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COALICIÓN FRENTISTA

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  /  columnista

Finalmente se confirmó al tercer competidor por la Presidencia de la República. Será, si no ocurre una hecatombe, el queretano Ricardo Anaya Cortés, quien jugó sus cartas de forma efectiva para beneficiarse con la construcción de la alianza de Acción Nacional con los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (PMC),  la cual en un principio se llamó Frente Ciudadano por México, pero que desde el viernes, al ser registrada como coalición ante el Instituto Nacional Electoral (INE), se rebautizó  como “Por México al Frente”.

Una vez colocada la mesa, el fin de semana Anaya Cortés renunció a la dirigencia nacional del PAN –en su lugar quedó, obviamente un incondicional,  el sonorense Damián Zepeda Vidales, para seguir controlando las riendas del blanquiazul-, y en esta semana se inscribirá como precandidato presidencial. Algunos lo tachan de “gandalla” y otros de muy “perverso”. Es un mustio de la política, le dicen también. Empero, Anaya supo eliminar eficazmente  a sus competidores.

Hay que recordar que se deshizo de su rival más aventajada al interior del panismo, Margarita Zavala, la mujer del expresidente Felipe Calderón. A sabiendas que no la dejarían ser candidata, la ex primera dama  renunció desde octubre pasado a su militancia para buscar una candidatura independiente y dejó de ser un obstáculo para el queretano. El pasado fin de semana, Anaya también logró que se hiciera a un lado Miguel Ángel Mancera, actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México quien era la propuesta del PRD para la candidatura presidencial.

Mancera se apartó, según dicen, porque negoció la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México para la ahora su pareja sentimental, Alejandra Barrales, quien también fue dirigente nacional del Sol Azteca hasta el sábado pasado cuando renunció para cumplir con un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que ordenaba renovar el Comité Ejecutivo Nacional del partido. Su lugar fue ocupado por Manuel Granados Covarrubias, cercano a la pareja Mancera-Barrales.

Ayer domingo, Alejandra Barrales se registró como precandidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y así queda cerrada tal negociación. Hay que reconocer que no se equivocó el exgobernador Dante Delgado Rannauro, dirigente del PMC,  en la distribución salomónica que hizo de las nominaciones en disputa por el Frente Ciudadano pues propuso que la candidatura presidencial fuera para el PAN y la Ciudad de México para el PRD.  A Mancera le recomendó aceptar una postulación plurinominal al Senado.

Tuvo razón el cordobés Delgado Rannauro pues el PAN encabezando la candidatura a la Presidencia tiene más posibilidades de triunfo que el PRD, y el Sol Azteca las tiene en la Ciudad de México. A Miguel Ángel Mancera le urge fuero constitucional, por eso le conviene tener asegurada una plurinominal en  el Senado pues como candidato no ganaría a la presidencial y aunque el todavía gobernante capitalino asegura que no aceptará ninguna nominación más le vale hacerlo porque si el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) llega a gobernar la capital del país, es muy probable que lo meta a la cárcel.

 

LOS TRES POR LOS PINOS

Un tercer rival de Ricardo Anaya para amarrar la candidatura presidencial, aunque menor, es el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pero se sabe que éste panista lo que en realidad quiere es asegurar la postulación de su esposa, Martha Erika Alonso, a la gubernatura poblana que también se renovará en el 2018. Es el único pendiente para dejar totalmente despejado el camino a Anaya.

Entonces, prácticamente ya están los tres contendientes para Los Pinos. Por Morena va –el de siempre- el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, arropado también por el Partido del Trabajo (PT) que hizo  alianza con los morenos.  Por el PRI –que seguramente se aliará con el PVEM y el Panal, y hasta el PES- es el tecnócrata José Antonio Meade Kuribreña. Los tres disputantes ya están y es destacable que a prácticamente siete meses de los comicios, las mediciones demoscópicas no han cambiado, ni siquiera con los nombres ya conocidos.

López Obrador sigue liderando las preferencias ciudadanas de acuerdo a la encuesta más reciente elaborada por Buendía & Laredo, con el 31 por ciento, mientras que Anaya Cortes tiene el 23 por ciento y Meade apenas el 16 por cierto. Es decir, el abanderado del PRI va en tercer lugar y seguramente en tercer sitio terminará en las votaciones del primero de julio próximo.

La apuesta del PRI y de Los Pinos no son los votos ciudadanos sino el fraude con el apoyo de aparato de Estado con todos sus recursos, especialmente financieros. Para nadie es un secreto que bucarán repetir lo hecho en el Estado de México donde concentraron miles de millones de pesos y toda la estructura oficial para hacer ganar al tricolor sin importar los excesos. Sin embargo, la entidad mexiquense no es el País entero donde priva un repudio hacia el gobierno de Enrique Peña Nieto y hacia el Revolucionario Institucional.

