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CARDENAL DON SERGIO

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  / columnista

El arzobispo emérito de Xalapa, Sergio Obeso Rivera, recibió ayer el birrete y la capela cardenalicios de las manos del Papa Francisco. En un consistorio público celebrado en la Basílica de San Pedro, el xalapeño se convirtió en el séptimo Obispo mexicano con vida y el primer veracruzano honrado con la sotana purpurada.

Los otros cardenales mexicanos son: Carlos Aguiar Retes, actual Arzobispo Primado de México; José Francisco Robles Ortega, Alberto Suárez Inda, Norberto Rivera Carrera, Javier Lozano Barragán y Juan Sandoval Íñiguez. Los dos últimos, Lozano y Sandoval, al igual que Obeso Rivera, son mayores de 80 años, por lo que no podrán votar ni ser votados si hubiera necesidad de un conclave para nombrar a un nuevo pontífice.

Al contrario, los cuatro primeros tienen menos de esa edad y son electores y elegibles en una eventual asamblea de los llamados ‘príncipes’ de la Iglesia Católica. Hay que señalar que el zacatecano Lozano Barragán ha sido el único religioso mexicano en ocupar un cargo en el Vaticano, pues presidió el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Agentes Sanitarios, la versión eclesiástica de una Secretaría de Salud.

Como ya se había dicho en este espacio en mayo pasado cuando se anunció el ungimiento al cardenalato, la distinción cardenalicia era “justa y necesaria” para Don Sergio Obeso por la labor que desempeñó durante 28 años como Arzobispo de Xalapa, de 1979 al 2007 y como Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) por tres períodos: de 1983 a 1985, de 1985 a 1988 y de 1995 a 1997.

Su paso por la asamblea de Obispos del País no es simple numeralia curricular porque Obeso Rivera fue un religioso liberal y tolerante que, principalmente en los dos primeros períodos en la CEM, se enfrentó a la jerarquía católica conservadora, el famoso “Grupo Roma”, y defendió los religiosos, portadores de la Teología de la Liberación, los que promulgaban la llamada opción preferencial por los pobres.

Lo anterior a pesar de que Obeso Rivera nunca tuvo penurias económicas, ya que es integrante de una familia acaudalada cuyo patriarca fue un comerciante de origen asturiano. Don Sergio es tío paterno de los poderosos empresarios Antonio y Alfredo Chedraui Obeso, propietarios del Grupo Chedraui que incluye supermercados en México, Estados Unidos y Centroamérica, así como sociedades bursátiles y bancarias.

Es tío también del exalcalde de Xalapa, David Velasco Chedraui y de su mamá, la exDiputada Local, Irma Chedraui Obeso. Sin embargo, la parentela adinerada e inmiscuida en política partidista, tanto en el PRI como en el PAN, no influyó en su ejercicio pastoral.

Al frente de la Arquidiócesis de Xalapa, Monseñor Obeso permitió el activismo pastoral a favor de la defensa de los derechos humanos, los migrantes, la pastoral obrera y, en algunas parroquias y decanatos, el impuso de la participación de laicos en política por medio de las maravillosas Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). La Diócesis xalapeña fue pionera en Veracruz en la promoción y organización de la observación electoral desde los años noventa.

También cobijó y defendió sacerdotes progresistas -que muchos calificaban como “rojillos”- y los sostuvo en sus parroquias pese a la belicosidad de los cacicazgos locales. Además, mucho antes de que el Papa Francisco pregonara y ensayara la tolerancia al interior de la Iglesia Católica a minorías marginadas, Don Sergio permitió que la Pastoral Social trabajara con grupos de sexoservidoras y pacientes infectados con VIH/Sida.

A nivel de Gobierno Diocesano, Obeso Rivera fue el promotor de la división de la Diócesis de Xalapa en tres demarcaciones, creando las diócesis de Córdoba y Orizaba en el año 2000. Además, fue el impulsor de la canonización, en el año 2006, de Monseñor Rafael Guízar y Valencia, el primer Santo-Obispo en Latinoamérica.

El 10 de abril de 2007 renunció al puesto de Arzobispo xalapeño, pues cumplió los 75 años y desde entonces es Arzobispo emérito. Al hacer un repaso de su obra episcopal y diocesana queda tan pequeño quien lo sucedió al frente de la Arquidiócesis de Xalapa, el orizabeño Hipólito Reyes Larios, que no ha podido -más bien no ha querido- llevar con dignidad el cayado pastoril que le heredó Don Sergio.

 

02 DE JULIO

Pasado mañana, el domingo, los mexicanos tienen cita en las casillas de votación. Será la jornada histórica para renovar la geografía del poder en México. Nadie se debe decir indeciso ni desinformado, pues los temas partidistas y electorales llevan meses siendo machacados en el imaginario colectivo. Votar, hoy es más que nunca una obligación histórica, y quien no lo haga, que no se queje después.

