Confrontar al gobierno

Córdoba.- Desde hace ya varios meses se ha publicado en estas páginas la denuncia de una alberca a media calle, o, como se le llama de manera políticamente correcta, un bache gigante. A un lado de la aeropista —la que también está abandonada por el Gobierno— se encontraba el badén en el cual cabía perfectamente la llanta de un auto compacto; esperando a que algún incauto que desconociera semejante desafío entrara en él a buena velocidad para perder el auto y quizá la vida.

 

La construcción de la calle tiene una carpeta que funciona como sello, que al romperse, permite el ingreso de la lluvia y de partículas de tierra que la van destruyendo, se afecta la carpeta y termina por dejar de servir.

 

Si permiten que entre el agua —que arrastra piedras y otros materiales que sirven como pulidores— se va a echar a perder el trabajo, la vialidad y la inversión que costó —que nos costó—.

 

Si en este momento, tanto ahí como a la altura de El Trébol aplican sello, puede quedar operable y el gasto no es elevado, si lo dejan costará millones.No obstante, así les gusta en Córdoba, en vez de mantenimiento preventivo, esperan al correctivo que cuesta más —pero a ellos no, a nosotros, de nuestros impuestos—.

 

En la entrada a La Luz Francisco I. Madero, se hizo trabajo de asfaltado en tiempos de Portilla, pero se rompió y Ríos Bernal lo quitó todo y volvió a aplicar; ya está fracturado y a nada de ser inservible: no es un robo, pero están malgastando nuestros recursos, los
de Córdoba.

 

En el bache mencionado, los que viven por ahí, cansados de suplicar a Obras Públicas que hiciera su trabajo, pusieron una palmera, a media calle. Eran casi la 1:00 de la tarde y justo al ponerla, una camioneta de Obras Públicas pasó por el lugar —¿destino?, ¿llamada telefónica?—; pues hasta las 5:00 de la tarde levantaron la palmera y taparon el hoyo.

 

¿Por qué pueden pasar meses y no hacen nada, vienen los ciudadanos, ponen una palmera y entonces actúan?

Esto es el por qué existe El Buen Tono. Está demostrado que a medida que el pueblo eleve su nivel de confrontación, el gobierno va a tener que dar mejores resultados, no tendrá otra alternativa. Para muestra, la palmera.