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El minutero

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EL DESASEO

 Para el proceso comicial que está desarrollándose se invirtieron 658 millones de pesos, dinero de todos los veracruzanos, hay que destacarlo siempre. Si se resta los 127 millones de pesos que se ocuparon en el financiamiento de los nueve partidos políticos acreditados, entonces el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) se gastará 531 millones de pesos en este año -a razón de 1.5 millones de pesos mensuales o 50 mil pesos diariamente-. Es un mundo de dinero si se considera que Veracruz es uno de los estados con población empobrecida y la administración estatal padece  serios problemas financieros tras el desastroso sexenio de la fidelidad.

 Por eso es increíble y hasta impúdico que el IEV cometa tremendos errores en la organización de las elecciones que renovarán el congreso local y las 212 alcaldías. En las últimas horas varias sedes municipales del IEV fueron  bloqueadas por militantes debido a que algunos candidatos no aparecen en las boletas que se usarán el 7 de julio. Este problema se presentó en Atoyac, Tenampa, Soledad de Doblado, Chacaltianguis, San Juan Evangelista y Aquila donde los excluidos son los abanderados de Alternativa Veracruzana (AVE) así como del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el último municipio.

 En Córdoba, enviaron boletas impresas con el apellido erróneo del Revolucionario Institucional, Salvador Abella García pues aparece como “Avella” y por lo tanto se tendrán que volver a maquilar las más de 150 mil boletas. En el puerto de Veracruz mañosamente el IEV ordenó la impresión de las boletas omitiendo el sobrenombre de la candidata de Acción Nacional a la diputación por el distrito urbano, Marijose Gamboa, conocida así por todos debido a su desempeño periodístico.

La boleta la ubica como María Josefina pese a que solicitó que se incluyera el mote pues la ley ya lo permite. En contraparte, a la contendiente por el mismo cargo del PRI, Ana Guadalupe Ingram si le pusieron el sobrenombre de “Anilú”. La obviedad salta a la vista. Es la maniobra para confundir al electorado y tratar de beneficiar a la candidata del partido oficial quien necesita de todas esas artimañas pues las mediciones demoscópicas la ubican muy por debajo de Marijose Gamboa. 

Como los anteriores, siguen fluyeron errores y omisiones en la impresión de las boletas, y en algunos casos se ha obligado a la reimpresión de las mismas, a marchas forzadas, para que la papelería esté lista para el domingo 7 de julio. ¿Es válido recurrir a la reimpresión?. Técnicamente sí, pero éticamente no, pues de los 531 millones de pesos que el IEV se gastará en este proceso electoral más 16 millones de pesos fueron destinados a pagar la impresión de boletas electorales, las cuales por las evidencias presentadas son un verdadero desaseo  –la forma elegante de decir cochinero-. No hay justificación válida pues la documentación con nombres y sobrenombres de los candidatos fue entregada en tiempo y forma a las autoridades electorales.

 

LA INAMOVIBLE

 ¿Qué sucedió? No se puede hablar de impericia ni de hechos fortuitos, simplemente de un cochinero avalado por el mismo IEV. Y no es la primera vez que ocurre esos errores que parecieran intencionales, no sólo en cuestión de la papelería electoral sino también en el monitoreo de medios informativos y  el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). En estos tres rubros se han entregado concesiones a empresas altamente cuestionadas por su mal desempeño en otros  procesos electorales tanto  en Veracruz como en diversos estados del país.

 Aún así, sospechosamente el consejo general del IEV encabezado por Carolina Viveros García siempre otorga los contratos a las mismas compañías e ignora los reclamos que partidos políticos representados en el mismo consejo general han formulado hasta el cansancio, y con evidencias de los pésimos resultados dados por las empresas beneficiadas. En el caso de la papelería electoral, mucho se dijo que el contrato por más de 16 millones de pesos otorgado a la firma Litho Formas S. A. de C. V. era algo pactado desde hace tiempo. 

Incluso otra empresa participante en la licitación,  Formas Inteligentes S.A., asegura haber presentado un proyecto más barato -3 millones de pesos menos- para imprimir la papelería electoral pero pese al ahorro económico que significaría para las finanzas estatales, el mismo fue rechazado porque el convenio ya estaba decidido para Litho Formas. ¿Quiénes son los propietarios? Existe mucha especulación sobre el tema aunque  más allá de los dueños la clave está en el pago de intermediarios o cabilderos para conseguir licitaciones a modo.

 Lo que se ha sabido es que la empresa Litho Forma paga su riguroso “diezmo” –algunos dicen que es “veintiezmo”- a los políticos veracruzanos y funcionarios del IEV para que las licitaciones sean a modo y la firma de contratos esté asegurada. En ese asunto tiene mucho que explicar la señora Viveros García, cuya fortuna, dicen los bien enterados, envidiarían no sólo sus antiguos compañeros de la Facultad de Derecho en la Universidad Veracruzana (UV) sino muchos políticos que se han enriquecido con el paso de los años.

 Viveros García se ha hecho millonaria durante su desempeño como presidenta del IEV – de acuerpo a la página oficial del instituto, la señora está al frente desde el 2005- pues  lleva al hilo cinco procesos electorales: las elecciones extraordinarias en el municipio de Landero y Coss en el 2005, la renovación de alcaldías y diputaciones en el 2007, las elecciones para gobernador en el 2010 –en las que también se eligieron ediles y parlamentarios-, las elecciones extraordinarias en Coxquihui y José Azueta en el 2011 y los comicios que actualmente se desarrollan. Todos, obviamente, le acarrean beneficios financieros por hacer este tipo de chanchullos o levantar la mano a ganadores acordados.

 En todos estos años, Viveros ha sido señalada de actuar con parcialidad y haber convertido al IEV en una “oficialía de partes”, y lo hace sin reparar en pifias ni atropellos garrafales a la ley. Prueba de ellos es que los veredictos del IEV han sido corregidos  en no pocas ocasiones por el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado (TEPJE) o el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Aún así, la señora sigue inamovible por razones más qué conocidas. 

Tampoco es un secreto que su llegada al IEV fue un premio otorgado por el exgobernante estatal gracias a los favores académicos para obtener un posgrado en la Facultad de Derecho de la UV, de la cual era directora –se dice que la tesis del innombrable para ese posgrado la redactaron entre Viveros García y Rafaela López Salas, a quien premió con una consejería en el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI), del cual hoy es su presidenta-. Nadie ha podido remover a la señora Viveros pese a sus pifias y así se mantendrá hasta concluir este segundo periodo como presidenta del IEV en el 2015. 

El IEV es una de las instituciones que todavía controla el innombrable a través de Viveros García, y donde hoy está lista la segunda parte de la operación mapachil para robarse el voto ciudadano. No hay que olvidar que en el 2010 el mismo Instituto Electoral permitió que extraños ingresaran a sus comisiones municipales para abrir paquetes y alterar boletas con el fin de cambiar los resultados de los comicios. Los casos más graves se dieron en Córdoba, Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Coatzacoalcos y Poza Rica.

 Pese a nadar en un mar de descrédito y desconfianza, el árbitro electoral bajo la tutela de Viveros García seguirá inamovible y las voces que exigen su destitución serán sofocadas en breve. Los veracruzanos no se merecen un árbitro de esa calaña pues lo que está en juego no es el futuro de los políticos sino de la sociedad que tiene en los presidentes municipales y los legisladores a sus representantes.

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