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BRUJOS Y ENCUESTA

Superiberia

Por: Andrés Timoteo / columnista

Hoy en la madrugada se abrieron las puertas del encanto como cada primer viernes de marzo. Los brujos y nigromantes están prestos para los encantos y sortilegios que requieran todos los buscadores de amor, dinero, salud y poder. Sin embargo, pese a que Veracruz tiene una de las sedes mundiales de hechicería, la región de Los Tuxtlas y concretamente Catemaco, los brujos veracruzanos están devaluados y ya no hay la romería de políticos que en antaño buscaban los conjuros para triunfar en las elecciones. 

Los brujos de Catemaco fueron, en su tiempo, las mejores casas encuestadoras de la clase política, pues sus profecías electorales se cumplían a cabalidad –claro, aprovechaban la inercia de un partido político único y hegemónico, el Revolucionario Institucional, para predecir lo obvio, que sus candidatos ganarían-. Así, durante décadas acudieron a la región tuxtleca desde aspirantes a las alcaldías hasta los candidatos a la gubernatura y a la Presidencia de la República. 

Las familias de los llamados “brujos mayores” de Catemaco –algunos como Gonzalo Aguirre Pech y Tito Gueixpal Seba, ya desaparecidos- todavía conservan en sus ‘consultorios’ fotografías de los expresidentes José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo durante sus campañas electorales. Ya no se diga la presencia de políticos locales y de integrantes de la farándula nacional –actores, cantantes, músicos, artistas y bailares- que eran clientes asiduos de los chamanes. 

No obstante, la fama de los hechiceros veracruzanos quedó hecha trizas en el año 2000 cuando predijeron el triunfo del priista Francisco Labastida Ochoa y fue derrotado por el panista Vicente Fox. Desde entonces los videntes catemaqueños no han recuperado el brillo. Les pasó lo mismo que a las encuestas de opinión, quedaron exhibidos como meros instrumentos de propaganda y no de pronóstico.

 Y es válida la analogía entre los brujos y las casas encuestadoras, aún cuando unos son personajes que recurren al esoterismo y otros son empresas que usan procesos de medición matemática, ya que ambos están en decadencia para el quehacer político-electoral. Las encuestas han fracasado en sus pronósticos en las últimas elecciones en México, y también del mundo. El caso más reciente y vergonzoso fueron los pronósticos demoscópicos que daban el triunfo a la demócrata Hillary Clinton sobre el republicano Donald Trump.

 Los antiguos clientes de los brujos y de las firmas encuestadoras hacen chascarrillos de eso: cuando un hechicero de Catemaco te diga que te vas a sacar la lotería, es que serás pobre hasta el final de sus días y cuando las encuestas pronostiquen que ganarás la elección, retírate de la contienda porque vas a perder. En eso ambos sí se parecen a los políticos, hay que entenderles las cosas al revés. En fin, en el primer viernes de marzo, los candidatos que vayan a Catemaco lo harán para hacer campaña anticipada o en plan de turistas, no por un amuleto ni el menjurje mágico que les asegure la victoria en el mes de junio.

 

CHANEQUES Y MOMIAS

Pero ya en el tema, es un hecho que en pleno proceso electoral para renovar las alcaldías veracruzanas, se abrieron las puertas del más allá y se soltaron los demonios, chaneques, cadáveres insepultos y zombis malolientes. Ejemplos hay varios. Uno de ellos es el exalcalde de Orizaba, Hugo Chahín Maluly que salió a la palestra para anunciar su renuncia al PRI. ¿Cómo para qué? Ha sido un personaje gris en ese partido que su renuncia ni causa daño ni genera desbandada.

 Algunos dicen que puede participar como candidato de algún partido opositor –al tricolor- o como “independiente- pero los tiempos ya corrieron y se duda que cumpla con el calendario establecido. Otra lectura es que su socio, el alcalde Juan Manuel Diez, lo mandó a hacer el espectáculo como un mensaje de que el Ayuntamiento no apoyará al candidato que postule el Revolucionario Estatal. Un caso es para la araña panteonera, pues.

 Hablando también de otro orizabeño que está desatado el primer viernes de marzo, es el diputado federal, Fidel Kuri Grajales, regenteador del club deportivo Tiburones Rojos venció a las Leyes perpetuas de la Iglesia Católica, usando toda clase de sortilegios. Según se ha dicho, Kuri logró que el Vaticano anulara su primer matrimonio y este fin de semana contraerá nupcias con su nueva pareja sentimental en el templo de Las Vizcaínas de la Ciudad de México.

