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EL MINUTERO

Superiberia
  • Por Andrés Timoteo / columnista

STRUCK OUT
El populismo fue sometido a referéndum y perdió. Esa es la principal lección que deja al mundo el triunfo del candidato demócrata Joe Biden sobre el republicano Donald Trump, quien no pudo reelegirse como presidente de los Estados Unidos. Se demostró que desde las ánforas electorales se puede mandar al retiro a personajes nefastos para la vida pública y que la sociedad puede corregir sus errores cometidos anteriormente. Con el voto masivo, Trump quedó ‘struck out’, es decir: ponchado.
Intolerante, racista, homófobo, misógino, estridente, provocador, agresivo, ignorante, negacionista y mentiroso compulsivo -rey de las ‘fake news’ y de los ‘hechos alternativos’- son algunos de los adjetivos con los que se le puede describir. El gobierno trumpista fue una vesania para el mundo y en especial para los migrantes que radican de forma indocumentada en el vecino país.
Los niños migrantes encerrados en jaulas, las razias contra los trabajadores ‘sin papeles’, la militarización de la frontera, los muros levantados tanto el físico como el policíaco con la Guardia Nacional de México, el intento de expulsión de los ‘dreamers’ que son los miles de jóvenes que llegaron de niños a la Unión Americana y que adquirieron derechos. En fin, fue una pesadilla.
De ahí que cuando se cantó el triunfo de Biden los migrantes indocumentados -un millón de ellos veracruzanos- seguramente tuvieron su primera noche de sueño tranquilo luego de más de tres años de ser presas de caza. Claro, no se han resuelto las cosas, pero los resultados electorales abrieron un camino de esperanza para millones de personas en esas condiciones. La tregua migratoria que se dará es una ganancia de impacto para México y Latinoamérica. Por eso hay fiesta abajo del Río Bravo.
Varias lecturas políticas se desprenden de los comicios norteamericanos. Por ejemplo, el sufragio latino no fue el suficiente y está dividido, pues en estados como Texas y Florida donde hay un padrón importante de latinoamericanos ¡triunfó el anaranjado xenófobo! Vaya caso. Eso sí, el voto afroamericano fue reactivo y contribuyó a su derrota
También buena parte del ‘voto blanco’, el de los electores de raza aria, protestantes y profundamente prejuiciosos en el 2016 llevaron al triunfo a Donald Trump ahora no lo sostuvieron y los pocos que lo hicieron no lograron revertir el sufragio de castigo. Peculiar, por no decir otra cosa, es la reacción del mismo Trump al saberse derrotado: negar y acusar. Denunció fraude y pidió detener el conteo de votos en los estados donde iba perdiendo, ah pero que se continuara el escrutinio donde iba ganando -risas-.
Anunció demandas judiciales para anular votos u ordenar recuentos, aunque con pocas posibilidades de prosperar. Cuando la victoria de su oponente se hizo pública no la quiso admitir y se atrincheró como un vulgar cacique tercermundista, rompiendo la tradición centenaria en ese país de respetar y reconocer la victoria del oponente.
Algunos afirman que la democracia en Estados Unidos quedó maltrecha o se fue a pique. No es cierto. Más bien se está dando una lección democrática al resto del orbe. El sistema estadounidense es arcaico, argumentan, porque es una elección indirecta con el Colegio Electoral que otorga determinada cantidad de votos por cada uno de los cincuenta estados que son los que terminan eligiendo al mandatario y no el sufragio directo, pero así lleva funcionando casi dos siglos.
No se desquebrajó la democracia, sino que fue puesta a prueba y todo indica que se logrará manejar la situación. Eso sí, los comicios evidenciaron lo dividida que está la sociedad estadounidense, aunque eso ya se sabía desde las elecciones del 2016 y el encono fue alimentado por el propio Trump durante más de tres años con odio, mentiras y descalificaciones a todo aquel que lo cuestionaba y señalaba sus errores. ¡Igual que sucede en México!
 
