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El minutero

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GENERANDO  MALESTAR

 Las derrotas electorales del pasado 7 de julio no sólo fueron culpa de los partidos políticos sino también de las corrientes y grupos al interior de los mismos que se promocionaron como eficaces operadores, y excelentes aportadores de votos pero que al final resultaron un fiasco.  Uno de los grandes fracasos fue para la organización política Generando Bienestar -¿o será Malestar?, sobre todo para los mismos priistas- del ex panista Gerardo Buganza Salmerón, la hizo a su imagen y semejanza pues adecuó el nominativo de la agrupación a las iniciales de su nombre y apellido. Dicha agrupación perdió la mayoría de los municipios y distritos  que le encomendaron.

 En otros lugares donde supuestamente también intervino como operadora hay conflictos postelectorales que no se pueden arreglar ni utilizando la oficina gubernamental donde despacha el dueño de la misma organización. La derrota más sonada ocurrió en Córdoba, tierra del mismo Buganza Salmerón y también del gobernante en turno. El tiempo se encargó de desmentir la supuesta fuerza que la organización contaba en la Ciudad de los Treinta Caballeros pues no aportó ni siquiera un centenar de votos, según la evaluación que recientemente hicieron sobre los comicios municipales.

 El pasado 5 de junio, la agrupación de Buganza emitió un comunicado con un titular espectacular “Amplio respaldo a Salvador Abella”, candidato priista a la alcaldía, y en el cuerpo del texto promocionó que se había “iniciado su trabajo político electoral teniendo como principales operadores a Enriqueta Calvario –cuñada de Buganza- , Fernando Buganza Salmerón –su hermano-  y Alfredo Penagos García –hermano del ex diputado federal, Sergio Penagos, quien en marzo del 2010 renunció al PAN junto con Buganza- dirigentes locales de dicha asociación política veracruzana”. Sólo lo engañaron, no sirvió de nada. 

Vaya, el boletín de GB de ese día no tiene desperdicio pues en otro párrafo decía “teniendo como figura (liderazgo) a Gerardo Buganza Salmerón, la asociación durante la elección federal pasada el PRI le reconoció un exitoso trabajo en el norte del estado, donde el PRI logró ganar con el respaldo del buganzismo, según diversos testimonios”. Ahora el teatro se les cayó pues ni siquiera en las colonias cordobesas donde prometió sufragios para Abella García pudo cumplir el compromiso, mucho menos en el distrito.  El tricolor perdió los comicios municipales y también perdió la diputación local aún cuando GB aseguraba contar con estructura en los municipios aledaños a Córdoba.

 Como operadores electorales los hermanos Gerardo y Fernando Buganza, Enriqueta Calvario y Alfredo Penagos seguramente se morirían de hambre, porque nadie los contrataría. Otra derrota ocurrió en Zongolica tierra que supuestamente controla el bugancista Tomás López Landero. Allí, a pesar de que ganó el tricolor en el distrito, el candidato triunfador  Ignacio Valencia Morales  no pertenece al grupo de Buganza Salmerón sino al de los sempiternos caciques serranos emparentados entre sí, especialmente ligado a Mario Zepahua Valencia, los cuales nunca han aceptado ni a López Landero ni a su patrón.

 En Tomatlán, otro municipio ubicado en la zona centro, en las elecciones del 2010,  Buganza logró imponer como candidato del PRI al actual presidente municipal, Nicolás Prado Morales pese al repudio entre los militantes y ahora, el blanquiazul con su candidato, Andrés Reyes, obtuvo una victoria fácil derrotando al  candidato del PRI y GB, Aviel Bretón pues el desempeño del bugancista Prado Morales fue desastroso. También desde los comicios federales del 2012, la organización se jactaba de haber sido el eje de los triunfos priistas en el norte del estado, especialmente en Pánuco y Tantoyuca pero esa tendencia no se repitió en el 2013.

 Pánuco fue ganado por el ex panista Ricardo García Escalante, hijo del ex contralor estatal, Ricardo García Guzmán que no está ligado a Buganza sino a los alemanistas y sobre todo su influencia se basa en que el padre es negociador directo con el gobierno estatal, de tal suerte que no necesita de la intervención del cordobés. En Tantoyuca, otra de las plazas que presumió GB, el PAN ganó la alcaldía y la diputación local. En Alamo también volvió a triunfar Acción Nacional así como en Platón Sánchez pese a que de ese municipio es originario y fue alcalde, el diputado federal, Leopoldo Sánchez Cruz, uno de los bugancistas más soterrados de la entidad.

 Incluso, a su paso por el Congreso local, Sánchez Cruz se ostentaba como el negociador y cabildero del secretario de Gobierno. De nada sirvió, la elección reciente el tricolor fue avasallado por Acción Nacional, y Generando Bienestar se quedó sin una de las plazas que más presumía. La organización de Buganza también alardeó que se movilizaría en Ixhuatlán del Café y Coscomatepec, donde el tricolor ganó pero con una sarta de cuestionamientos y conflictos. Por eso, el tricolor tuvo que recurrir a la quema de urnas y oficinas del Instituto Electoral Veracruzano (IEV) como medida desesperada para evitar que la oposición arrasara a sus abanderados. 

