Una nueva tragedia sacudió a la comunidad minera de Pokot Oeste, en el noroeste de Kenia, donde al menos cuatro personas perdieron la vida y varias más resultaron heridas tras el colapso de una mina de oro artesanal en la aldea de Karon, cerca del río Turkwel.
El siniestro ocurrió en la madrugada del sábado, alrededor de las 02:00 hora local, cuando un grupo de unos 15 mineros se encontraba extrayendo oro de forma manual. “Algunos mineros artesanales murieron tras un pequeño deslizamiento de tierra en un yacimiento minero cerca del río Turkwel”, explicó el comisario del condado, Khalif Abdullahi. Las víctimas quedaron sepultadas por el derrumbe, mientras que los heridos fueron trasladados al Hospital de Referencia de Kapenguria.
Joseph Siwa, jefe local de la sublocalidad de Kositei, confirmó que los trabajadores “quedaron enterrados vivos” mientras buscaban oro en el lugar.
Las operaciones de rescate continúan con el apoyo de los servicios de emergencia y la Cruz Roja de Kenia, mientras las autoridades investigan las causas exactas del accidente.
Este nuevo episodio ha reavivado el debate sobre la minería artesanal en la región, una práctica frecuente pero marcada por la falta de regulación, la inseguridad y las tensiones sociales. Líderes locales piden la suspensión urgente de estas actividades, señalando que muchas de ellas son impulsadas por intereses comerciales extranjeros, sin respetar las normas ambientales ni los derechos de las comunidades locales.
“Nos oponemos firmemente a la minería comercial ilegal en Pokot Oeste. Estas operaciones, impulsadas por la codicia y realizadas sin respeto por la seguridad ni la normativa, siguen poniendo vidas en peligro y explotando nuestras tierras y a nuestra gente”, denunció el diputado local Peter Lochakapong.
La tragedia de Pokot Oeste no solo deja luto y dolor, sino que también plantea una urgente reflexión sobre el futuro de la minería artesanal en Kenia y la necesidad de establecer normas más estrictas para proteger tanto a los trabajadores como al medioambiente.
