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DÍAS TRISTES

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Desde este espacio expresamos nuestra condolencia al apreciado amigo Roberto Bañuelos Cárdenas, a su mamá, la señora Adelaida Cárdenas Lara, así como a sus hermanos y sobrinos por el fallecimiento de su padre, don Jerónimo Bañuelos Hernández, sucedido el 31 de diciembre pasado en Tomatlán. Va un fuerte abrazo para ellos y las oraciones para que el dolor por la ausencia del ser querido sea superado con la esperanza de un reencuentro en la casa de Dios.

 

 Son días tristes, sin duda, porque también el sábado pasado se fue físicamente el compañero periodista, Raymundo Zúñiga Ortiz, quien hizo carrera en medios impresos y radiofónicos de la conurbación Veracruz-Boca del Río. Para su esposa, la también periodista Reyna León Méndez, sus hijos Reyna Fabiola y Rey Fabián y demás familiares va de igual forma un abrazo solidario. Al buen Raymundo, un adiós afectuoso.

 

 A la par, el  sábado 2 de enero se cumplió un año de que fue secuestrado el periodista urbano Moisés Sánchez Cerezo en el municipio de Medellín de Bravo, cuyo cuerpo sin vida y mutilado se “localizó” 24 días después y sólo fue posible por la presión nacional e internacional de la opinión pública. Y se entrecomilla eso de que fue “localizado” porque se sabe que los restos fueron encontrados mucho antes de la fecha en que lo dieron a conocer, pero la Fiscalía estatal retardó la confirmación. El caso es todo un monumento al manoseo político y a la impunidad.

 

 Esto porque no sólo se permitió que huyera el alcalde panista Omar Cruz Reyes, presunto autor intelectual del homicidio sino que ni siquiera se le buscó aun cuando fue desaforado por el Congreso local.  No se hizo por intereses políticos ya que Cruz Reyes fue aliado del Gobierno estatal para la privatización del Sistema de Agua y Saneamiento (SAS), que administraba el agua potable y el alcantarillado en Medellín, Boca del Río y el Puerto de Veracruz, por lo que el expediente judicial contra Cruz Reyes fue integrado a modo para que no prosperará en los tribunales.

 

 Tal es así que tanto el edil desaforado como el ex policía municipal, Martín López Meneses, detenido como el autor material del secuestro y crimen, obtuvieron sendos amparos de la justicia federal para evadir el castigo penal.  El homicidio de Moisés Sánchez Cerezo siempre fue minimizado por las autoridades estatales. Incluso el mismo gobernante en turno se atrevió ningunear el secuestro negando que Sánchez Cerezo fuera periodista ya que solamente era “un simple taxista”, según sus propias palabras. Ayer se dijo a los familiares y a la opinión pública que el caso está “resuelto”.

 

 No es cierto. En realidad la Fiscalía estatal se quedó sin caso que perseguir –como se había planeado inicialmente- y su titular ni siquiera conoce la identidad de los otros presuntos cómplices del crimen, sólo sus apodos. ¿Cuándo había sucedido algo así que un procurador quede en ceros en una investigación criminal y todos sus acusados obtengan amparos judiciales?. Cuando la impunidad es la regla para impartir justicia como sucede en Veracruz.

 

 Otro caso que ocupó amplios espacios periodísticos en la prensa nacional e internacional fue el del fotorreportero Rubén Espinosa y de la activista Nadia Vera, torturados y asesinados en un departamento de la colonia Narvarte, en el Distrito Federal donde también fueron victimadas otras tres mujeres. El 31 de diciembre se cumplieron seis meses de ese multihomicidio y a la fecha la intentona de dar impunidad a los autores intelectuales sigue de parte del Gobierno.

 

 No se debe olvidar –algo a lo que apuesta el Gobierno estatal y las autoridades capitalinas- que Rubén y Nadia fueron amenazados en Veracruz y salieron huyendo de la entidad para salvar sus vidas. Ambos señalaron puntualmente antes de ser asesinados, a sus verdugos. 

 

Lo hicieron con nombres y apellidos. Hasta la fecha, las hipótesis manejadas por la Procuraduría del DF son irrisorias y sólo tienen como objetivo encubrir a los responsables y mascarar que la muerte de Rubén y Nadia se desprendió de las amenazas recibidas por funcionarios veracruzanos.

 Por cierto, no es como debe trascender un periodista en el espectro documental, pero ya Rubén Espinosa tiene una sección en el sitio Wikipedia (se puede consultar en el link: https://es.wikipedia.org/wiki/Rub%C3%A9n_Espinosa_Becerril) al igual que lo tiene la extrañada Regina Martínez (https://es.wikipedia.org/wiki/Regina_Mart%C3%ADnez).

 

Todos ellos, Regina, Rubén, Nadia, Moisés nos faltan, al igual que los otros 13 compañeros reporteros que han sido asesinados en este sexenio estatal y los otros cuatro que están en calidad de desaparecidos sin que la autoridad haga algo por buscarlos.