La mala estrella del bugancismo tiene su culminación en Atoyac donde el ex director de Carreteras del Estado, Agustín Mollinedo, otro de los allegados al secretario de Gobierno apenas si logró que el IEV lo declarara ganador de la elección municipal pero hay un conflicto poselectoral interminable que incluye el bloqueo permanente de la carretera principal que comunica ese poblado por parte de panistas que acusan fraude electoral. El triunfo de Mollinedo podría ser tumbado en los tribunales electorales.  Ni siquiera allí la agrupación Generando Bienestar pudo dar una ventaja holgada a uno de sus seguidores más confesos.

 Sin duda, la estrella del cordobés Gerardo Buganza está desdorada con las derrotas electorales del pasado 7 de julio y es por eso que se incrementaron las voces al interior del priismo y de palacio de gobierno para que sea removido de la Secretaría General de Gobierno. A Buganza siempre lo han visto como un advenedizo en el tricolor y en el gabinete estatal a donde llegó tras pactar con la fidelidad su separación del PAN y su adhesión al Revolucionario Institucional. A tres años de que se “vendió” como un líder que tenían cientos de seguidores -“es una especie de santo para los panistas”, decía el innombrable en las grabaciones exhibidas en el 2010-, la magia se le acabó y el destino alcanzó al persignado Buganza Salmerón. Sus detractores tienen ahora elementos suficiente para exigir su exclusión y la pregunta es: ¿cuánto logrará sostenerse?. Algunos dicen que es cuestión de semanas pues ya dejó de ser redituable.

 

LAS SECUELAS FÍSICAS

 Siguiendo en el tema de los resultados electorales del 7 de julio, éstos también dejaron secuelas físicas como en el caso del priista Gustavo Gutiérrez Hernández, candidato fallido del PRI en Tlacotalpan, donde ya había sido alcalde en el cuatrienio 2000-2004. Los tlacotalpeños tan maltratados por la clase priista estatal, hartos de los saqueos al erario público y sobre todo hastiados de la fidelidad y sus testaferros, especialmente con Hilario Villegas Sosa, actual edil y caballerango del innombrable pues es el encargado de cuidarle los caballos pura sangre que detenta en un rancho de la región, votaron en contra del partido oficial.

 La alcaldía de la llamada Perla del Papaloapan  fue ganada por el militar retirado y ex director estatal de Tránsito, Homero Gamboa Martínez, abanderado del Partido Acción Nacional (PAN).  La diferencia en los resultados electorales no fue mucha, alrededor de 500 votos, pero puso fin a los largos cacicazgos edilicios que han sido el azote de aquella bella ciudad. Y ocasionó más pues durante la semana que concluye se dispersó la versión de que Gutiérrez Hernández intentó suicidarse debido a una profunda depresión en la que entró después de que el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) entregó la constancia de mayoría a Gamboa Martínez.

 Además ni el innombrable ni los de palacio de gobierno y ni siquiera su compadre Villegas Sosa le contestaban el teléfono si quiera para servir de paño de lágrimas. En pocas palabras, lo dejaron solo para que cargara con la responsabilidad de la derrota priista en Tlacotalpan. Los tlacotalpeños aseguran que el intento de suicidio se perpetró  en el domicilio del mismo ex candidato, ubicado cerca de la Plaza Zaragoza, a unos metros del palacio municipal y aunque no logró el objetivo, Gutiérrez Hernández fue trasladado a un hospital privado de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río para ser atendido no sólo de las heridas que se autoprodujo sino también para recibir ayuda psicológica que supere la extrema depresión que sufre.

Por aquellos rumbos también  se dice que el otro gran perdedor del 7 de julio fue el ex director de la Agroindustria Azucarera en la fidelidad, Juan Carlos Molina Palacios, quien fue el gran financiador de la campaña electoral del priista tlacotalpeño e hizo un derroche impresionante de dinero. Por ejemplo, desde el mes de febrero y hasta un día antes del domingo 7 de julio cada semana se entregaban dos despensas por casa en Tlacotalpan con el mensaje de que eran “de parte de su amigo Gustavo”.

 De esta forma, a la Perla del Papaloapan llegaron decenas de tractocamiones cargados de comestibles y otras chácharas pagadas por Molina Palacios para asegurar el triunfo del abanderado tricolor. Aún así, los tlacotalpeños votaron en contra porque sabían de dónde venían los regalos. Lo sucedido con el candidato perdedor  en ese municipio confirma  que las secuelas de las competencias comiciales no sólo son políticas sino también existenciales. Ver para creer: lo que puede acarrear un descalabro electoral.

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