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Crea canales de inclusión para la comunidad sorda en Córdoba

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Alejandro Aguilar
El Buen Tono

Córdoba, Ver.- En el silencio, Susana Calvario León encontró una voz para quienes no pueden oírla. Rumbo al Día Mundial de la Lengua de Señas Mexicana (LSM), hizo historia al interpretar por primera vez una misa completa en la iglesia de la Inmaculada Concepción, abriendo un canal de fe para las personas sordas de su ciudad. Detrás de este gesto hay una historia de resiliencia maternal y una convicción inquebrantable: “Yo sí quiero ayudar”.

Todo comenzó entre las cuatro paredes de su hogar. Con su hijo de 36 años, diagnosticado con parálisis cerebral infantil, Susana vive como cuidadora de tiempo completo. “Soy mamá las 24 horas, lo atiendo desde casa”, explica con naturalidad. Fue en ese encierro voluntario donde recibió, como un rayo de luz, un mensaje de WhatsApp en 2020: una invitación a aprender LSM a través de Gotas de Amor. Lo que inició como una terapia personal, “para no olvidarme de mí misma mientras cuidaba a mi hijo”, se transformó en una pasión inclusiva.

Sus clases fueron virtuales, dictadas desde Chiapas por la asociación Manos que hablan. “Mis maestros Fabi y Fai me abrieron la puerta a ese mundo”, recuerda emocionada mientras muestra sus constancias.

Hoy, con casi cuatro años enseñando LSM, su persistencia rinde frutos. Tras interpretar la misa hace una semana, la comunidad sorda de Córdoba le pidió ayuda urgente: “Quieren aprender oraciones y recibir los sacramentos. Muchos niños, jóvenes y adultos no los tienen”. Su proyecto ahora es crear catecismos accesibles, aunque con una condición: “No puedo salir de casa, pero desde aquí, por Zoom, puedo ayudar”.

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