EL VIUDERÍO
Y precisamente en México está una de las ‘viudas’ del trumpismo. Aquejado con el Síndrome de Estocolmo, pues se enamoró de su verdugo, el tabasqueño López Obrador le apostó a Trump y hasta viajó a Washington en visita oficial para hacer campaña a su favor entre la comunidad mexicana y resultó perdedor. Es otro populista derrotado y ya con el descalabro de su candidato republicano suma tres fracasos electorales al hilo -antes fueron los de Coahuila e Hidalgo-.
Los apologistas del lopezobradorismo se desviven tratando de sembrar en la opinión pública que la llegada de Joe Biden no perjudicará al gobierno del tabasqueño, pero en política las facturas se cobran y se pagan. La descortesía de no felicitarlo por su triunfo, como lo hicieron casi todos los mandatarios del orbe, también tendrá un costo. Hay quienes ilusamente dicen que López Obrador está a la altura del ruso Vladimir Putin y el chino Xi Jinping que tampoco -hasta el fin de semana- lo han reconocido, pero China y Rusia resisten un desquite de Estados Unidos y México no.
La postura negacionista del triunfo de Biden adoptada por el tabasqueño no tiene que ver con la libre determinación de los pueblos ni con evitar convertirse en alabador convenenciero de la potencia vecina sino es por respaldar al desvencijado Donald Trump y su teoría del fraude electoral. Mala apuesta en el terreno de la geopolítica y la diplomacia. Tampoco es cierto eso de que lo que sucede en Estados Unidos no se repetiría en México, como difunden los obradoristas.
Al contrario, se prevé que sea un espejo. En el país vecino se cansaron del populista mentiroso y lo echaron del poder por medio del voto. Aviso liso y llano para López Obrador y su partido Morena. A Trump el poderío presidencial no le alcanzó para quedarse en la Casa Blanca y eso podría suceder con los de la 4T que no repetiría en palacio nacional en el 2024, y en el inter -las elecciones del 2021 y la consulta para la revocación de mandato del 2022- también corre el riesgo de un escarmiento histórico.
Entre el viuderío del trumpismo también están los autócratas Jair Bolsonaro de Brasil, Recep Erdogan de Turquía, el dictador Kim Jong-Un de Corea del Norte y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, por mencionar algunos de los más virulentos. El populismo transnacional, de derecha e izquierda, sufrió un descalabro.
Finalmente, otro signo que rescatar de los comicios norteamericanos es que abren una brecha de progreso en la política con la llegada de la senadora Kamala Harris a la vicepresidencia. Ella es la primera mujer en ocupar ese cargo lo que abona al empoderamiento de la mujer.  Además, es descendiente de migrantes hindúes y jamaiquinos, entonces simboliza la reivindicación de los descendientes de migrantes extranjeros y de las minorías.
Harris es también, desde ahora, la virtual candidata para el 2024 y los proyectistas anticipan que no tendría problema en llegar a la Casa Blanca y permanecer los dos periodos que permite la ley o sea que se podría reelegir en el 2028, por lo que el Partido Demócrata tiene asegurado el poder por los próximos 12 años. Claro, todo dependerá de la eficacia de dúo Biden-Harris y que logren resanar las heridas y la polarización en la población americana como lo prometieron. Por lo pronto, hay ruta a largo plazo y jolgorio por el mundo.
 
“NO SOMOS TAN HONRADITOS”
Hablando de camadas políticas, la semana pasada circuló en las redes sociales un video de Juan Gómez Martínez hablando de él y su familia. “No somos tan honraditos, pero tampoco somos tan cochinos”, les dijo a sus coterráneos de Hueyapan de Ocampo donde quiere ser candidato a la alcaldía por el partido Morena. ¿Y quién es este señor? El padre del diputado Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política en el congreso estatal.
El popular “Yona” Gómez –“popular” no porque sea querido sino porque es famoso por sus pillerías- también critica a todos los “fachosos” que presumen dinero cuando su propio hijo, el diputado, se pasea en camionetas de lujo con la música a todo volumen y hasta lo difunde en las redes sociales. Risas. Los Gómez de Hueyapan de Ocampo, apodados “Los Carones”, son los nuevos ricos y nacos de esa región tuxtleca.
El propio Gómez Cazarín hace alarde del dinero que maneja del presupuesto legislativo y algunos testigos hasta narran cómo saca fajos de billetes presumiéndolos como abanico. Pues bien, el morenista ha prometido que su papá será presidente municipal a pesar de su mala fama pues hace tiempo fue corrido de la tesorería acusado por el desvío del dinero público. Ahora, el hijo amoroso jura que su papá será alcalde “¡a huevo!”. Imagínense lo que les espera los habitantes de Hueyapan de Ocampo.
Por cierto, Gómez Cazarín es uno de los impulsores del diputado Rubén Ríos Uribe para que sea candidato de Morena en Córdoba – ¡pobres cordobeses!, no les irá mejor que a los huayapenses -, pese a los señalamientos de ser un golpeador de mujeres, alcohólico y consumidor de estupefacientes. Pero Ríos Uribe ha lanzado un reto temerario: renunciará a todo si presentan a su pareja sentimental que denunció la agresión o el documento de la demanda penal.
Sin embargo, un compañero suyo, el legislador por Medellín de Bravo, Magdaleno Rosales también de Morena, acaba de revelar que la Fiscalía General de Justicia desapareció el expediente con la denuncia en su contra a fin de evitar que Ríos Uribe, el “dipucheves”, sea vetado para la postulación del 2021. Peor aún, se dice que su pareja sentimental, la víctima, está amenazada de muerte para que no hable.  A ese gañán, Morena y la actual alcaldesa Leticia López Landero, lo quieren sentar en la silla municipal. ¿Lo permitirán los cordobeses?, se insiste.

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