¿Qué pasará el lunes 02 de julio? Es la pregunta que se hacen todos. México amanecerá con un Presidente de la República y un Gobernador de Veracruz surgidos del voto depositado en las ánforas. ¿Se desatará el tigre o se aparecerá el diablo? como amagan algunos, o ¿será una transición aterciopelada, sin sobresaltos? como auguran otros. ¿Se quedarán los mismos en el poder o arribará una camada de nuevos políticos?

Muchos se espantan con la posible llegada de la “izquierda” al poder, pero hay que aclarar que de ganar el que encabeza las encuestas no será la izquierda la que gobierne, pues ese concepto está mal entendido en el País. Los que se promocionan como izquierdistas -ojo, que no “chairos” imbañables e iletrados- son meramente anti priistas o anti panistas, no portadores de la esencia ideológica de la izquierda histórica.

La “izquierda” en México es el equivalente de la “derecha” en Europa y, por supuesto, está alejada de la doctrina comunista o socialista. Son más bien “populistas” -que no populares-. Entonces, de ganar el puntero, las cosas no cambiarán mucho, menos cuando su proyecto -y su Gabinete- se llenó de los arrepentidos de la “mafia del poder”. ¿Hay que tenerles miedo? No, pero sí habrá que tenerlos bajo vigilancia porque todo apunta a que podrían terminar en una nueva versión del foxismo, ese espejismo de cambio democrático.

 

LOS PENDIENTES

A nivel Estatal, durante los noventa días de campaña los aspirantes a encabezar el Gobierno de Veracruz abordaron varios temas delicados y algunos -no todos, pues hubo quienes los usaron sólo como arietes mediáticos- hicieron propuestas para atenderlos: la inseguridad y violencia, los rezagos en materia sanitaria, el combate a la pobreza, la corrupción de servidores públicos, el campo, la educación y el desarrollo económicos.

Hubo también temas álgidos que fueron tocados como las personas desaparecidas, el matrimonio igualitario, el aborto y los feminicidios, por citar algunos. Hay que reconocer que los candidatos no le sacaron la vuelta a los mismos aun cuando algunos hicieran nulos planteamientos.

Empero, hay otros temas que estuvieron ausentes en la agenda de los que pretenden convertirse en gobernantes, y no son menores. Dos de ellos ya se han citado en este espacio: la defensa de los migrantes extranjeros que pasan por territorio estatal y el medio ambiente, especialmente casos puntuales como la minería tóxica que amenaza los ecosistemas, y la explotación de las cuencas hidrológicas.

Otros pendientes son los casos del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), la justicia para los periodistas asesinados en los años de plomo, los niños con cáncer -las carencias del sistema de Salud para darles tratamiento y el castigo por aquellos que fueron tratados con agua destilada- y los pacientes seropositivos -portadores del VIH o con Sida desarrollado, entre otros. No hubo plataforma para ellos, pero el que se convierta en el Gobernador en diciembre próximo, forzosamente tendrá que tratarlos y darles cauce.

 

LAS VÍSPERAS

Para las elecciones en Veracruz habrá menos de 700 observadores -698 para ser exactos-, un número muy bajo en comparación con las 10 mil 631 casillas que se instalarán en los 212 municipios para recaudar el voto de 5.7 millones de electores. Es decir, sacando el cálculo,  cada observador se tendría que ocupar de más de tres municipios.

Por lo tanto, la observación electoral será un muestreo en las zonas urbanas. Además, hasta anoche no se tenía conocimiento de la llegada de observadores internacionales –de la ONU- como había demandado el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Los observadores previstos son nacionales, los que recibieron acreditación y capacitación del INE.

Como es costumbre, en las vísperas de la jornada comicial, todos los partidos hacen denuncias de supuestos actos irregulares ante el consejo del OPLE y, ahora, con el uso de redes sociales exhiben el presunto almacenamiento o reparto de despensas, “casas de seguridad” para maniobrar acciones ilegales, la compra de votos o recolección de credenciales de elector. Es lo típico en cada disputa comicial, pues.

Lo más grave que se ha presentado hasta el momento es el robo de 2 mil 800 boletas en el domicilio del ciudadano que fungirá como presidente de la casilla 4725 Contigua en Coatzacoalcos, que fue perpetrado por un grupo armado. Hay quienes vaticinan actos de violencia y fraude para la jornada electoral, lo de siempre en cada elección en México y Veracruz. Esos pregones de caos no deben inhibir a los ciudadanos para acudir a las mesas de votación. No se dejen intimidar, salir a votar es precisamente el mejor remedio para esos males.

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