 

LAS CABAÑUELAS

 

El  año 2015 terminó bañado en sangre y comenzó igual el 2016 no sólo por los casos ya citados de periodistas y activistas sino porque desde mediados de diciembre la ola criminal se disparó en Veracruz. Unos 30 asesinatos se contabilizaron las dos últimas semanas del año y el 2015 inició con una mancha sangrienta de seis asesinatos en tres días, a cuenta de dos homicidios diarios. Entre ellos dos feminicidios, uno en Maltrata, en la zona Centro del estado, y otro en Coatzacoalcos.

 

Los sitios de mayor incidencia del crimen organizado son los mismos que en el 2015: el corredor Coatzacoalcos-Minatitlán, al Sur del estado y la zona Centro, específicamente la ciudad de Córdoba donde ayer mismo fue arrojado un cadáver desmembrado en la colonia Santa Cruz Buenavista, con un narco-mensaje incluido y a unos metros de un módulo del Mando Único Policial, mismo que es una farsa. La Policía Estatal no ha servido –o más bien no ha querido- combatir a los delincuentes que se pasean en la castigada Ciudad de los Treinta Caballeros como si estuvieran en su casa.

 

De esta forma, se reitera,  el año comienza como terminó el anterior: con la estadística de dos homicidios por día, por lo que las cabañuelas en materia de Seguridad Pública no son halagüeñas. Tampoco son buenas para los rubros económico y de gobernabilidad: trabajadores pensionados, maestros, burócratas en activo, estudiantes y hasta empresarios que son proveedores del Gobierno estatal anticipan marchas y protestas a partir de hoy lunes para exigir el pago de pensiones, becas, deudas, bonos atrasados, así como prestaciones laborales.

 

Claro, habrá más protestas y habrá más represión. Ya se vio el pasado 23 de diciembre que el Gobierno estatal no repara en apalear ni siquiera a los ancianos que sólo exigen lo que por derecho les corresponde. Algo inédito pasa en el quehacer político, la represión contra el pueblo no cesa ni siquiera porque está el pleno rejuego electoral, lo que indica que al gobernante estatal no le importa el daño que le provoque a su partido, el PRI, sino callar a críticos a golpe de tolete. Por eso queda confirmado que el tricolor ya dejó de apostarle al voto popular  y ahora sólo va por la compra de conciencias, árbitros y magistrados y, en su caso, el robo de los comicios.

 

Las cabañuelas políticas sí que serán intensas e históricas pues por vez primera el Revolucionario Institucional sería derrotado y se pondría fin a 90 años de predominio priísta en Veracruz, una de las entidades del país que no ha registrado la alternancia en el poder. 

 

Las cabañuelas son, pues, negativas para el partido en el poder y en particular para la fidelidad que ha saqueado a la entidad hasta el cansancio. Aun así, esta misma semana se espera que se den las primeras dilucidaciones sobre la identidad del futuro candidato del tricolor.

 

Una fecha esperada es el próximo 6 de enero en el marco de la celebración del primer centenario de la Ley Agraria de 1915, evento que dejó de ser un encuentro de campesinos para convertirse en una encerrona de priístas y aun cuando no está confirmada la presencia del presidente Enrique Peña Nieto muchos le apuestan que acuda para ofrecer  señales a la vieja usanza que  “destapen” a quien será el abanderado priísta en los comicios del mes de junio.

 

 ¿Cuál de los dos senadores –José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa- será el ungido? Algunos aseguran que será Yunes Landa aun cuando esté por debajo en las encuestas de Yunes Zorrilla, pero la predicción es mala con cualquiera de los dos. Ninguno garantiza el triunfo por la gubernatura y no porque sean malos prospectos, sino porque se espera un voto de castigo apabullante contra el Gobierno estatal y eso se traducirá en el rechazo a los candidatos del tricolor tanto en la gubernatura como en las diputaciones locales que también serán renovadas. Vaya pronóstico.

 

NO TRAJERON  EL REGALO

 

Por otro lado, hay una cabañuela que todos esperaban como si fuera un regalo navideño o de los Reyes Magos: la salida de Tomás Ríos Bernal del PAN y del Ayuntamiento luego de que el ex diputado federal, Juan Bueno Torio, renunció a su militancia para postularse como candidato independiente –pero de la fidelidad- a la gubernatura. De regreso de sus vacaciones, el edil panista negó que vaya a retirarse de la encomienda pública y del partido -como si en verdad fuera necesario en ambos lados-. Empero, los bien enterados afirman que si bien Ríos Bernal no renunciará formalmente al blanquiazul, en los hechos ya está en la cancha priísta.

 

Ríos Bernal está preparando el camino para entregar el Ayuntamiento a un tricolor en el 2017, además se afirma que el Ayuntamiento cordobés será la “caja chica” para financiar al abanderado fidelista e independiente, Bueno Torio, quien también es instrumento para abrirle camino al priísta que sea postulado al Gobierno estatal. Mala suerte para los panistas y ciudadanos cordobeses que tendrán que escribirle el año que viene a Santa Claus o a los Magos de Oriente para ver si les concede ese regalo: sacudirse a Ríos Bernal de una vez por todas.

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