 En la capital del país realizará un gran convite por el nuevo matrimonio y ¡agarren sus crucifijos y escapularios!, pues se rumora que el padrino de bodas o al menos el invitado de honor sería el diabólico exgobernante veracruzano, no el que anda huyendo sino el innombrable. Eso sí es de susto porque confirma que los demonios más azufrosos andan sueltos y haciendo de las suyas.

 Pero no sólo en Orizaba sino en todo el Estado y el País, el PRI está tan lleno de insepultos, que no terminan de irse. Por ejemplo, en víspera de cumplir 88 años de haber sido fundado –que será mañana sábado-, se hacen cambios en su organigrama directivo y así reviven a la excanciller Claudia Ruiz Massieu para ocupar la Secretaría General en lugar de Carolina Monroy, prima del presidente Enrique Peña Nieto. Así, el salinismo retoma una plaza al Grupo Atlacomulco, es decir, lo peor suple a lo que ya era malo.

 Otro zombi mal oliente que regresa al escenario es el exgobernador de Oaxaca, José Murat que fue nombrado presidente de la Fundación Colosio, o sea el encargado de los valores ideológicos y doctrinarios del tricolor. Los priistas no escarmientan pues Murat ha sido uno de los personajes más oscuros en la vida política nacional y tan sólo en Veracruz, donde cobró 12 años un millón pesos mensuales como asesor del innombrable y de Duarte de Ochoa, se le recuerda como integrante de la banda de ladrones que saqueó el tesoro Estatal.

 Con el nuevo cargo partidista en Veracruz, Murat hará dupla con una verdadera hechicera, la exvocera María Gina Domínguez, quien preside la Fundación Colosio a nivel local. Pobres priistas, qué pueden esperar de ese par de momias pestilentes. Por cierto, hablando del Partido Revolucionario Institucional, con sus 88 años de edad –fue fundado en 1929- y más de 70 años de haber estado en el poder presidencial –con un lapso de 12 años de Gobiernos panistas- se ubica entre los cinco partidos políticos más longevos del mundo.

 El primero es Partido Conservador de Inglaterra fundado en 1783, le siguen los partidos Nacional o Blanco de Uruguay (1836), el Partido Liberal Colombiano (1848), el Partido Conservador Colombiano (1848) y el Partido Comunista de China (1921). Resumiendo, el PRI es otra momia andante, en decadencia, pero que respira aún, medra del presupuesto público pues todavía ostenta la Presidencia del País, aunque los expertos en política, sin ser brujos, afirman que le quedan unos meses de vida presidencial, aunque después siga viviendo artificialmente pero ya fuera de palacio nacional después del 2018.

DEMONIOS SUELTOS

Los demonios de la violencia también andan sueltos en Veracruz. Unas horas después de que el Gobernador y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong activaron el ingreso de la Gendarmería Nacional en la zona Centro, once cadáveres fueron arrojados en la vía pública del municipio de Boca del Río por el crimen organizado.

 

Hay quienes comparan esa dantesca escena con la de los 35 cuerpos que fueron arrojados en septiembre del 2011 en la zona comercial de Boca del Río. Empero, son circunstancias diferentes porque en aquella ocasión Veracruz tenía un Gobierno coludido, permisivo y hasta festivo con los delincuentes. Hoy no es así, pues hay un esquema gubernamental que pretende reposicionar el Estado de Derecho sobre los acuerdos facticos y eso genera una respuesta sangrienta. 

Claro, lo anterior sin excluir que la situación también obedece a la disputa intestina de las mafias. Sin embargo, tampoco se puede esperar que los delincuentes aceptarán gustosos la llegada de los  agentes federales a combatirlos.  No debe haber confusión: el Gobernador, con todos los defectos que se le señalen, no es igual al innombrable ni a Javier Duarte, que fueron pactistas con el crimen y que dejaron a los veracruzanos a merced del reinado del terror. 

Tras doce años de colusión,  cuyas consecuencias pagaron todos -desde el empresario secuestrado o extorsionado hasta los ciudadanos de a pie que lloran por sus desaparecidos y el gremio periodístico que fue diezmado- hoy, con aciertos o tropiezos iniciales, se realizan las acciones para terminar con ese cáncer social, y las reacciones de los afectados son obvias.

También hay que remarcar que si bien es cierto que el nuevo Gobierno no es el responsable del desastre que hay la Entidad, sí es el responsable de atender la situación, y remediarla. Lo hace en medio de sacudidas por las inercias y resistencias que hay de esa clase política acostumbrada a la corrupción, y el Ejecutivo Estatal está obligado a cumplir a los veracruzanos lo que prometió de  mantener el combate al crimen organizado y regresar la seguridad en el territorio estatal. Está obligado a hacerlo sin bajar la guardia y sin ceder a las presiones, ni siquiera mediáticas que son muchas. De lo contrario, el pueblo le reclamará -y escarmentará- en las urnas electorales.

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