Pillo tras pillo han gozado de fortuna sentados en palacio de gobierno de Jalapa y los veracruzanos no obtiene beneficio alguno.
Pero bueno, tal recuento histórico viene a colación por las declaraciones del gobierno en torno a las investigaciones sobre el secuestro del reportero Moisés Sánchez Cerezo: “Yo digo, yo soy la investigación, yo exonero, yo consigno, yo dirijo, yo..yo…yo”. En su mundillo es el centro del universo, la institución misma está representada en su persona.
Lo malo es que es un funcionario público, cobra un salario pagado por el pueblo y no da resultados –ahí está el caso del atentado contra esta casa editorial, El Buen Tono, que a pesar de tener identificados a los responsables, les sigue dando impunidad- . En el caso del reportero Moisés Sánchez, lo que se informó es paja. No tiene nada, no ha avanzado un ápice en los quince días que lleva desaparecido Moisés pese a que hace dos semanas prometió encontrarlo con vida. Solo da palos de ciego.
Dicen que han interrogado a sesenta personas y no tiene un caso listo para llevarlo al juez y lo peor, ni una pista sobre el paradero del periodista. Los familiares mismos lo han dicho: es pura simulación.


