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El minutero

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LA COLA ENTRE LAS PATAS

 Aunque suene como una broma, hay políticos que después de dejar botados los cargos legislativos o edilicios para aventurarse como candidatos en los comicios pasados, ahora regresarán para seguir cobrando –hasta el último minuto- en la nomina pública antes de colarse a la siguiente pagaduría o que se les extinga la manutención con cargo al bolsillo de los veracruzanos. “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, es su frase rectora para ellos. Claro, algunos regresan con la cola entre las patas por haber sufrido derrotas escandalosas, como son los casos de varios diputados locales que ya pidieron a la mesa directiva aprobar su retorno a las curules. 

Uno de los casos más sonados, según las crónicas reporteriles en el Congreso local, es el de la priista Karime Aguilera Guzmán, una de las niñas consentidas de la fidelidad que fue inflada desde el sexenio pasado, cuando despachó en la Dirección de Espacios Educativos -que para alimentar la megalomanía del innombrable se reabautizó como Infraestructura Física de Escuelas (INFIDE)- y en  el 2010, ella fue nominada como candidata a la diputación local por el distrito de La Antigua. Ahora, la promovieron a la presidencia municipal de ese mismo nombre, pero fue derrotada por el panista Felipe de Jesús Fabián. 

Lo anterior, a pesar de los más de 20 millones de pesos -19 millones más que los topes de campaña aprobados por el Instituto Electoral Veracruzano (IEV)- inyectados a su campaña proselitista y la práctica de todas las artes mapachiles. La señorita Aguilera se queja públicamente de que hubo “fuego amigo”, y señala al senador Héctor Yunes Landa de trabajar en contra y financiar a la oposición. Los bien enterados afirman que no anda errada en sus deducciones. 

Otro priista que se reincorporará al quehacer parlamentario es Ricardo Calleja y Arroyo, sempiterno líder del sector agrario del tricolor, ex síndico de Las Choapas y hermano del cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas -quien será diputado plurinominal en la próxima legislatura, es decir, de hermano a hermano se heredan la curul que no ganaron, ni uno ni otro, en las urnas-. Callejas y Arroyo fue derrotado grotescamente en su búsqueda de la comuna de Misantla, donde quedó en tercer lugar de la votación. Allí, el ganador fue el candidato de Alternativa Veracruzana (AVE), Efrén Meza Ruiz, y en segundo lugar quedó el panista Marco Antonio Piña Arroyo. 

El caso de Misantla y sus aspirantes es único en el tablero electoral de la entidad, pues la alcaldía la pretendieron dos legisladores. El otro fue el también ex líder magisterial Gustavo Moreno Ramos, quien pidió licencia el 5 de abril pasado para buscar la nominación por el Partido Nueva Alianza, pero nunca logró la candidatura, pues el Panal se coaligó con  el PRI y el PVEM para lanzar al priista Callejas, y entonces, tuvo que regresar derrotado antes de tiempo.

 Es curioso que ninguno de los tres legisladores de Nueva Alianza que tramitaron licencias en el mes de abril lograron siquiera llegar a la fase de  las candidaturas. Los otros dos fueron el huatusqueño Isaac González Contreras, esposo de la ex alcaldesa Zaira Ochoa Valdivia, quien fue marginado de la nominación a la alcaldía y Ernesto Callejas Briones, también ex dirigente magisterial, quien se quedó una vez más con el anhelo de gobernar el ayuntamiento de Martínez de la Torre. Aunque eso les abolló el orgullo personal, no fue así el bolsillo porque los tres siguen enchufados en la nómina parlamentaria.

 

SIN LLENADERA

Por cierto, en Huatusco, el panista-priista Miguel Ángel Sedas Castro retornará a la alcaldía pese a haber ganado la diputación abanderado por el tricolor. Vaya con este señor que “no tiene llenadera” -como diría el turbio clásico- pues es un hecho que volverá a dejar la silla municipal un mes antes de que concluya el periodo edilicio. El 5 de noviembre deberá tomar posesión como diputado local por ese mismo distrito, y no puede permanecer en la alcaldía, cuyo trienio concluye el 31 de diciembre. Las cuentas no le salen a Sedas Castro, al menos las de las fechas. ¿Cobrará las dos últimas quincenas por adelantado? Es capaz de eso y también de llevarse el bono de marcha que seguramente se auto-dará, aseguran los que lo conocen.