En todos los escenarios demoscópicos, el PRI es  vapuleado con el voto de castigo, así que su rol será pelear por el segundo lugar y no caer hasta el tercer sitio. Muchos analistas políticos prevén que la disputa real por la Presidencia será entre Ricardo Anaya de la coalición PAN-PRD-MC con el tabasqueño López Obrador de Morena.  El rival a vencer es López Obrador, aunque en un descuido – dada la intensa ‘guerra sucia’ que se le avecina y los errores catastróficos del propio tabasqueño que no cuida su lengua- el queretano puede dar la sorpresa.

Pero regresando al tema de la coalición azul-amarillo-naranja, según lo acordado , el blanquiazul postulará candidatos a diputados federales en 144 de los 300 distritos del país, el PRD lo hará en 104 y el PMC en 52 para hacer 48, 34 y 17.3 por ciento, respectivamente. Porcentajes parecidos se harán con las 200 candidaturas uninominales y plurinominales al Senado de la República.

 

DEFINICIONES LOCALES

Y como siempre se ha dicho, como es arriba también es abajo. Ahora con la definición de los frentistas se tendrá que homologar esa alianza en los 9 estados que tendrán elecciones por la gubernatura en el 2018, entre ellos Veracruz. Es un hecho de que la Coalición “Por México al Frente” se concrete en la entidad veracruzana donde ya los consejos locales de los partidos la aprobaron previamente.

Es también un hecho que el candidato por esa coalición será el actual alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del mandatario estatal. Algunos han querido difundir que hay una inconformidad interna en el PAN contra el edil boqueño, pero hasta la fecha ni una sola voz se ha levantado al respecto. A la par, tanto el PAN como el PRD han comprobado que la alianza que sostuvieron en las elecciones del 2016 y las municipales de este año fue exitosa, ganando la gubernatura y la mayoría de los ayuntamientos, entonces romper ese acuerdo no les representaría ningún beneficio a las ambos institutos políticos.

Respecto al exgobernador Dante Delgado, éste no buscará la candidatura al gobierno estatal porque no le dan los números. El PMC apenas tiene un 4 por ciento de votación cautiva y entonces no cuenta con el capital electoral suficiente para exigir la principal nominación. Se sabe que al PMC le concederán la candidatura al gobierno de Jalisco con Enrique Alfaro, actual alcalde de Guadalajara. El partido de Delgado Rannauro tiene los números a su favor en el occidente y será respaldado por la coalición. 

Además  hay la versión de que Dante Delgado sería llamado al gabinete presidencial en el caso de una victoria de Ricardo Anaya para ocupar un cargo de primera línea. En Veracruz se ha mencionado que posiblemente las candidaturas  en los distritos Rural y Urbano de Xalapa serían para el Movimiento Ciudadano quien también acomodaría algunos plurinominales.

Mientras tanto, por el  PRI el virtual candidato es el senador José Yunes Zorrilla, quien fue compañero de universidad de Meade Kuribreña y además es la opción menos ajada del tricolor. Lo malo para los priistas es que en Veracruz también tienen pronósticos muy negativos, arrancan en el tercer lugar de las encuestas y es muy difícil que lo remonten en los siete meses siguientes. Por si fuera poco, a nivel local hay un repudio generalizado al tricolor, al gobierno de Peña Nieto y sobre todo a los dos exgobernadores anteriores, el innombrable y Javier Duarte de Ochoa. Y aun a sabiendas de eso, el peroteño Yunes Zorrilla se ha rodeado de fidelistas y duartistas, quienes se disputan encargos en su equipo de campaña y candidaturas al Senado, a las diputaciones federales y locales. Hacen lo mismo y van con los mismos pese a que la ciudadanía no votará por los que fueron parte de los dos gobiernos anteriores y por ende, cómplices en el saqueo financiero y el desastre en la vida pública de Veracruz.

Por otro lado, el que podría pelear el segundo lugar y en una de esas, hasta disputar abiertamente la gubernatura, si funciona el llamado “Efecto Peje” como en años anteriores, es el diputado federal por Xalapa,  Cuitláhuac García Jiménez, quien repetirá como candidato de Morena  al igual que lo hizo en el 2016. García Jiménez se beneficiaría del voto que arrastre López Obrador en el 2016 y tal  es la apuesta, ya que la personalidad y los resultados como legislador son escasos.

García Jiménez no llega impoluto a la contienda pues tiene como desventaja los pactos que en el 2016 hizo con el entonces exgobernador Javier Duarte quien habría financiado su campaña y lo apuntalado con operadores priistas para subir la votación. Hoy, Duarte ya no está en Palacio de Gobierno y Morena no contará con ese aliado. Peor aún, es inminente que saldrán a la luz pública audios y videos de ese apoyo financiero que le otorgaron. Ahí podría desinflarse y ni la influencia de López Obrador lo salvaría del repudio popular.

En resumen, la segunda semana de diciembre y antepenúltima de este 2017 comienza con los tres “gallos” definidos por la Presidencia de la República y  está casi listo el tercio que disputará la gubernatura de Veracruz, y aun cuando la oficialización de sus candidaturas se realice en enero o febrero el año que iniciará, la guerra electoral ya está vigente y sube de nivel.  Desde ahora lo que hagan o no hagan esos seis aspirantes  -tres presidenciales y tres estatales- influirá en el imaginario colectivo del país y de Veracruz.

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