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UMA desaparece perros callejeros; sospechan que son el alimento de los leones

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De la redacción

El Buen Tono

Orizaba.- Activistas en defensa de los animales denunciaron que Orizaba podría esconder una de las historias más crueles detrás de su aparente perfección. Vecinos acusan que los perros callejeros capturados por la Unidad de Medio Ambiente (UMA) simplemente desaparecen. Ninguno regresa. Ninguno es adoptado. Ninguno es reportado.

Lo que comenzó como una sospecha ciudadana se convirtió en un secreto a voces, pues los animales estarían siendo sacrificados de forma masiva y utilizados como alimento para los leones del Paseo del Río, un espacio turístico administrado directamente por el gobierno del presidente municipal Juan Manuel Díez Francos. “En Orizaba casi ya no hay perros en la calle, y cuando uno se pierde, jamás vuelve a aparecer”, señalaron habitantes del centro histórico, quienes acusaron a las autoridades de practicar una limpieza inhumana, disfrazada de orden urbano.

De manera extraoficial, se sabe que los cuerpos de los perros sacrificados serían convertidos en “bolitas” o carne molida para que el público no se dé cuenta del origen real del alimento de los animales en cautiverio. 

Esta práctica, de confirmarse, configuraría un grave delito de maltrato y crueldad animal, además de una violación al artículo 23 de la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Veracruz, que prohíbe el sacrificio sin causa justificada o fuera de protocolos sanitarios.

Pese a la gravedad de las acusaciones, el Ayuntamiento de Orizaba y la UMA guardan silencio. No existen reportes públicos sobre cuántos perros son capturados, cuántos sobreviven ni qué destino tienen los que son sacrificados. Tampoco hay evidencia de campañas activas de esterilización o adopción, como ocurre en otros municipios.

Organizaciones animalistas calificaron la política municipal como “una práctica de exterminio” y señalaron que el gobierno de Díez Francos prefiere eliminar a los animales antes que asumir una política de protección y convivencia responsable. “Orizaba presume belleza y limpieza, pero la consigue a costa del sufrimiento de seres vivos”, denunció una activista local. “Detrás de los muros del Paseo del Río, lo que hay es crueldad encubierta”.

El caso encendió la indignación en redes sociales, donde ciudadanos exigieron una investigación y la rendición de cuentas por parte del gobierno municipal. 

Mientras tanto, el silencio oficial sólo alimenta el rumor más aterrador: en Orizaba, la limpieza se mide en vidas sacrificadas.

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