 También es una perla el caso del priista Marco Antonio Estrada Montiel, quien solicitó licencia para competir por la presidencia municipal de Las Choapas, al sur del estado, no por el tricolor sino por el Partido de la Revolución Fidelista (PRF) –antes PRD- y perdió ante Miguel Ángel Tronco, hermano del sanguinario caciquillo Renato Tronco, uno de los impresentables del PRI que, pese a todo su historial de pillerías y expediente judicial, fue candidato y ganó la diputación en el distrito de Coatzacoalcos Rural. Por supuesto, con mapacherías, pues hasta reclutó indocumentados centroamericanos a los que disfrazó de ciudadanos mexicanos y los hizo votar por él y por su hermano.

 A Tronco Gómez lo conocen ya como “El Diputado Mara Salvatrucha”, ya que tiene a dicha banda criminal a su servicio y la usa como grupo de choque en aquella región -se dice que hasta está involucrado en el tráfico y extorsión de indocumentados- y además, él mismo adoptó las técnicas de agresión, territorialidad y, de ser necesario, de exterminio del enemigo como lo hacen los Maras. Si alguien duda de ello, nada más deben preguntar a los sufridos choapenses que viven aterrorizados por los hermanos Tronco-Mara.

 En tanto, uno de los que regresará a las curules pese a ganar los comicios, pero no piensa dejar pasar un solo peso antes de concluir sus encargos, es Roberto Pérez Moreno, conocido con el apodo de “Juanelo”, quien se hizo popular cuando se le escapó una leona de su rancho en Coatepec, movilizando a toda la Policía Estatal para capturarla. Este señor ganó la alcaldía coatepecana, pero no quiere dejar de cobrar las siete quincenas que faltan antes del 4 de noviembre, cuando concluye la gestión parlamentaria. Un caso similar es el de Ludivina Ramírez Ahumada, también priista y que obtuvo la alcaldía de Cerro Azul, al norte de la entidad.

 Otros que se fueron y pretenden volver por las quincenas legislativas son el cordobés Juan Carlos Castro, fallido candidato del AVE en la ciudad de Los Treinta Caballeros, y el porteño Oscar Lara, ambos en proceso de expulsión del PAN. Mientras tanto, los alcaldes que también buscan retornar –porque de regresar lo que se llevaron, no regresan nada- están Francisco Portilla a la comuna de Córdoba y el perredista Cristian Teczon a la de Teocelo, de la que se separó para buscar la diputación en el distrito de Coatepec. El caso del terrablanquense Francisco Portilla es casi patológico, pues en público dice que se recluirá en su notaría pública sin volver a la política, pero en privado hace pataletas y exige su regreso al Ayuntamiento o su incorporación al gabinete estatal.

 Hay también quienes no regresarán al Congreso local pese a que resultados ganadores el 7 de julio, ya que están preparándose para repartirse el presupuesto municipal en los próximos cuatro años. Entre ellos están Américo Zúñiga, alcalde electo de Xalapa y el panista-priista Ricardo García Escalante, quien gobernará Pánuco, al norte del estado. García Escalante es hijo del ex contralor estatal en el gobierno alemanista, Ricardo García Guzmán, fallido candidato del PAN  a esa misma alcaldía en el 2010.

 Ambos, padre e hijo, regresaron al PRI luego de que hace tres años estuvieron al lado del panista Miguel Ángel Yunes Linares. El padre, García Guzmán, actualmente cobra en el Gobierno estatal como presidente del Instituto de Administración Pública de Veracruz (IAPAC). No cabe duda que para unos, la política es cosa de familia y de intereses, más que de colores o ideologías. Los García son otros que tampoco “tienen llenadera”.

 

CAÍN Y ABEL

 Finalmente, en las secuelas del proceso electoral reciente, y para el deleite de los morbosos de la política, está el pleito entre los hermanos Marcos y Agustín Mollinedo Hernández. El primero es panista y actual alcalde de Atoyac, pero le heredará la alcaldía al segundo, que es priista, y que habría ganado las elecciones del domingo 7 de julio. Y se dice que “habría” porque los pobladores llevan varios días bloqueando la carretera federal Atoyac-Paso del Macho en exigencia de que se anulen los comicios, pues acusan que hubo fraude. En este jaloneo, el priista acusa a su hermano de financiar las protestas en su contra. 

Es más, hasta amenazó con auditarlo en cuanto llegue al Palacio municipal y mandarlo a la cárcel si descubre irregularidades financieras. ¿Le sabrá algo  o le habla al tanteo? Lo más seguro es lo primero, mientras que el panista alardea entre sus cercanos que no le dejará en las arcas municipales ni para comprarse un chicle porque no se lo merece. Es el pleito de Caín y Abel Mollinedo, otro par que obviamente “no tiene llenadera”. Nada más falta que saquen la pistola y el pleito familiar pase de lo ridículo al drama.

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